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Tribunas del Estadio Artigas de Paysandú, con señores nombres: Juan Vicente Morales y Juan Martín Mujica

La Comisión de deportes analizó la solicitud de anuencia remitida por el Ejecutivo departamental, a través del expediente No. 2020-4578, para la designación de las tribunas norte y sur del estadio Artigas, con los nombres de los deportistas sanduceros JUAN VICENTE MORALES Y JUAN MARTÍN MUJICA respectivamente.

Compartiendo lo solicitado, se propone al Plenario la aprobación del siguiente: PROYECTO DE DECRETO:

ARTÍCULO 1º.- Concédese la anuencia solicitada por la Intendencia Departamental a fin de designar las tribunas norte y sur del estadio Artigas, con los nombres de los deportistas sanduceros JUAN VICENTE MORALES Y JUAN MARTÍN MUJICA respectivamente.

Se aprobó en la noche de hoy jueves por el deliberativo sanducero.

 

Fuente: 20Once

La triste historia del primer uruguayo de Talleres

Apareció en el lateral izquierdo de Talleres el 6 de mayo de 1984. Juan Vicente Morales era una de las grandes atracciones aquella tarde en el viejo Chateau, donde la siempre vendedora presencia de Boca Juniors completaba un combo por demás interesante.

El lateral izquierdo uruguayo aparecía como la principal contratación a la que había apostado Amadeo Nuccetelli para reforzar un equipo que había sido semifinalista en el Nacional, el torneo con que se abrió la temporada. Así, se convirtió en el primer futbolista uruguayo que vistió la camiseta albiazul y en el mismo puesto que hoy juega Lucas Olaza.

Morales, por entonces con 28 años, exhibía antecedentes de sobra para presumir: tenía 15 partidos internacionales con la selección charrúa y venía de Peñarol, el club con el que dos años antes había logrado la Copa Toyota en Japón, al vencer 2-0 al Aston Villa de Inglaterra, en la que fue la última gran coronación del aurinegro.

Ese día, por la sexta fecha del Metropolitano, la “T” logró uno de esos triunfos resonantes, a pesar de haber jugado con un hombre menos durante casi todo el segundo tiempo por expulsión de Daniel Riquelme. Fue 2-0, con tantos de Hugo Tedini y Ángel Hoyos.

“El Lagarto”, el apodo que traía de su Uruguay natal, disputaría 12 partidos en el conjunto que dirigía Humberto Maschio, hasta que el recrudecimiento de una lesión sufrida en la Libertadores de 1983, lo terminó por relegar. Cuando se recuperó, José Omar Reinaldi que había sucedido al “Bocha” en la conducción técnica, lo mandó al banco de suplentes.

Sin lugar en el equipo, Morales regresó a su país y su rastro se perdió. Deambuló por equipos del interior uruguayo y su figura cayó en el olvido. En noviembre de 2015, un ex compañero suyo de los tiempos de Peñarol, Nelson Marcenaro, lo rescató del anonimato y de un durísimo presente. Estaba en situación de calle, durmiendo en los galpones de una compañía de transporte junto a un hermano que trabajaba en el lugar. «A las siete de la mañana los empleados entraban a cumplir con sus labores y él se tenía que ir», contó Marcenaro, quien preside “Nostálgico”, una asociación civil tendiente a recuperar a viejas glorias del fútbol uruguayo. “En invierno, con grados bajo cero, se iba a caminar por todos lados, hasta la medianoche».

Morales, familiarizado con la gloria, los flashes y el buen pasar, había perdido por deudas su casa en el coqueto barrio del Prado, además del auto y una camioneta Grumet. Se abrigaba con cartones y dormía en el piso.

Hoy, después de una internación que le devolvió la vida, pasa sus días en la casa de una hermana con la que no se hablaba, y con una parálisis facial producto de un virus.

Dicen que un dirigente de Peñarol respondió, cuando se le planteó la posibilidad de una asistencia a Morales, que «lo que los jugadores le dieron al club, nosotros ya lo retribuimos en su momento». Los días de gloria, claro está, eran cosa del pasado.