LA OFI EN DIRECTO A LOS 75 AÑOS. Desde Rivera/Eduardo Mérica para Diario Uruguay
Lo que vamos a contar lo tenemos grabado de los testigos que hemos contactado durante 30 años, para saber la verdad de la fundación de la Organización del Fútbol del Interior. Y los testimonios hablan sin parar… Cada instante -de aquel 14 de Julio de 1946- parecía el último. Había que tenerlas bien puestas para ir hasta Montevideo con la mente, el alma y el cuerpo y el gesto fiero. Y la palabra fuerte rumbo a la pelota que apenas corría para el fútbol profesional de la AUF. Los cofundadores dejaron la vida en sus viajes para que naciera la OFI, y llegó el momento triunfal del Dr. Isidoro Leirana, presidente de la Liga Departamental de Fútbol de Paysandú. Tenía que ser él. Le surgió la idea y la llevó a la práctica: una OFI con el resultado de independizarse para toda la vida. Era la vida o la muerte. Así se expresó, así lo interpretaron. Po eso el interior hoy puede gritar: Por suerte… por la vida del fútbol.
POR LOS SIGLOS DE LAS SIGLAS DE LA OFI
Como una ráfaga, un rayo misterioso que iluminó el cielo y desató un tornado en un par de segundos, el 14 de julio de 1946 de feliz, auténtica y respetable recordación, nacía la ORGANIZACIÓN DEL FUTBOL DEL INTERIOR (OFI), en medio de incontenibles causas y justas expresiones de independencia y de fueros autónomos materializados frente al desinterés e indiferencia de la entonces Junta Dirigente de la Asociación Uruguaya de Football (AUF), la que ensemismada y limitada por una visión restringida a la actividad montevideana, dejaba de lado los legítimos reclamos y derechos del fútbol chacarero.
Fueron momentos críticos en los que se confrontaron el bien y el mal, la justicia y la injusticia, la razón y lo absurdo, en los que se escuchó el grito lanzado por el inolvidable presidente de la Liga Departamental de Fútbol de Paysandú, doctor Isidoro Leirana Pombo, quien en una carta abierta puso la piedra fundamental en la que se apoyó, fortaleció y se encadenó en unidad inquebrantable de propósitos y fines a todo el fútbol del interior de Uruguay.
¡Hay que decirlo claramente!, Leirana, supo encender el fuego para destruir aquel sistema, vulnerar las teorías y quemar los libros que ya no podían admitir un guión que hoy vale relatarse. Las palabras del doctor Leirana, revelaron verdades de puño y destaparon el manto de olvido, injuria y vergüenza con el que se cubrían y escondían los legítimos derechos del fútbol de tierra adentro. Su «Antiguo Testamento» es al fin el grito libertario que pobló todos los ámbitos de la República, para despertarla de un sueño impuesto y deliberado.

EL ANTIGUO TESTAMENTO DE LEIRANA
Las Ligas del Interior, no reclaman apoyo ni protección de la Junta Dirigente, piden solamente que se respeten sus derechos, que se modifiquen las leoninas disposiciones reglamentarias vigentes, sancionadas con vistas a un centralismo repulsivo, entregándolas esclavizadas a la voluntad omnipotente del fútbol de Montevideo, el que sólo se acuerda del interior nada más que para sacar por eso que, luchamos contra un pulpo que nos absorbe en sus tentáculos, sin creerse obligado a nada, como paladinamente se confiesa.
Hemos luchado y seguimos luchando, en una contienda desigual, con el todopoderoso que legisla, reglamenta, con los ojos puestos hacia adentro, que es ciego y sordo a todo reclamo, indiferente y callado cuando se le formula con amabilidad y que se eriza y rechaza cuando se hace con energía, aunque con la máxima corrección.
