Inicio » Nos dice Yony Carlos De Mello:»Basta mandarlo a Cotelo y sus parodistas que vayam tomá nu cu… y ya está»
Cultura

Nos dice Yony Carlos De Mello:»Basta mandarlo a Cotelo y sus parodistas que vayam tomá nu cu… y ya está»

RIVERAcidad.

«Bien, todo esto para decir que del mismo modo que me han molestado y me molestan los chistes machistas, los chistes de judíos, de gallegos, de negros, etc. los circunscribo al plano del humor».

RECIBIMOS Y PUBLICAMOS

MARTES 9 DE JUNIO
CANTAUTOR RIVERENSE YONY Carlos De Mello Machado

CUTUCAR COM VARA CURTA.

No es de ahora. Hay una discriminación estructural histórica con la cultura del portuñol. Hasta traumática diría. Que es lo que no entendieron el Rafa Cotelo y sus parodistas cuando “cutucaron la yaguatirica com vara curta”.

Si no se entiende esto, no se entiende nada. El portuñol es un dialecto propio de las clases más humildes de nuestra frontera con Brasil. Dialecto ninguneado y humillado desde nuestros orígenes. Nuestra historia, es la historia de la represión de nuestra lengua nativa desde la creación de nuestras ciudades fronterizas (Livramento 1823/ Rivera 1862). Represión de clase, que viene de la necesidad (legítima entonces) de nuestro naciente estado nación, de establecer un “idioma nacional” (José Pedro Varela Reforma educativa. 1878). Digo “legítima” y “de clase”, porque ese estado homogéneo es la aspiración de todo estado burgués nacido luego de la Revolución francesa de 1789. Y porque fue la actitud de las administraciones y las clases dominantes del Uruguay hacia los sectores más pobres de nuestra frontera norte durante más de un siglo.
La política lingüística nacionalista que caracterizó a Uruguay desde fines del siglo XIX y recorrió todo el siglo XX recrudeció con la dictadura cívico-militar (1973-1985) creándose un ambiente especialmente propicio para reavivar la lucha contra “lo foráneo” que representaba el portuñol y su matriz portuguesa.

Hubo en ese período una “campaña purista” impulsada por el MEC iniciada a través de la prensa para fomentar el “uso correcto del idioma”, estudiada por Graciela Barrios, de la cual cito apenas un par de titulares: “Guerra sin cuartel contra el portuñol” (El País 13/8/78) “Preocupa la penetración de TV y radio en países limítrofes” (El País 23/8/78), “Los problemas de la enseñanza del idioma en la frontera donde prospera el portuñol” (El Día 9/8/78), etc. Es conocido que para la administración era “un problema” la cultura fronteriza; que los niños eran considerados disléxicos, enfermos, y que se les reprimía en la escuela al punto de ser una herramienta educativa no contestarle al niño si se dirigía a la maestra en portuñol.

Es reciente entonces el cambio de paradigma que estamos viviendo en estos últimos años: en la educación con la legitimación de la lengua nativa de los niños fronterizos, y la inclusión del portuñol en los programas educativos. En la cultura con el gran aporte de poetas, escritores y cantores populares fronterizos que de alguna manera legitimaron el portuñol (Baste citar a Chito de Mello, Fabían Severo, Ernesto Díaz, entre otros)

En el plano político y económico, las acciones de defensa ante “lo foráneo” cedieron a las acciones de integración y cooperación. Apareció con el Mercosur el concepto de “ciudades gemelas” por su alto intercambio y aprovechamiento de recursos nacionales compartidos, valorizando a las fronteras como eje de articulación entre ciudades vecinas, etc. Nótese el evento reciente de reflote de un tratado en materia de salud y las medidas espejo (algo tardías) que se están tomando en estos momentos de pandemia en las ciudades gemelas Rivera-Livramento.

Bien, todo esto para decir que del mismo modo que me han molestado y me molestan los chistes machistas, los chistes de judíos, de gallegos, de negros, etc. los circunscribo al plano del humor. Me encantan en cambio los últimos chistes/audios en portuñol que circulan profusamente y que no significan otra cosa que la sana costumbre de reírnos de nosotros mismos. Cuando la Yusara o la diva de la Mandubí se refieren a nosotros mismos como el “chinaredo devoto de la virgen negra”, y que “esto es cosa de nego”.

Y a la vez que reproduce con humor el racismo instalado en la sociedad, “admiran” (con ironía del guionista) la “eficiencia” de los políticos que hablan tan bien, aunque no se les entiende nada. Eso es humor, y reírse de uno mismo es sano. Pero cuando el humor viene de afuera (y especialmente de manera tan grotesca y brutal que nos resucita siglos de discriminación y bullyng) nos pone los pelos de punta.

Recuerdo a mi amigo de la infancia y de tantas correrías por el Yaguarí, Arley da Silva, el Bicoco, cuando me decía:
“Aquí nu poviño dus Moiráo, se saquemo us óio falando uns dus otro, día tras día. Más si chega um de fora, -de Vichadero o da Cerriada por exemplo- falando mal da nossa gente… más bá! Tu vai ve cutucá a yaguatirica com vara curta. Se ayuntemo todo u poviño y saquemo ele alto du cu, pra fora”
Y esto es así… ahora, una denuncia penal? Una reunión de autoridades para llevar el planteo al Senado? Una vuelta al nacionalismo cerril? Una rasgadura de vestimentas porque ahora decidimos embanderarnos con el portuñol cuando hasta anteayer lo denostábamos? Por favor muchachos… no vale la pena, bajen la pelota.

Basta mandarlo a Cotelo y sus parodistas que vayam tomá nu cu… y ya está.