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El nieto de Piria descubrió que en Rivera, existía un pequeño obelisco con la inscripción: PIRIA

Piria y la Alquimia

La leyenda dice que Piria era un alquimista. Incluso hasta algunos bromean hoy en día afirmando que de noche aparece en su propio castillo, y que aquellos que anden por Piriápolis tal vez puedan escuchar los ladridos de su perro. Si Francisco Piria encontró o no la piedra filosofal o cosa que le parezca, no es un tema que me interese ahora. Pero de lo que no pueden caber dudas, de acuerdo a las investigaciones de su nieto, y del señor Jorge Floriano- que está preparando un libro sobre el tema- es que Piriápolis está repleta de símbolos alquímicos, dejados por su creador.

 

De hecho, el nombre que iba a tener en un principio la ciudad era Heliópolis(ciudad del sol), que de acuerdo a la mitología utilizada en alquimia, es el lugar donde renace el ave fénix. Floriano afirma, que con el mismo método que Fulcanelli empleó en sus libros, logró «leer» en Piriápolis los símbolos alquímicos. Estos son ostensibles en el castillo de Piria, la Iglesia, las estatuas, las fuentes, la forma física del Argentino Hotel y las ilustraciones de los vitrales. Incluso una foto aérea revela que uniendo con una línea los puntos donde se encuentran los principales símbolos, se aprecia una reproducción de la constelación de Acuario. La documentación me ha parecido de lo más convincente.

El señor Julio C. Stelardo afirma que Heliópolis es además el nombre de «un grupo muy discreto y universal de alquimistas», que ha albergado tanto a laicos como religiosos. Por esta fraternidad- afirma -habrían pasado gente como «Champegne, Swaller, Dujols, Fulcanelli, Eugene Canseillet y Don Francisco Piria.»

 

En la fachada del hotel Piriápolis que da hacia
el Argentino, aún se encuentran vestigios de la vereda original, y en ella vemos varios diseños, entre los cuales se destaca la cruz templaria.

 

La era de Acuario

Piriápolis también podría ser llamada con justicia «la ciudad de Acuario», porque son varias las alusiones a este signo y, sobre todo, a la era astrológica en que estamos viviendo.

El planeta regente de Acuario es Urano y el símbolo de este planeta es una H, con un pequeño redondel en el travesaño de la misma. Viendo una foto aérea del Argentino Hotel veremos que su planta tiene precisamente esa forma.

El redondel aludido corresponde en el hotel al lugar donde está la escalera que une las distintas plantas y allá se encuentra un vitral con delfines, otro símbolo comúnmente usado para aludir a Acuario.

Por otro lado, en los jardines que adornan el frente del hotel, vemos la representación más frecuente de este signo: la muchacha con el cántaro.

Finalmente, si se toma un plano de Piriápolis o una fotografía aérea, y se unen con un trazo los diferentes puntos donde se encuentran los principales símbolos alusivos a la alquimia, nos llevaremos la sorpresa de ver que el diseño se corresponde perfectamente con el de la constelación de Acuario… Nada en Piriápolis está hecho al azar y si sabemos leerlo, todo nos indica algo.

Símbolos Templarios

En la fachada del hotel Piriápolis que da hacia el Argentino, aún se encuentran vestigios de la vereda original, y en ella vemos varios diseños, entre los cuales se destaca la cruz templaria.

Estos diseños están realizados con piedras negras, blancas y rojas, los colores fundamentales de la obra alquímica, colores por los cuales pasa la «piedra de los filósofos» hasta convertirse en la «piedra filosofal».-

La cruz de los Templarios es un recordatorio de los orígenes del conocimiento alquímico de Piria, recibido de su tío, monje jesuíta, en Dianomarino.También es una alusión a la fuente de la Plaza Matriz, en Montevideo, cuyos caminos de acceso, vistos desde arriba tienen el diseño de esta cruz. Piria fue el principal promotor para que esta fuente estuviera allí.

¿Un próximo cataclismo mundial?

A lo largo de toda la rambla vemos, cada tantos metros, una columnas rematadas por una esfera. Esta esfera es en realidad un mapamundi. Aunque la erosión ha hecho su trabajo a lo largo de los años, en algunas aún se aprecia el relieve con el contorno de los continentes, pero si se mira con atención, notaremos algo llamativo: no se trata de la forma de los continentes en la actualidad… ¿Error o llamado de atención?

El nieto de Piria que durante décadas estudió el simbolismo dejado por su abuelo, llegó a la conclusión de que en esas esferas están representados los continentes tal cual se verán luego de la catástrofe que sufrirá la Tierra, al llegar nuestro sistema solar al extremo de la Galaxia, hecho que se repite aproximadamente cada 12.000 años.

En uno de sus libros Piria dice: «No basta ver, hay que ser vidente». En «Lo que será mi país dentro de 200 años», escrito por él en 1898, Piria menciona varios elementos que en su época no existían y que hoy son comunes: la música funcional, el aire acondicionado, el overcraft y hasta el fax. Algunas anécdotas contadas a este autor, confirman la capacidad de Piria de ver más allá. Por esto vale la pena tomar en cuenta lo relativo a la futura (¿inminente?) catástrofe, pues no sólo nos alerta de ella, sino que también nos indica la zona propicia para no ser afectado.

En su investigación, el nieto de Piria descubrió que en el departamento de Rivera, al norte del Uruguay, existía un pequeño obelisco de unos cinco metros de altura que en su base tenía sólo una inscripción: PIRIA.

Se preguntó qué hacía allí, en medio del campo. Años después, en unos papeles de Piria, encontró la solución. Este obelisco marcaba el vértice superior de un triángulo cuyo ángulo derecho estaba en Piriápolis y el izquierdo en la Fuente de la Plaza Matriz de Montevideo. Según Piria esta zona es la más segura, por su firmeza, lo que garantiza mínimos efectos ante los movimientos telúricos que se producirán en su momento.

Los grifos

Delante del Argentino Hotel se encuentran dos figuras conocidas comúnmente como los «leones». Técnicamente, se trata de grifos, figura emblématica mezcla de león y águila, que simboliza el combate entre ambos seres,que finalmente se fusionan en uno solo: el león alado.

El león es un símbolo de lo terrenal, lo corporal, lo material, mientras que el águila representa lo espiritual, lo elevado.

Todo en la alquimia apunta al ser humano, por lo tanto este combate materia-espíritu tiene lugar en el hombre mismo, entre sus planos aparentamente irreconciliables. Pero si luego de esa lucha logra el equilibrio accede a un tercer estado de conciencia. Luego de ello, el león pierde la melena, pero gana alas. Esto nos indica que sin perder ni desdeñar el estado físico ahora puede volar por los planos superiores de la conciencia y la realidad. Si bien las representación de este combate es entre un león y un águila, otros autores, como Cyrano de Bergerac, lo muestran como la lucha entre la rémora y la salamandra, pero el significado es el mismo.