NO SE LE PIDE APOYO cuando se clama una mayor justicia, un mayor respeto a los derechos de las Ligas y los clubes del interior, desconocidos por una reglamentación sancionada «pro domo sua», que le permite monopolizar jugadores, de la misma manera, que se monopolizan los artículos de primera necesidad en las circunstancias actuales, sin solicitar pases, sin pagar indemnización o con una irrisoria suma que ella (la Asociación) ha fijado, y hasta sin dar aviso a las Ligas o clubes interesados.
NO SE LE PIDE APOYO cuando se reclama que impida las «razzias» de jugadores, de esos jugadores que pueden llevar a un porvenir mejor al fútbol del interior, atrapados casi siempre con carácter de prueba mediante el modo de la simple ocupación, como si fueran cosas abandonadas y a los cuales el pulpo insaciable ya no dejará volver, aunque no interesen al sacrificado club montevideano, por simple espíritu de autoridad, de prepotencia o por marcada indiferencia rayana en agraviante desconsideración.
NO ES PEDIR APOYO velar por la situación de esa innumerable pléyade de jugadores (que para el articulista son una docena) perdidos para el fútbol capacitado porque no le fueron eficaces y que la Asociación no se digna atender, porque entiende, despectivamente, que se trata del fútbol chacarero… que no merece ni siquiera la atención de una simple respuesta para quienes se sientan en las altas cumbres del Aconcagua.
NO SE LE PIDE PROTECCION cuando se le expresa con sinceridad y valentía el desagrado que ha causado la actitud desconsiderada de la Junta Dirigente hacia los miembros del Consejo Permanente del Fútbol del Interior, que tuvieron que renunciar colectivamente por la apatía y la indiferencia absoluta con que fue recibida su gestión por dicha Entidad matriz, que los dejó abandonados a sus solos esfuerzos, sin decirles tan siquiera cual era la órbita en la que podían desarrollar sus funciones.
Es lamentable y decepcionante que quienes han tenido un proceder tan descomedido, pretendan ahora aparecer impermeables a toda crítica o censura, defendiendo con falacias y sofismas una posición o actitud que no tiene ninguna defensa sensata, y que carezcan de la sinceridad necesaria, que tanto dignifica, para confesar sus propios errores.
No dudamos que pudo ser mejor que la que rige actualmente, siendo que en esa época el deporte popular no se había metalizado con el profesionalismo implantado posteriormente …
Cualquiera diría que los señores dirigentes de la Asociación, están dispuestos a realizar una labor tesonera siempre que se lleve a la dirección del fútbol del Interior a hombres capaces de compenetrarse de todos los problemas. Esa promesa o afirmación mueve a risa y nadie que esté medianamente informado puede creer en ellas. La capacidad y compenetración que requieren debe ser en su ánimo sinónimo de sumisión , o sea dirigentes que no digan la verdad con energía, que acepten sus indiferencias y excusas con profundo silencio , ya que los otros no convienen, mientras que con éstos «el mundo seguiría andando» y podrían continuar absorbidos con los problemas que día a día los coloca al borde del fracaso.
Cuesta creer, realmente que se invoque un argumento semejante con tanta importunidad, precisamente en momentos en que se ha producido este debate con motivo de la renuncia del Consejo Permanente.
¿Atinaron solamente a mostrar su furor volviendo imposibles los acuerdos?.
Las Ligas Afiliadas los eligieron para tales cargos y los dejaron actuar con entera libertad durante más de un año. Nada le impusieron ni a ellos ni a la Asociación. Este grupo de hombres capaces bien intencionados, desvinculados de todo apasionamiento, ya que residen en Montevideo, alejados de los lugares donde se sienten las candentes injusticias, se propuso trabajar con intensidad y para ello procuró coordinar su acción con las Autoridades Dirigentes del Fútbol Nacional.

FUERON USTEDES – señores de la Asociación – quienes no les permitieron desarrollar sus funciones.
«Res non verba» señores de la Junta Dirigente.
(Publicado un mes antes de la fundación de la Organización del Fútbol del Interior)