«Somos acérrimos defensores de la presencialidad pero en este contexto la virtualidad y el trabajo a distancia han sido cruciales. A través de plataformas, redes y cuadernillos hemos logrado mantener a la escuela y a la comunidad unidas, al docente y al estudiante conectados…»
1- Estamos en uno de los peores momentos sanitarios de nuestro país, a diario superamos los 2000 casos de contagios y los 60 fallecimientos, es arriesgado retomar la presencialidad y para ello es necesario realmente comenzar de modo seguro. Si las autoridades sanitarias evalúan que corresponde comenzar por etapas, sería positivo que las mismas fueran por períodos de tiempo con posibilidad de estudio de cada situación y avances, estos períodos no podrían ser menores a quince días para medir impactos. Tememos transcurrir nuevamente por la situación de inseguridad vivida en marzo donde se implementó la presencialidad plena sin analizar la situación sanitaria y las diferentes realidades. Estuvimos al límite de la vulneración de protocolos. Esa presencialidad fue un factor importante que favoreció al aumento sustancial de la movilidad y de los casos covid positivos. Los contagios fueron masivos y muchas escuelas cerraron sus puertas para su desinfección, muchos grupos de niños estuvieron en cuarentena, muchos docentes y no docentes en cuarentena aislados con sus familias, y lo peor de todo, lamentamos pérdidas de familiares, amigos y conocidos. Esto no contribuye de ninguna manera a una enseñanza efectiva, a la construcción de aprendizajes de calidad y la formación integral del ser humano como ser bio psico social.
«En este posible comienzo de la presencialidad por etapas se debería tener presente el comenzar por subgrupos en diferentes días, con el objetivo de disminuir la movilidad de estudiantes y familias, permitiendo el mejor control de burbujas sanitarias…»