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El presidente de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), Alejandro Domínguez, es la peor amenaza

CONMEBOL DESNATURALIZA EL JUEGO OBLIGANDO A UN EQUIPO A JUGAR SIN ARQUERO

El presidente de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), Alejandro Domínguez, viene realizando una serie de hechos que permiten concluir que para él es más importante un contrato de televisión que el juego mismo del fútbol y sus actores principales, los futbolistas. El día de ayer, en un hecho más sin precedentes, la Conmebol rechazó el pedido del club River Plate de la Argentina, de agregar dos arqueros a su lista de buena fe, a raíz del contagio masivo de Covid-19 del plantel, por lo que el equipo argentino está obligado a disputar su partido por Copa Libertadores, sin arquero.

La Conmebol, nacida el 9 de julio de 1916, es la organización de asociaciones (federaciones) más antigua del mundo, creada incluso 40 años antes que cualquier otra confederación de naciones.

En ese momento, los visionarios que cimentaron la poderosa estructura que es hoy la matriz del fútbol Sudamericano, no se imaginaban que un siglo después ese mismo fútbol comenzaría un proceso involutivo, de la mano de su propio presidente, el paraguayo Alejandro Domínguez Wilson-Smith.

En efecto, la Conmebol de Domínguez, de manera insólita, dispuso ayer el rechazo a la solicitud del club River Plate argentino, de agregar dos nombres de arqueros (Alan Díaz y Agustín Gómez), a su lista de buena fe, luego de que unos veinte atletas de su plantilla principal, incluidos el arquero titular y el suplente e incluso el portero titular de la reserva, dieron positivo al test de Covid-19.

En la historia de la Conmebol, es la primera vez que la matriz del balompié continental obliga a un club a disputar su compromiso por Copa Libertadores (River hoy juega contra el Independiente de Santa Fe, de Colombia) sin portero profesional, ya que el DT Marcelo Gallardo tendrá que apelar a un jugador de campo (sería el juvenil defensor Tomás Lecanda) para que vista la casaca Nª1.

De esta forma, la Conmebol desnaturaliza por completo la esencia del fútbol sometiendo a un equipo a jugar en condiciones inferiores a su oponente al no poder contar con un elemento clave como lo es, sin dudas, el guardameta dentro de cualquier estructura.

Pudiendo inclusive hasta suspender y postergar el encuentro, la Conmebol claramente antepone los intereses de la televisión a los intereses de los clubes dado que hoy le toca a River Plate pero mañana le puede tocar a cualquier otro club de Sudamérica.

OSCUROS ANTECEDENTES

Pero no es la primera vez que Alejandro Domínguez procede en contra de la esencia del fútbol y privilegiando los intereses de quienes hoy manejan la agenda de la Conmebol, que son las empresas que poseen los derechos televisivos de los torneos organizados por la Confederación. Desde su asunción como presidente, en el 2016 (justo en el centenario de la institución), el titular de la matriz futbolera ha dado muestras claras de que su prioridad es el compromiso con la TV y cumplir con el calendario de partidos a como dé lugar antes que mejorar las condiciones del fútbol de Sudamérica que en los últimos años redujo considerablemente su potencial con relación al fútbol europeo.

Recordemos, por ejemplo, en el 2017 el caso del doping masivo que involucró al mismo club River Plate, detectándose supuestas sustancias prohibidas en siete jugadores (Sebastián Driussi, Jonatan Maidana, Leonardo Ponzio, Ignacio “Nacho” Fernández, Lucas Alario, Mayada y Martínez Cuarta) luego de un partido por Copa Libertadores.

La Conmebol no solo no descalificó a River Plate (que tenía que ser expulsado del torneo) sino que ocultó el hecho ya que la ausencia del equipo argentino le restaría brillo al torneo. Este caso todavía hoy se sigue en Tribunales de la Argentina.

Posteriormente, la Conmebol desechó el formato de doble final (partidos de ida y vuelta) que históricamente se tenía, por el de una “final única” lo cual también fue muy criticado aunque lo que más se le cuestiona a Domínguez es haber traicionado los altos intereses del fútbol Sudamericano habiendo llevado la Final de la Copa Libertadores de América 2018 a Europa por un incidente fuera del Estadio Monumental donde debían jugar River y Boca. Una vez más, el papel que jugó la televisión en la decisión de llevar el clásico argentino al Santiago Bernabéu fue categórico. La Conmebol nunca dio detalles económicos de aquella final.

Más recientemente, la semana pasada, Alejandro Domínguez obligó a que se dispute el encuentro entre el Junior colombiano y el River Plate argentino, en Barranquilla (Colombia) justo en medio de una aguda crisis social con fuertes enfrentamientos entre manifestantes y la policía local incluso con derivaciones fatales. Los mismos dirigentes del equipo argentino, además de jugadores y ex figuras del fútbol internacional, afirmaron que dicho partido no debió disputarse y aseguran incluso que el contagio del plantel con Covid-19 fue en tierras colombianas.

También la Conmebol ha dispuesto, unilateralmente, violar todos los protocolos sanitarios, burlándose incluso de la Justicia, para traer al Paraguay los partidos que son prohibidos en otros países por positivos de Covid-19 bajo la complacencia de las mismas autoridades del gobierno. Ocurrió con el partido de Defensa y Justicia (Argentina) y Coquimbo (Chile) que debía disputarse en la capital trasandina pero que el gobierno chileno prohibió por positivos de Covid-19 en jugadores argentinos. También con el encuentro entre Independiente del Valle (Ecuador) y Gremio (Brasil) que el gobierno ecuatoriano suspendió por positivos en los jugadores brasileros. Todo esto a fin de cumplir a rajatabla con el calendario de la televisión que impone las fechas, los días y las horas que se van a disputar los partidos.

Como puede verse, lejos de trabajar por el desarrollo del balompié Sudamericano, la Conmebol lo que hace es someter a los clubes, a las federaciones y a los países a la televisión, llevando directamente al fútbol continental a sucumbir a los intereses mezquinos de los empresarios. Asimismo, la dictadura de la Conmebol de Domínguez, tiene base en el interés monetario. Al presidente de la Confederación no le interesa el fútbol, no le interesa la salud de los jugadores y mucho menos le interesa la crítica situación que tienen varios países de Sudamérica y en especial Colombia, donde la Conmebol quiere que se juegue como sea la Copa América.

¿Qué negociados tiene Alejandro Domínguez con la televisión?, es la interrogante que surge a partir de todos estos hechos.

 

 

FUENTE: expressnews.