Nueva Palmira cumple 190 años. Un puerto para quedarse.
Por el historiador Jorge Frogoni Laclau
Este punto geográfico donde se encuentra la actual ciudad de Nueva Palmira, posee una rica historia que se remonta en el tiempo desde los aborígenes, primeros conquistadores y colonos, que vieron en este lugar su gran importancia estratégica y comercial.
En 1831, con el país ya pacificado y creado el primer gobierno patrio, el cura de Las Víboras, Torres Leyva, intenta nuevamente fundar una población y junto a un grupo de vecinos se dirige hasta Higueritas. Allí, con los vecinos del lugar, el 26 de octubre se redacta un acta constitutiva designando a la nueva población con el nombre de “Nueva Palmira”
El hecho de que tres de los ríos más importantes de Sudamérica -Paraná, Uruguay y Plata-, con sus respectivos afluentes, se unan en este punto geográfico, explica su valor estratégico y hace del puerto de Nueva Palmira uno de los principales de toda la región.
Ya en el siglo XVIII, cuando Juan de Narbona (constructor que vivía en Buenos Aires) se hizo de su estancia en 1732, comienza a fijarse población en la zona, ranchos de montaraces, jornaleros, etc. La estancia se extendía del arroyo Sauce al arroyo de las Víboras, y aquel puerto natural era conocido entonces por puerto de las Higueras o Higueritas, por haber muchos de estos árboles frutales en la desembocadura del arroyito que desemboca en el río Uruguay.
Actualmente el casco de la estancia de Narbona, ubicada en jurisdicción de Nueva Palmira, es monumento histórico nacional y una de las construcciones más viejas que se conservan intactas en el interior del país (data de 1738).
En 1802 don Melchor de Albín, vecino de la estancia de Narbona, defendía que la capital del Río de la Plata debió situarse en el puerto natural de las Higueritas por su ubicación, e informaba que allí “los pamperos no meten agua”, es decir que era un buen refugio para los marinos, además de la profundidad del puerto, con fondo de arena, apto para los barcos de casco de madera.
A partir del siglo XIX el lugar comenzó a observarse como un buen espacio para crear una población, y el primer intento fue del cura de Las Víboras, Felipe Santiago Torres Leyva en 1809, pero los avatares de la guerra impidieron ese proyecto.
En 1816, con el Reglamento de Tierras, José Artigas envió a Manuel Durán (teniente alcalde de la región), a repartir chacras y solares, fundándose un pequeño poblado y dando origen al rancherío de las Higueritas. Así comienza un proceso fundacional lento que aun llevaría unos años hasta consolidarse.
En 1829, la Asamblea General decide crear en este sitio una Receptoría General del Río Uruguay, transformándose ésta en uno de los primeros entes recaudadores del país. En torno a dicha receptoría se fueron incorporando más pobladores, y según testimonios de la época había seis pulperías y unos seis o más ranchos de montaraces, etc.
En 1831, con el país ya pacificado y creado el primer gobierno patrio, el cura de Las Víboras, Torres Leyva, intenta nuevamente fundar una población y junto a un grupo de vecinos se dirige hasta Higueritas. Allí, con los vecinos del lugar, el 26 de octubre se redacta un acta constitutiva designando a la nueva población con el nombre de “Nueva Palmira”, bajo la advocación de Nuestra Señora de los Remedios, patrona del nuevo pueblo, y el general Julián Laguna como padrino.
Esa acta sirvió de expediente para que el gobierno tuviese que comprar las tierras donde estaba la población, que eran de particulares, y así surge el ejido de Nueva Palmira. También envió a un agrimensor en 1833 para delinear las primeras nueve manzanas.
Aquel 26 de octubre de 1831 fue el nacimiento de Nueva Palmira, aunque el antiguo nombre de Higueritas continuó paralelamente por unos años más indistintamente con el de Nueva Palmira.
En aquella acta fundacional puede leerse: “El Señor Cura Territorial antes de tratar sobre lo material hizo la siguiente alocución: Ciudadanos desde el año nueve he sido un constante promotor de este establecimiento por el conocimiento práctico que tengo de las ventajas de su local indicado por la naturaleza para una ciudad Mercantil”. Y más adelante: “Ciudadanos: vuestros nombres van a ser inscriptos en los fatos historiales de nuestra República; Serán indelebles y la generación futura os bendecirá como a las piedras cardinales de una población que rápidamente llegará a ser la segunda Ciudad de este Estado”.
Si bien no se convirtió en la segunda ciudad del país, sin dudas su puerto es el segundo más importante después de Montevideo.
Para proponer el nombre, Torres Leyva se inspiró en la lectura del libro “Las Ruinas de Palmira” del Conde de Volney, traducido al español en 1820. Aquella ciudad bíblica de Palmira, ubicada en el desierto de la actual Siria, era un gran oasis, donde todas las rutas comerciales de caravanas de camellos conducían de oriente a occidente, las especias, la seda, etc. En ese entonces, Palmira funcionaba como punto estratégico comercial de la llamada Ruta de la Seda.
Torres Leyva entendía que este lugar se asemejaba con aquella Palmira, donde todas las rutas fluviales convergen en este punto geográfico estratégico. De ahí que esa nueva población se llamaría Nueva Palmira, como llave de los ríos Paraná, Uruguay y de la Plata.
