La materia de este libro nace de mis afectos más cercanos, y por eso ellos fueron los primeros en saber de él. Pero ahora ya es tiempo de que el librito vaya conociendo mundo.

Tengo mucha gente a la que agradecer, y lo haré en todas las ocasiones que pueda. Ahora agradezco especialmente a Rumbo Editorial y a Carmen Galusso por la oportunidad de la publicación, el trabajo esmerado de la edición y el cariño. A mi hermana mimosa Mylai Benavídez (Instagram: @mylaibenavidez), que me regaló las hermosas ilustraciones de tapa, contratapa e interior. Y a Matías da Costa, que me concedió el honor de esta joyita de contratapa:

«Custurador de barro» es una bellísima obra de alfarería. Leerla es adentrarnos en un monte nativo desde donde nacen todas las cosas, entre ellas, nosotros mismos. El autor modela con serenidad su pasado, y nos hace partícipes de esa construcción. Para cuando nos damos cuenta, ya estamos con las manos embarradas, descalzos bajo el sol de las once, diluidos en sus versos. Es allí cuando Benavídez nos sumerge en la pureza de su poética y la claridad de su mirada, y nos envuelve con su lengua materna, hecha de jazmín y de barro.
Pareciera que el autor vuelve a moldear su libro cada vez que encuentra un lector. Y esto hace que leerlo sea una experiencia única, íntima y sanadora. Con la admirable calidez de su obra, Benavídez nos muestra una deslumbrante fórmula para reconstruir el pasado. Solo nos queda agradecer».

En breve haremos las presentaciones, e iré publicando información al respecto. Pero si ya querés conseguirlo, podés hacerlo:

 En cualquier librería de Montevideo, y unas cuántas del interior.
 En Rivera: con Eclipsamor Libros, y en La Aldea (Cuaró 769) con Michel Croz Martins y Verônica Loss.
 En Minas de Corrales, en Papelería Camargo, y en PAPELERÍA 18 DE JULIO (con Larissa Da Rosa).
 Si estás en otro lugar del país y querés que te lo envíe, con dedicatoria y todo, escribime al 094857090, o por mensaje privado en Facebook o Instagram.