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Empezaron las visitas guiadas a la Estancia “Buen Retiro”, donde se asienta el Castillo Morató, en Paysandú

Cuando desde el sábado 30 de enero de 2021 se inicien las visitas guiadas a la Estancia “Buen Retiro”, donde se asienta el Castillo Morató, el departamento de Paysandú ganará, objetivamente, un atractivo turístico. Hace muchos años, y desde varios sectores de la sociedad, especialmente vecinos de Guichón y su zona de influencia congregados en organizaciones que trabajan por el desarrollo local, se ha manifestado el valor de esta incorporación que hasta el momento se entendía imposible.

 

En una sesión de carácter extraordinario y  que se convocó a contrareloj, el 30 de diciembre de 2020 la Junta Departamental declaró como bien de interés patrimonial “al casco y el entorno de la Estancia “Buen Retiro”

 

 

 

La apertura del lugar “es una oportunidad para mostrarle a la gente nuestro patrimonio familiar. El castillo forma parte de la historia del Uruguay”, dijeron Alfredo y Antonio Morató, propietarios de la estancia

 

Que no, que si

Según contaron a LA TRIBU exautoridades de la Dirección de Turismo, durante el quinquenio pasado se analizó la posibilidad de gestar un acercamiento con los propietarios del lugar pero las negativas explicitadas en ocasiones anteriores resultaron desestimulantes. Recuerdan que los guías turísticos de la zona de Guichón habían insistido en la apertura al público del casco de la estancia pero siempre consiguieron la negativa como respuesta.

Entonces, las actuales autoridades, nacionales y departamentales, tienen el mérito de haber destrabado una situación que hasta hace poco parecía totalmente inviable y las anteriores, todas ellas, tendrán que asumir que quizás aquella negativa que los inmovilizó se podría revertir.

 

Se entiende que desde hace años está deshabitado y en las notas de prensa no se ha contado si se habilitará toda la estructura o sólo alguna parte así como tampoco si el edificio ha recibido algún tipo de inspección

 

Sin embargo, varias personas que manejan algún grado de información respecto al asunto hablan del llamativo cambio de opinión, sin dejar de reconocer que nos referimos a un bien privado del cual sus legítimos propietarios pueden disponer a su antojo.

Para algunos, la apertura que se consumará en pocos días se explica por las gestiones realizadas por el subsecretario del Ministerio de Turismo, Remo Monzeglio. Otros señalan que la llegada de visitantes el castillo se instrumentará de una forma tal que podría implicar un negocio interesante. Además, en la medida que el destino logre posicionamiento, sería lógico esperar que el Estado ayude mejorando servicios e infraestructura, por ejemplo invirtiendo en el camino que lleva a la estancia o, quizás, se pueda conseguir aliviar alguna carga impositiva.

La apertura del lugar “es una oportunidad para mostrarle a la gente nuestro patrimonio familiar. El castillo forma parte de la historia del Uruguay”, dijeron Alfredo y Antonio Morató, propietarios de la estancia, a los periodistas invitados por la Intendencia de Paysandú a la recorrida que se realizó el sábado 23 de enero y que despertó algunos resentimientos en tanto las invitaciones fueron limitadas.

 

El costo del viaje es de 1.800 pesos por persona e incluye traslado desde Termas de Almirón hasta el castillo, el acompañamiento del guía turístico y la entrada.

 

¿Por qué es interesante la propuesta?

En general, las coberturas realizadas en aquella ocasión colaboran  con la necesidad de generar expectativa para movilizar a los visitantes. Los informes de los canales de televisión y las notas de prensa no abundan en imágenes de la añeja construcción al tiempo que las declaraciones de los promotores del destino tampoco trascienden de la reiteración de lo interesante que resulta conocer una construcción “de hace siglos” y que “ha sido testigo de historia de América”, pero todavía hay poco de detalle, es esperable un aporte más contundente y preciso de información que haga evidente la necesidad de conocer el sitio.

En la recepción a la prensa especializada el intendente Olivera argumentó que se trata de “una construcción fastuosa, pomposa, en el medio de la nada. La historia es interesante no solamente por cómo se construyó sino también porque esas tierras pertenecieron al expresidente de Uruguay, Fructuoso Rivera, y el lugar tiene construcciones misioneras, previas a la fundación de Montevideo y de Colonia del Sacramento”. Habrá que ver si eso basta para convocar y qué aportes realizarán los guías locales, que estarán a cargo de las recorridas, para enriquecer el paseo.

 

La parte inicial de la obra se desarrolló entre 1902 y 1904 por encargo de un comerciante llamado Francisco León Barreto y se concluyó en 1916 correspondiendo entonces la gestión del bien a Ovidio Morató, yerno del impulsor y químico farmacéutico de profesión.

