HELARTE CON LOS HUMANOS. Desde la Redacción Eduardo Mérica para Diario Uruguay / Crónicas y fotos de un viaje en bicicleta por el planeta.
Hay que estar en el lugar de él. En realidad, se trata de una aventura veloz, casi instántanea con mezcla de sacrificio, dolor y osadía. La rutina es simple. Javier Martínez se la pide a su bicicleta con un leve impulso sobre ella. Además, sube, mira y acomoda el cuerpo para iniciar un nuevo camino por la ruta. Hay que estar en el lugar de Javier Bicicleting para comprenderlo.
Su presencia en Uruguay se dio ingresando desde el Brasil por Aceguá, y en casi vuelo rasante pasó por la localidad de Vergara, la ciudad de Melo, capital del departamento de Cerro Largo, para luego llegar a Punta del Diablo y Cabo Polonio. Ayer (16 de mayo de 2017) partió rumbo a la última ciudad uruguaya: Colonia del Sacramento, donde de allí pasará a la Argentina.
Hoy ya mira a su nuevo objetivo con la pera cerca del manubrio… Luego, en un movimiento corto y compacto, dobla las rodillas, se pone en puntas de pie, arquea su cuerpo en busca de emprender a todo tren su nuevo destino.
Hay que estar en su lugar para disfrutarlo.
Sabemos que Javier Bicicleting permaneció más días de lo esperado en el interior de los lugares que hemos mencionado porque sus mensajes en realidad son la confesión pura y creíble de un extranjero que pasó por el Uruguay.
En su escritura ahora podemos observar que es un reportero gráfico que siempre está bordeando los extremos. Así fue siempre… Por eso llegó a donde llegó.
A esta hora ya está en Colonia del Sacramento y sería bueno que lo apoyen los lugareños para que su estadía sea la mejor y la más recordada del largo periplo por todo América.
Ya que sus últimas palabras llegadas a la Redacción digital de DIARIO URUGUAY, a la hora 13 de esta jornada no contrastan con la realidad que está viviendo hace días en tierra adentro. Hemos visto que Bicicleting juega con el radar que mide la velocidad de su tiempo aunque no intenta batir ni su propio récord. Aunque a veces lo consigue, a veces no. Porque sigue fiel a esa imagen de hombre capaz de pulverizar cualquier obstáculo que nos pone la vida.
Esperamos que los colonienses lo ayuden en la pocas horas que le quedan en territorio uruguayo, porque se lo merece con creces. Mucho más, después de leer lo que vio y vivió en el Uruguay: «Tan pequeñito y entre dos gigantes cuando crucé tu frontera no sabia lo que me esperaba, aunque llevaba apenas 30 km y ya intuía como serías.
Has sido mi primer país en 12 años con el que comparto lengua materna y eso es maravilloso.
Tu gente me ha hecho sentir como a un hijo al que cuida su madre, no solo por los botes de miel, queso, fruta o pan que me han preparado para llevar cada vez que me han alojado, sino por todo lo fácil que me han hecho las cosas.
NUNCA antes me había sido tan fácil viajar como lo ha sido en Uruguay.
Ahora a punto de cruzar a Argentina miro estas últimas semanas y guardo el bonito y vivo recuerdo de haber viajado y vivido en un país donde el tiempo parece haberse detenido hace mucho tiempo.
Y su gente, de la que uno no se olvida tan fácilmente.
Gracias Uruguay!!!!!»