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El ítalo uruguayo Primo Zuccotti y sus proezas

DEPORTECA DIARIO URUGUAY.

El baúl de recuerdos de la carrera trae un viejo episodio que cambió la vida de un italiano que llegó para competir. Unas barreras del tren bajas en Manga impidieron que Primo Zuccotti hubiese sido el único itálico en vencer.

Virgilio Pereyra era el puntero en 1950. Zuccotti y Debenedetti eran las amenazas que descontaban poco a poco la diferencia. Antes de llegar a Soca; Pereyra pinchó el tubo trasero. Atacan los italianos cerca de San Jacinto cuando pinchó Zuccotti y Virgilio aprovechó para cambiar la rueda. También pinchó Debenedetti. Los italianos aprovecharon un nuevo percance de Pereyra y junto a Fombellida atacaron conjuntamente con Figueredo, Machado, Panuncio, Gorga y Donatti. Aumentaron la distancia.

Cuando faltaban 30 km tenían dos minutos entrando así a Montevideo. El tren de los punteros era arrollador. Virgilio con el Pocho de los Santos y los otros luchaban sin cesar. Ocurrió lo inesperado. Cuando los punteros iban a cruzar la vía férrea en Cuchilla Grande en estación Manga se encontraron con las barreras bajas y un largo tren que hacía maniobras.

INTENTARON CRUZAR A PIE

Bajaron de las bicicletas. Zucotti y Debenedetti intentaron cruzar a pie agachándose entre uno y otro vagón. Estaba el comisario general Sr. Pascual Castiglioni quien le indicó que no lo hicieran y que les computaría el tiempo perdido. Los últimos km fueron emocionantes. Figueredo fue el primero en entrar al Estadio seguido por Zuccotti (al final vencedor), Debenedetti y Machado más atrás corriendo a pie porque rompió la máquina. El Jurado se reunió después y no se hizo lugar al reclamo italiano sobre el episodio de las barreras.

PRESENTÓ RECLAMOS

El equipo italiano presentó sus reclamos y la decisión se estiró durante semanas. Mientras tanto, el triunfo nadie se lo sacaba a Virgilio Pereyra. Había lucido brillantemente los colores del club Belvedere y anotó así el único éxito de la ya desaparecida institución del barrio de la Cuchilla.

El Tribunal Arbitral ratificó lo del que había instaurado el Jurado de la prueba y Virgilio ganó por 50″. Zucotti se quedó un tiempo esperando que la resolución le fuera favorable y terminó afincado aquí. Esta anécdota marcó la vida posterior de Primo quien constituyó toda su familia en Uruguay y terminó siendo un caballero del ciclismo uruguayo.

COMERCIANTE

Zucotti se dedicó al comercio de las bicicletas y las motocicletas, fue referente para muchos ciclistas del momento y maestro de muchos que surgieron después. En la rica historia que tiene la Vuelta, el episodio «de las barreras» de 1950 es uno de los hechos más recordados.

A VECES VUELAN LOS CAMIONES

Una del recordado relator Héctor Regueiro. El «Gallego» contó a Ultimas Noticias el principal recuerdo que tiene presente. «Debutaba en el 46 y debía relatar el primer embalaje en Canelones. Me fui directamente y salí al aire. Iba en un camión de Mejoral, pero hubo una recomendación que me hizo el presidente del directorio, don Lorenzo Varela. Me dijo: ‘Tú te vas en un camión, pero cuando veas al avión nombralo y dale línea porque allí viaja Mr. Harwer, un americano que es administrador del principal avisador. Cuando apareció el avión, un compañero me señala el avión y yo dije la frase: «Sobrevuela en estos instantes el camión de Mejoral».

HISTORIAS DE CAMPEONES MUNDIALES

Hoy tenemos en el pelotón a un medallista olímpico en el equipo español. Se llama Asier Maeztu y compite por la escuadra que dirige el uruguayo radicado en España, Héctor Roldán. Maeztu ganó la medalla de bronce en persecución en los Juegos Olímpicos de Atenas de 2004. En 1946 llegó el italiano Bruno Loatti. Fue el primer europeo estrella. Había sido vicecampeón mundial de velocidad. Se había radicado en la Argentina tras ser sorprendido en América por la guerra Mundial. Campeón itálico en los años 1934-35, 1938-39. Abandonó en la tercera etapa en Mercedes tras dura porfía con Atilio François que también fuera vicecampeón mundial al año siguiente. En la década del 90 llegó un medallista olímpico estadounidense Tim Quigley, que curiosamente terminó entre los últimos. Más acá, el ruso Sergei Soukurentchkov, campeón Olímpico y Mundial. Claro está, nuestro Milton Wynants.

