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El barrio Aguada de Montevideo

Si observamos bien el plano, podemos comprobar que el círculo no abarca una parte de un barrio. Es la confluencia de los extremos de otros barrios.

Si bien buena parte de él puede corresponder a La Aguada tampoco es realmente cierto. La Aguada nació allá contra la costa de la bahía que recuerda a la Estación de Ferrocarril Central y se extendió por los arenales que proveían de agua a los navíos cuyas fuentes se encuentran hoy encerradas en las casas como las de la calle Pozo del Rey, otra debajo de la Cooperativa Policial o la de Mascareñas en un taller mecánico de la calle La Paz. La Iglesia La Aguada, situada más lejos de esos sitios, se extendió con los límites de su parroquia, en un Montevideo bastante despoblado entonces, mucho más allá de los suburbios de La Aguada.- Las manzanas más próximas fueron » invadidas» en 1871 por los remates que hizo don Francisco Escardó por orden de la empresa » La Comercial», que con este nombre bautizó a un gran barrio que iba desde la calle La Paz hasta Cuñapirú ( hoy Juan José de Amézaga) y desde bulevar Artigas a Sierra ( hoy Fernández Crespo).

El sector NE del círculo aún no habilitado llevaba el nombre de su camino principal, camino » de los Goes», apellido éste que tomó el área, principalmente la zona próxima a la ex. estación tranviaria, en General Flores y Domingo Aramburú. Con el tiempo el camino de los Goes tomó el nombre de General Flores.

Círculo de confluencias de extremos de barrios y que nunca constituyó un barrio de por sí, la zona oeste se pobló de barracas de cueros, lanas y productos del agro del país, pero no de casas habitación.- En setiembre de 1885 se dieron a las calles de ese sector los nombres de los militares vinculados a la historia del Partido Colorado, cuya jefatura desempañaba el General Santos: Fausto Aguilar, Francisco Carballo, César Díaz, Juan Ángel Farías, Garibaldi, José María Luna, Melchor Pacheco, Juan Manuel Pagola, León Palleja y Francisco Tajes.

A la calle que venía del Sur ( Yaguarón) se le llamó camino de Hocquart, terrateniente y comerciante importante que tenía su casa en las proximidades de la calle Hocquart y Bequeló. Era el propietario de muchos de los terrenos que luego tomó la Comercial.

Otra gran porción de terreno, prácticamente desde Hocquart a General flores, pertenecían a la Familia Guerra.- Su enorme casa estaba en la calle Pastor ( hoy Dr. Ángel Floro Costa No. 1892). En su mansión se instaló luego el Internado de Señoritas de donde surgieron las primeras maestras del país. Desde hace muchos años funciona allí la Escuela No. 41 de 2 grado » República de Ecuador», en el extremo sur del barrio de la Humedad.

Mucho antes de edificarse la Facultad de Medicina, en 1908, obra del arquitecto J. Vázquez Varela, y la de Química; en ese sitio existía una plaza que llevaba el nombre » de las Carretas» en 1856, llamada luego Sarandí.
Allí llegaban los proveedores de productos de campaña. La extensión de la misma llegaba hasta la plazoleta hoy llamada Mendilahazur, en Isidoro de María y Tala, cuya palmera parece degollada por el trabajo de erosión que le harían los pértigos y demás accesorios de las carretas que se apoyaban en ella.

La plaza » de las Carretas» era » vigilada» por una estatuilla de escaso tamaño hecha en tierra romana y ojos de vidrio, esculpida por el escultor Mora, que estaba en el vértice de la calle Yatay General Flores, en la azotea de la pulpería de Achar ( luego una carpintería y más tarde un bar). Dicho modelo fue un legítimo gaucho de la plaza. Para tener un vaso en la mano, exigió que lo llenaran de caña. Otra plaza próxima pero no conectada con ésta era la plaza Flores, creada en 1886, que debió destruirse para alzar el Palacio Legislativo. Hasta allí llegaba la calle Yaguarón, en ella y Guatemala se construyó en 1895 la fábrica de muebles de don Ángel Giorello e hijos, que también fue demolida.

Antes de proyectarse el Palacio, en 1887 el arquitecto Norberto Maillart propuso que en esa plaza se alzara un monumento exótico como fin de una avenida que partiría desde donde hoy se alza el Palacio Municipal; allí propuso construir, a su costo, un gran edificio que albergaría las sedes de los tres poderes del Estado. El proyecto fue autorizado por el gobierno de Tajes. El Gobierno de Batlle terminó con la utópica idea.
El 29 de noviembre de 1904 se aprobó un decreto por el que se destinaba al terreno de la plaza Flores y áreas circundantes, para edificar el Palacio de las Leyes. Este emplazamiento se hizo luego de haber desistido de construir un palacio legislativo en el terreno que ocupaba la Plaza de Deportes que estaba frente a la Iglesia de La Aguada, hoy sede del I.P.A., por considerarlo muy pequeño para el emprendimiento.