En una entrevista a Radio Rivadavia de Argentina, el expresidente de Uruguay José Mujica habló sobre la pasión que siente por el fútbol. Mujica, entre el 2010 y 2015, aseguró que «no existe uruguayo que mire el fútbol de lejos».
Mujica contempló el estado contemporáneo del fútbol en Uruguay y reconoció que los sueldos de algunos futbolistas ofenden por lo elevados que son, especialmente en comparación con los sueldos de la gente común.
«Los sueldos de algunos jugadores de fútbol ofenden, sobre todo por cómo están nuestros pueblos. Pero no es culpa de los jugadores. Los jugadores son el pretexto para una movilización económica que gira alrededor de ellos. Ellos no pueden escapar a la realidad de nuestro tiempo», lamentó.
Remarcó que un punto débil del fútbol contemporáneo uruguayo es la falta de fuerza económica «para sostener el profesionalismo contemporáneo».
Señaló el enfoque científico que se aplica en el fútbol moderno a nivel mundial y lamentó la diferencia de preparación que existe con otros países..
«Se está introduciendo mucha técnica científica en todo lo referido al fútbol. En la preparación física, en la táctica, en la formación de jugadores. Pero nosotros corremos desde atrás. Tenemos buenos jugadores, pero es muy difícil que podamos coquetear con títulos internacionales, porque se va generando una diferencia entre los países desarrollados con nosotros».
El exmandatario confesó que es hincha de un equipo local, Cerro. «Estoy acostumbrado a perder, pero soy hincha por localismo», reveló.
Según su opinión, una de las emociones más grandes que tuvo la historia de fútbol uruguayo es elMaracanazo, la victoria de la selección de fútbol de Uruguay en el partido decisivo de la Copa Mundial de Fútbol de 1950 frente a la selección de fútbol de Brasil.
Al consultarle por ese ‘antiguo fútbol’, Pepe Mujica optó por distinguir las diferencias económicas que halla con el actual. Según explicó, en el Mundial del 50 «todos los jugadores andaban medio peleados» y el pase a Schiaffino, uno de los mejores del momento, costó 300.000 dólares, mientras que ahora «todo es negocio».
«Ahí en los 50 hubo una huelga. La capitaneaba Obdulio Varela. Todos los jugadores andaban medio peleados. Y sin embargo se dio. Después de eso se dieron unos pases a Italia. Pagaron a Schiaffino como 300.000 dólares, un disparate para esa época», indicó.
Casi al final Mujica reconoció que el fútbol contemporáneo se ha transformado en un negocio.
«Un negocio que en parte tiene arte, magia. Pero claro, las sociedades modernas y actuales se caracterizan en transformar en negocio hasta los suspiros. Todo es negocio. El fútbol, también. Puertas atrás tiene cosas dolorosas», concluyó.