El paso de los años
En las primeras décadas, permaneció la precariedad y los ranchitos continuaron junto a las barrancas del puerto y el arroyo Higueritas. Finalizada la Guerra Grande (1839-1851) comenzó otra etapa donde se destacan la construcción de edificios con materiales, y el crecimiento de la población. En este período se construyó la iglesia, y el edificio del Estado, donde funcionaron las primeras escuelas de varones (1854) y de niñas (1859), además de la Comisión Auxiliar Económico Administrativa, etc.
El pueblo se movilizó y creó el primer muelle de madera que tuvo el puerto, inaugurado en 1867, y administrado en ese entonces por la Comisión Auxiliar de Nueva Palmira, bajo el nombre de muelle “Gral. Flores”. Un par de años más tarde existiría otro muelle, el del molino Fontana, y en 1882 otro particular, dándole al puerto un auge fluvial importante, además de la llegada de los vapores de la carrera, etc.
En la década de 1870, con la llegada de nuevos inmigrantes, principalmente italianos y españoles, la población se duplicó, pasando de 754 habitantes en 1852 a 1670 en 1872.
Nueva Palmira es referente histórico en varios aspectos. Se puede decir que aquí surgió la que hoy es la biblioteca popular más antigua del interior del país. Lleva el nombre “Jacinto Laguna”, en honor al presidente de la Sociedad Amigos de la Educación Popular de Nueva Palmira, fundada en 1873, que dio origen a la biblioteca. José Pedro Varela menciona en una de sus obras que fue el pueblo de Nueva Palmira, el primero del interior en seguir sus pasos, creando precisamente la Sociedad Amigos de la Educación Popular en 1869. Allí se pueden encontrar libros autografiados por Varela, y cartas, así como también otros libros de los siglos XVIII y XIX.
Otro ejemplo, aunque solo funcionó por algunos años, fue la primera escuela central de agricultura que tuvo Uruguay. Por otra parte, en 1872 se instaló la primera imprenta que fundó el periódico “Eco de Palmira”.
Arriba: Calle Gral. Artigas de Nueva Palmira alrededor de 1920. Abajo: Molino Fontana, impulsor de uno de los antiguos muelles.
Ya entrado el siglo XX, el Dr. Carlos Cúneo trajo el primer aparato de rayos X del interior del país en 1906. Al año siguiente se inauguró el primer puente de hormigón armado del país sobre el arroyo Sauce, límite entre los departamentos de Colonia y Soriano.
En 1926 Nueva Palmira ya contaba con una usina eléctrica y en 1932 se comenzaron a construir las primeras calles de hormigón. En la década de 1940, de forma popular, se crearon el Liceo, el Hospital y un comedor popular, entre otras instituciones.
El puerto
Nueva Palmira siempre fue una ciudad puerto. Entrando el siglo XX se promulgó la Ley que habilitó la Zona Franca de Nueva Palmira en 1923, y comienza a construirse el actual puerto Franco en 1928, habilitado en 1930. El incremento de producción llevó a que se crearan los primeros silos subterráneos del país en 1945.
En 1957 se instaló la compañía Navigen, puerto privado para la exportación de minerales de hierro y manganeso de Mato Groso y Bolivia, traídas en barcazas, para hacer trasbordo con los grandes buques de ultramar que ingresan al puerto.
A fines del siglo XX, un nuevo crecimiento llevó a la construcción de silos aéreos ya que se instalaron empresas en la Zona Franca. También otro puerto privado de la empresa Ontur, para celulosa, con el galpón de acopio más grande de Sudamérica en metros cuadrados. Así, poco a poco fue desarrollándose el segundo puerto en volumen de operaciones más grande del país.
Los alrededores
A cinco kilómetros de la ciudad, y dentro de su ejido, se encuentra Punta Gorda, un balneario ubicado junto al Río Uruguay. Allí se encuentra un Hotel-parador, la Pirámide de Solís o Monumento de los Descubridores, patrimonio nacional, que rinde homenaje a los descubridores de los Ríos Paraná, Uruguay y de la Plata.
Además, desde el lugar se puede observar el mojón del kilómetro cero del Río Uruguay y una escalera en forma de caracol que conmemora la visita de Charles Darwin en 1833. También existe, a escasos metros al norte del Parador, una batería artillada que data de la Guerra Grande de 1841, y que también es Monumento Histórico Nacional
Acto protocolar por los 190 Años de Nueva Palmira.
-Se entonó Himno Nacional.
Sonia Callero entonó el Himno de Nueva Palmira
-El Alcalde (i) César Adrover le dio la bienvenida a las autoridades y publico presente.
-El historriador Jorge Frogoni se refirió a tan importante fecha.
-También hizo uso de la palabra el Intendente Carlos Moreira.
-Intendente, Sec Gral., Alcalde, Concejales e integrantes de comisión organizadora descubren placa conmemorativa.
-El artista Tabaré Pedroza canta la canción de Nueva Palmira de su autora «Un lugar amigo»..
– Alumnos del programa PUE del Liceo de Nueva Palmira plantaron 2 árboles recordando este día.
