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(Vídeo) El estadio cerrado «8 de Junio» tiene un estado precario en su techo para recibir las finales del básquetbol de los Juegos Deportivos Nacionales

DEPORTE CHACARERO. Paysandú recibe desde el martes las finales del básquetbol de los Juegos Deportivos Nacionales.
La planificación de la actividad de la Segunda Categoría indicaba que la competencia masculina se desarrollaría en el gimnasio de Allavena, y que el Estadio Cerrado recibiría a las damas. Y, además, la ceremonia de apertura.
Pero cambió todo. La lluvia obligó a que las damas jugaran finalmente en Pelotaris, y que la ceremonia se desarrollara en los altos del Club Social Sanducero.

El motivo no fue otro que la cancha del Estadio Cerrado, en la que en noviembre del pasado año se invirtieron 900 mil pesos, estuvo ocupada.

El piso flotante del Coloso, que fue inaugurado el pasado año con el Partido de las Estrellas, no fue ocupado por los liceales de diferentes puntos del país que llegaron a Paysandú, sino por exactamente 26 baldes, envases de agua mineral cortados y tarros de pintura, que se ubicaron estratégicamente para intentar contener el agua que cae desde el techo.

A ver: es prácticamente igual estar en el Estadio Cerrado que a la intemperie cuando llueve.
Y lo sufre no solo la cancha, sino también las tribunas. En la ubicada sobre el norte, las goteras son varias y enormes. Sentarse en algunos sectores es imposible, salvo con paraguas, y los pies quedan sumergidos en agua.
Mientras 26 baldes fueron cuidadosamente ubicados en la cancha, otros cuatro recipientes se ubican ya en el ingreso al escenario que, pese a su estado, sigue siendo orgullo de los sanduceros y referencia a nivel nacional.
La gran pregunta, la del sentido común, señala por qué se invirtió ese dinero en tener una cancha espectacular cuando el techo se llueve a cántaros.

Casi simultáneamente al arreglo del rectángulo, en noviembre del pasado año, se intentó atacar los problemas del techo. Se contrató a una cooperativa (Pentágono) para solucionar un problema que necesita una atención profesional, y no hubo suerte. Y mientras, se siguió con la cancha.

Los problemas del techo del Estadio Cerrado no son nuevos. Comenzaron con la administración de Julio Pintos, y continuaron en la de Bertil Bentos, aunque en este caso poco se pudo hacer dado que había un litigio entre la empresa que durante el período anterior de la Intendencia había trabajado en el tema sin que surtiera efecto.
Así, según relatan quienes estaban al frente de la comuna en aquel momento, no se podía hacer nada hasta en tanto se conociera el fallo de la Justicia, que fue a favor de la empresa.

En todo ese tiempo, el piso flotante sufrió las consecuencias. Hace prácticamente un año que se le hincó el diente al tema nuevamente, pensando en traer espectáculos deportivos de envergadura.
Y se terminó con una cancha realmente espectacular, que por la lluvia no pudo siquiera recibir las competencias por los Juegos Deportivos Nacionales.

Las autoridades comunales aseguran que existe un proyecto para apostar de lleno a una solución definitiva. Para algunos habría que hacer el techo de nuevo, y para otros podría recurrirse a un sobretecho, aunque en cualquiera de los casos se espera conseguir una financiación.

En cualquiera de los casos, el Estadio Cerrado, orgullo sanducero admirado por el resto del país, requiere una atención rápida y efectiva. Sin medias tintas, sin parches. Para que vuelva a ser mucho más que una linda cancha en la que se puede jugar a veces.

Fuente: El Telégrafo
Foto: 20 once