PEÑAROL: EL MÁS GANADOR

Peñarol es el equipo más ganador del ciclismo en la Vuelta del Uruguay. Hoy compite la enseña aurinegra que representa a Maldonado. Los aurinegros tienen su sede abarrotada de trofeos. La mayoría ganados por el fútbol. Pero entre ellos, pocos superan la belleza artística del célebre «Trofeo de la Casa Iriarte» (foto). Una copa instituida en 1951. Mide un metro y medio y es de bronce soldada a plata. Una joya artesanal. Varios ciclistas en sus bicicletas, que aunque parezca mentira, ¡funcionan! La ganó por las victorias consecutivas de Dante Sudatti, Aníbal Donatti y el maragato Luis Pedro Serra.

Entrevista a Oscar Almada

(Tomado de la nota publicada por Don Pedal en su número del 12 de Agosto de 2008.)

-“Me llamo Oscar Almada Correa y nací un 18 de octubre de 1943”, dice:
-Mis inicios fueron en el club Girardengo, te digo más, era por entonces julio de 1961. Yo tenía 17 años.
En 1962, se produce mi primer triunfo importante. Fui Campeón de los Barrios de Montevideo, defendiendo al Girardengo, que como te dije, fue a la primera institución de ciclismo que defendí, que además no fueron muchas, porque mi campaña deportiva no fue demasiado extensa que digamos.

A nivel federado me refiero, porque la pasión por las bicicletas me ha acompañado los días de mi vida, y me he “trenzado” con los veteranos por muchas temporadas. Pero volviendo al Campeonato de los Barrios, fue una satisfacción enorme. Fue un triunfo que me marcó el camino hacia el ciclismo de primera categoría.
Porque tal vez muchos jóvenes de ahora no tienen idea de lo que eran, por entonces, los campeonatos de los Barrios de novicios… la importancia que le daban los medios de prensa.

Salir campeón de los Barrios era el mejor pasaporte, era recibirte de ciclista realmente, y era abrir la puerta del ciclismo federado, que por entonces tenías que recorrer las diferentes categorías para llegar a Primera.

-¿Te gustaba la pista, no?
-Si, si. Me gustaba la pista claro. El velódromo tenía actividad continua. Sus tribunas se poblaban de público. Y lo principal, los ciclistas bajaban a la pista. Nadie ponía mala cara si tenía que bajarse de la “chiva” de ruta y subirse a la pistera. A mi me gustaba mucho. Logré muchos triunfos y títulos a nivel de pista. El campeonato de los Barrios fue uno de ellos. Pero después competí incluso en campeonatos americanos. Me acuerdo que en diciembre de 1965 competí en Chile la final por el americano de persecución individual con Martin Emilio Rodríguez “Cochise”, aquel ídolo colombiano que dejo su marca por el mundo… Fui vice campeón americano… Y acá en Uruguay algunos que peinan canas recuerdan las finales de persecución individual que disputé con el “Vasco” Etchembare, donde bajamos dos veces el record nacional.
Esto fue comentado por mucho tiempo. Muchos lo recordarán.
El Campeonato de los barrios de 1962. Su primer triunfo de importancia.
La final se disputó el 12 de octubre de ese año en el Velódromo Municipal de Montevideo.
Eran 50 vueltas y 5 embalajes. Almada los ganó todos….

– Pero en ese mismo campeonato fuiste campeón americano de contrarreloj por equipos…

-Es cierto. Fue en Chile. Los “matamos” a todos. Les metimos casi cinco minutos a Colombia que fue segundo. Volamos ese día. Hicimos los 100 kilómetros a mas de 44 kilómetros por hora, “metimos” un tiempo de 2h 14m 05seg.

-¿Te acordás del equipo?

– ¡Claro! Lo integraron Vid Cencic, el floridense Francisco Pérez, Orlando Aguirre, mi compañero de Olimpia y yo.

– 1965 entonces, ¡qué año para vos! Eras el ídolo del momento, ya que habías ganado las “Mil Millas Orientales” …

– La verdad que sí. Qué tiempos aquellos. Tenía 21 años. Yo nunca había corrido todavía las pruebas de largo aliento, ni las “Mil Millas” ni “La Vuelta”. O sea que en mi primera carrera de etapas, tuve la suerte de ganarla.

