Hay que remontarse a la década de los 70, cuando entre tantos jugadores afectos a la técnica y al arte (fútbol-fútbol), aparecía JOSÉ LUIS DA SILVA.
El «Bicho» Da Silva, en aquella función de volante por derecha. Casi de la misma estirpe que José Luis «Carioca» Amaro primero y Elbio «Cubilla» Hernández después.
Cultores de la gambeta.
En 1971, el «Bicho» fue inalterable titular del Hindú Campeón Salteño, conformando el medio campo con Ricardo Lagos y Hugo Eduardo «Cacho» Carbajal.
Después de ese Hindú, se sumó a Deportivo Artigas y fue protagonista apto. Disfrutable. Desde la década de los 70, hasta los 80.
Además del fútbol, José Luis fue uno más en la unidad del Ejército. Ese fue trabajo, hasta que le llegó el tiempo de la jubilación.
El domingo pasado a la noche, los contactos entre gente de fútbol, para revelar la compleja situación en la salud del «Bicho» Da Silva, quien padece Alzheimer avanzado, con todo lo que ello implica en el entorno de su hogar.
Desde Montevideo, DOMINGO RUFINO CÁCERES, fue uno más para convertirse en palanca impulsora para que la solidaridad no falte, mientras sus excompañeros de fútbol, tanto en Hindú como en Deportivo Artigas, se propusieron encarar las colectas necesarias «para ayudar al amigo». Después de las 13 horas de la víspera, Víctor Ricardo «Globo» Bermúdez tiró la señal a EL PUEBLO, «porque nos pusimos al habla y ya vamos consiguiendo un dinero que lo entregaremos a la familia. En momentos como estos, solo queda dar una mano»
LOS CORAZONES SOLIDARIOS
Para tener en cuenta, la dirección de la casa donde habita José Luis Da Silva: Bella Vista 1307, esquina Luis Alberto de Herrera (ex15 de noviembre).
La verdad sin ser eludida: quienes puedan sumarse a la causa, la valoración de los pocos familiares directos, «porque toda ayuda es bienvenida».
En tanto no hay mucha duda para sostener que frente a casos como estos, los corazones solidarios del fútbol son capaces de juntarse otra vez. Quienes fueron sus compañeros de equipos y quienes no también.
Al fin de cuentas, un caso de salud como este, supera largamente las fronteras que puedan dividir: la de los clubes y sus colores.
En pro del «Bicho» Da Silva, la llama de la sensibilidad humana.