Tras la reunión mantenida en días pasados entre Martínez Vital y dirigentes de la LSF (Pte. Luis Arreseigor y José de los Santos), juntamente con representantes de los clubes (Barrientos y Miquelarena), se abordaron temas relacionados al arbitraje del fútbol salteño.
De dicha reunión habló más tarde Néstor Martínez Vital en un medio de prensa escrito de nuestra ciudad. Esas declaraciones causaron molestias a los integrantes de ASDAF.
Lo real y concreto es que, el gremio presidido por Carlos Gómez entiende que fue un agravio directo en cuanto a la condición física de los árbitros.
Muchas sedes al principio eran ranchos o piezas pequeñas, las cuales solo contaban con algunas sillas y poca cosa más.
Del picado del campito a la barra del club, el orgullo de ponerse la camiseta del equipo, discutir el nombre del nuevo club, los colores de la ropa.
Clubes que alternaban de lugar entre casas, piezas y algún pequeño galpón de la zona pasando años hasta poder establecerse de forma más o menos definitiva.
Sin embargo, el eje central siempre será el club y el barrio. Ejemplo de esto los hay muchos en nuestra ciudad, así recordamos a Barrio Artigas – Gladiador, Barrio Ceibal – Ceibal, Barrio Salto Nuevo – Salto Nuevo, Barrio Williams – Sud América, Barrio Cien Manzanas – Lobo Libertad.
El club como identidad de una comunidad, la cultura barrial, los compromisos familiares y la tradición de seguirlos, el club como elemento comunitario con sus actividades sociales, culturales y deportivas.
El club también encierra un sentimiento, la sede, la cancha, la casa de los vecinos, los hinchas, las banderas en las casas, el asado, el mate, la barra, la caminata a la cancha, los camiones, los autos, las bicis y la tradicional batucada siempre alentando.
El sueño del niño del barrio, alentado por sus pares y familia, la ilusión de llegar un día a formar parte de la primera línea del club.
«En el fútbol, ritual sublimación de la guerra, once hombres de pantalón corto son la espada del barrio, la ciudad o la nación.»