– Y contra que rivales, tú eras un niño “cara sucia” que te atreviste a plantearle lucha a los ídolos consagrados… A ver, recordáme nombres de esa carrera y de esa época…

– Si, yo era muy joven, y ellos ídolos totalmente consagrados. En esa “Mil Millas” corrieron ciclistas enormes como el “Musculoso” Villanueva, Vid Cencic, el desaparecido Wilde Baridón, Walter Moyano, Francisco Pérez, el “Vasco” Etchebarne, los también desaparecidos físicamente Juan José Timón y René Deceja, el “Gellego” Ricardo Vázquez, Pedrito Hernández, Roberto Chemello, el “Chelo” Correa, su hermano Jorge, Pezzati, Arballo, Antonio Díaz…

– El triunfo se dio en la última etapa, aunque arrancaste con buen pie.

– Sí. Arranqué ganando la primera etapa y quede de Malla Rosa. Embalaba fuerte. Aunque después tuve algunos inconvenientes, siempre traté de estar en las escapadas más importantes, a la expectativa. Y el último día se hace una fuga en donde estaban los grandes valores del Punta del Este, Moyano y Vid Cencic. Estaba también el “Chelo” Correa, el recordado Roberto Chemello, el “Tano” Guissepe Sunzeri y yo. Trabajamos fuerte y pude lograr descontar tiempo y llegar a la punta de la general.

– A nivel de selección, vestiste la celeste en muchas oportunidades…

– Si, si. Eran tiempos en que se viajaba muchísimo. El ciclismo tenía una organización estupenda. Había dirigentes capaces. Yo siempre recuerdo a Walter Salgués como un gran dirigente, más allá de sus conocimientos de ciclismo que volcó luego principalmente con la juventud.
Yo tuve la suerte de viajar mucho con la selección. En una oportunidad estuvimos seis meses en Europa, entrenando y compitiendo para los Campeonatos del Mundo de Francia y los Juego Olímpicos. Fue en el año 1964. Ese año tuve el honor de ser olímpico, ya que defendí a Uruguay en las olimpíadas de Tokio, Japón.
Estuvimos mucho tiempo en Italia preparándonos y compitiendo a las órdenes de Giovanni Proietti, un técnico italiano que dejó muchas enseñanzas durante su paso como técnico de la selección nacional. Mirá, te cuento, éramos nuevo ciclistas: El riverense Elio Juárez, el “Vasco” Etchembarne, Ricardo Vázquez, Wilde Baridón, Francisco Pérez, Juan José Tmón, Antonio Díaz, René Deceja y yo.

– ¿Qué fue Primo Zucotti para vos?

– Primo era el “Uno” del ciclismo por entonces. Fue el padre de todos los ciclistas. Sabía una enormidad de ciclismo, y su escuela aún perdura en muchos técnicos que siguieron sus enseñanzas. Todos en alguna oportunidad pusimos en práctica sus consejos. El “Tano” fue muy respetado y querido por todos. Pensar que vino a correr una Vuelta Ciclista, y por un problema legal fue dilatando su partida a tal punto que se quedó para siempre en nuestro país. Es un punto de referencia enorme en el ciclismo uruguayo. Marcó todo en una época desde su comercio en la avenida 8 de Octubre.

– Sin duda que habrá habido otras presencias internacionales que habremos pasado por alto…

– Creo que sí. En una oportunidad, gané una carrera muy importante en Chile, de cuatro etapas. Fu en el 64 también, antes de irnos para Europa. Era la Vuelta Ciclista de Viña del Mar. Fueron 512 kilómetros en cuatro etapas, con terreno montañoso. Yo corría por entonces por el Colón FC, mi segundo equipo. En esta carrera, el segundo lugar lo ocupó quién fuera mi gran amigo Joselín González, desaparecido físicamente cuando era muy joven. Joselín era un ciclista estupendo, pero la vida se lo llevó en plena actividad. Después participé también en los Juegos Panamericanos de San Pablo, estuve en el Campeonato Mundial de Alemania de 1966, en fin, tuve la suerte de vestir la celeste en infinidad de ocasiones, y también la suerte de viajar mucho por el mundo gracias a la bicicleta.

– Después de la actividad deportiva Oscar, la comercial…

– Si, casi nunca me pude apartar realmente de la bicicleta. Y hace unos cuantos años que estoy en el rubro, al frente de mi comercio. Me gusta lo que hago. Me gusta asesorar a la gente, principalmente cuando se habla de competición. Me va bien gracias a dios. Estoy en lo que me gusta, y en lo que me dio un nombre en el deporte.

– La actividad comercial también te ha dado la oportunidad de viajar…

– Si. Si bien viajé mucho cuando estaba en activo, y conocí muchos países de mundo, he viajado también en los últimos años principalmente para conocer mejor y estar más cerca de lo último en el tema competición. Siempre me gusta concurrir a la Feria de la Bicicleta de Milano, que se celebra anualmente, para poder concretar algún negocio y para poder ver lo que vendrá en ciclismo.
Así puedo asesorar de mejor manera a mis clientes.