LA OFI Desde Trinidad Flores/Pablo Campiglia para Diario Uruguay.
Este no es un día más para los muchachos que integran la selección, para el cuerpo técnico, los colaboradores y para los pocos que apostaron por este proyecto.
Flores va en busca de un lugar en la final del Sur. Va por la gloria.
Aquellos días de diciembre donde la incertidumbre era enorme, quedaron atrás, entre otras cosas porque a los que integran este cuerpo técnico poco les fue importando el tamaño de los obstáculos.
Se pusieron como meta armar un grupo con los que quisieran estar y ponerse un objetivo: sentirse dueños de la camiseta y defenderla a muerte.
¿Qué los ayudó? Y seguramente la rebeldía, las ganas de demostrar primero para el propio grupo y después para los de afuera: que con trabajo, humildad, sacrificio, se puede llegar.
Y se llegó, a pesar de las lesiones, de las bajas, de los partidos que debieron tener otro final y de una tribuna a la que le costó responder.
Le ganaron a todo eso y se ganaron el respeto. Se ganaron la chance de meterse en la historia y ahora saben que dependen de un último esfuerzo.
No será fácil. Tienen enfrente a un grande, que juega de local, que tiene todas las herramientas que acá son casi imposibles de conseguir. Pero… son 90 minutos y este grupo de “gurises” con apenas un par de “referentes”, son conscientes que la chance está.
Entonces hoy quiero que la celeste salga sin la presión de la obligación, que salga con la cabeza clara y el corazón caliente con el objetivo de llegar más alto, pero sabiendo que lo hecho hasta hoy, en nada podrá borrarlo un resultado adverso.
Hoy muchachos no se les va la vida. Tomen este partido como el escalón a subir para treparse a lo más alto y si el esfuerzo no da sus frutos, mañana con la frente en alto y la mirada a los ojos del que sea: con la satisfacción del deber cumplido.
Fui, soy y seré crítico. Pero créanme que en este caso, ir a los entrenamientos, compartir viajes, saber de las dificultades por las que día a día pasa este grupo, me otorga una alta tolerancia a los resultados adversos que puedan llegar.
Quiero el triunfo, me despojo del papel del analista por un rato y me pongo en la piel del amante del fútbol y del que entiende que un triunfo esta noche le dará a este grupo humano el merecido premio.