La Institución Nacional de Derechos Humanos (INDDHH) elaboró un informe temático sobre salud y alimentación en las cárceles uruguayas. El organismo indica que hay dificultades de acceso a los sistemas de salud y carencias en la calidad nutricional de los alimentos.
El documento, publicado por la INDDHH el pasado 28 de octubre, analiza la realidad del Instituto de Rehabilitación N° 7 (de Canelones), la Unidad Penitenciaria N° 9 (de Rivera) y la Cárcel N° 13 (de Maldonado). La institución sugiere más recursos para el área de salud mental y plantea establecer un programa de alimentación integral.
El presidente de la INDDHH, Wilder Tayler, dialogó con HOY CANELONES acerca del informe de alimentación y salud en las tres cárceles estudiadas y, en particular, la realidad del establecimiento penitenciario N° 7, cercano a la ciudad de Canelones.
Unificar criterios
Tayler explicó que la salud en las cárceles está a cargo de dos sistemas diferentes, uno administrado por ASSE y otro por Sanidad Policial del Ministerio del Interior, y eso genera dificultades en la práctica. Historias clínicas que pertenecían al sistema de ASSE se extravían cuando el recluso pasa a una cárcel que se rige bajo el sistema de Sanidad Policial, y viceversa, y preocupa la falta de médicos en los módulos, entre otros inconvenientes.
La carencia de personal capacitado en áreas de coordinación también es motivo de preocupación. “Encontramos muchas dificultades de coordinación de atención, de quién decide cuándo alguien va al médico. Muchas veces eso queda en manos de una persona que trata de ser equitativa pero no está capacitada, no tiene la formación técnica para individualizar la gravedad de las afecciones de una persona”, remarcó el jerarca.
La INDDHH indica, además, que existe una carencia importante en materia de salud mental. “Esto nos preocupa mucho. Muchas de las personas recluidas ya traen problemas de salud mental de afuera. Estos problemas se agudizan en contextos de encierro, que de por sí son hostiles para la persona. Y no hemos visto que haya una infraestructura de trabajo para atender la salud mental”, destacó el presidente de la institución.
Valor nutricional
El entrevistado agregó que las cárceles están obligadas a brindar una alimentación de calidad y que el valor nutricional de las comidas debe ser suficiente para el mantenimiento de la salud, pero muchas veces no se cumple con estos puntos. “En Canelones hay valores nutricionales complicados”, manifestó.
El informe toma como guía al Documento de Requerimiento Energético para la Población Uruguaya, del Ministerio de Salud Pública y de la Escuela de Nutrición y Dietética, y estima que la suficiencia, tanto de calorías como de carbohidratos, proteínas, lípidos, fibra, hierro y calcio, es adecuada cuando el porcentaje se encuentra entre el 90% y 110%. Concluye que en la Cárcel de Canelones se brinda un 74% de calcio, 45% de hierro, 15% de fibra y 70% de carbohidratos. “De las unidades analizadas, los hombres recluidos en la (Unidad) 7 son quienes reciben menos calorías, hidratos de carbono, proteínas, lípidos, fibra y hierro”, establecen los técnicos en el informe.
En las cárceles de Canelones y Maldonado existen dificultades en la distribución y problemas de acceso al agua potable, aunque en la Cárcel de Canelones “se ha notado una mejoría en las últimas visitas” del equipo técnico de la INDDHH. “Ha habido mejoras. No quiero que la gente que está trabajando en esos lugares no sea reconocida, pero queda mucho para trabajar”, acotó Tayler.
Posibles cambios
A modo de conclusiones, la INDDHH sugiere unificar todo el sistema de salud en un prestador en lugar de dos y brindar más recursos y profesionales en el área de salud mental.
La institución plantea, al mismo tiempo, elaborar un programa nacional de alimentación en el Instituto Nacional de Rehabilitación, con capacitación de personal, variabilidad de alimentos y presencia de nutricionistas en los equipos de salud.
Fuente: Hoy Canelones