 

A pasar por ventanilla

Quienes deseen visitar el castillo deben agendarse previamente en la administración de Termas de Almirón, en una acción del Estado en apoyo al emprendimiento privado que para algunos debe ser explicada. Se afirma que en breve esa tarea, la de organización, será desarrollada por el Hotel Salinas.

El costo del viaje es de 1.800 pesos por persona e incluye traslado desde Termas de Almirón hasta el castillo, el acompañamiento del guía turístico y la entrada. Ante la posibilidad de que viajar munido con el taper cargado con alguna torta de fiambre sea mal visto, se ofrece la opción de comprar una merienda por 750 pesos.

¿Para selectos?

La difusión de esos precios generó reacciones adversas de muchos sanduceros que señalan que para una familia de trabajadores resultará materialmente imposible conocer el antiguo nuevo atractivo. Quizás las palabras del ya mencionado subsecretario de Turismo nos iluminen para comprender el asunto. En una nota publicada por el diario “EL TELÉGRAFO” el 20 de setiembre de 2020, Remo Monzeglio detalló de las negociaciones que desarrollaba con los propietarios del bien para lograr su apertura al público y manejaba como “probable que se comience con un emprendimiento turístico selecto, para 8 turistas” y estimó que: “este edificio atraerá a turistas de alto nivel adquisitivo”.

 

El Castillo Morató se encuentra a unos 110 kilómetros de Termas de Almirón y, según los baqueanos, aproximadamente un tercio del trazado es de piedras y, por lo tanto, es prudente marchar a velocidad media o baja.

 

Ni tan cerca, ni tan lejos

La historia dirá si los selectos se sienten motivados a recorrer tantos kilómetros para llegar al castillo, siendo que un tramo considerable de esa distancia es un camino de piedra que castiga por igual a los viajeros, sin distinguir clases sociales. Aunque, claramente, los huesos de quienes viajen en un vehículo de alta gama padecerán menos que los de aquellos que se pongan en marcha en un modelo más viejo.

Y es que también, objetivamente, el factor distancia y las condiciones del camino podrían ser determinantes para la suerte del emprendimiento. El Castillo Morató se encuentra a unos 110 kilómetros de Termas de Almirón y, según los baqueanos, aproximadamente un tercio del trazado es de piedras y, por lo tanto, es prudente marchar a velocidad media o baja.

Considerando esa característica es que los conocedores del lugar ponen en duda que se pueda cumplir con el anuncio de que el paseo se hará en dos horas, ida y vuelta desde Termas de Almirón hasta la estancia, tal como promociona la Intendencia. Aseveran que es muy probable que ese lapso sea necesario sólo para llegar.

La historia

La parte inicial de la obra se desarrolló entre 1902 y 1904 por encargo de un comerciante llamado Francisco León Barreto y se concluyó en 1916 correspondiendo entonces la gestión del bien a Ovidio Morató, yerno del impulsor y químico farmacéutico de profesión. Aparentemente el edificio tiene detalles que lo distinguen y que son representativos del gusto más refinado de la Europa de inicios del siglo pasado. Señalan que desde su creación contó con un sistema de alumbrado y un servicio de agua, entre otras particularidades.

Se entiende que desde hace años está deshabitado y en las notas de prensa no se ha contado si se habilitará toda la estructura o sólo alguna parte así como tampoco si el edificio ha recibido algún tipo de inspección que descarte eventuales debilidades en la estructura.

 

Se trata de una construcción, verdadera joya escondida en las tierras de Paysandú, ubicado en Tres Arboles a unos 60 km al noreste de la ciudad de Guichón.

 

Bien de interés patrimonial

En una sesión de carácter extraordinario y  que se convocó a contrareloj, el 30 de diciembre de 2020 la Junta Departamental declaró como bien de interés patrimonial “al casco y el entorno de la Estancia “Buen Retiro””, según propuso el intendente Olivera a instancias de la Comisión Departamental de Patrimonio Cultural.

No está claro si la premura por la distinción tiene algo que ver con la iniciativa que se gestaba entonces.

El documento tampoco explica que implica esa declaración salvo la mención genérica de que el lugar debe “preservarse y difundirse como corresponde”.

La aprobación se consolidó con los 16 votos del Partido Nacional y Cabildo Abierto dado que a la hora de votar los ediles del Frente Amplio se habían retirado de sala en protesta por la no inclusión en el orden del día, con carácter de grave y urgente, de la problemática de los CAIF que se hacía evidente por aquellas horas. Mientras que el edil colorado, David Helguera, votó negativamente y denunció lo que consideró un incumplimiento del presidente de la Junta que no observó el acuerdo previo que establecía que cada bancada dispondría de 15 minutos para exponer, en sala, sobre el tema.