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Nueva Helvecia es un pueblo de ricos y de indigentes, se acabó la colonia suiza de antes

El pasado lunes 1 de Agosto, como todos los años, Nueva Helvecia celebró el 731 Aniversario de la Confederación Suiza, con un acto protocolar en la Plaza de los Fundadores. Se colocó una ofrenda floral al pie del Monumento “El Surco” y hubo una breve oratoria. Estaban presentes la Comisión Pro Colonia Suiza Trabajo y Tradición, representantes del Municipio, de Instituciones y público en general.


Entre la gente, no pasó desapercibida la presencia de la Sra. Ulma Rodriguez, vecina de Nueva Helvecia a la que todos quienes vivimos en esta ciudad y en el resto del país llegamos a llamarla “La abuela de las tapitas” Y todos recordamos por qué: porque Ulma se puso sobre sus hombros una campaña de ayuda a niños con discapacidades, que se canalizó a través de la jornada televisiva anual Teletón.

Se trataba de juntar tapitas de plástico, venderlas para el reciclaje y volcar todo lo recaudado a la obra Teletón que tiene hoy en Uruguay dos centros de rehabilitación. Uno en Montevideo y otro en Fray Bentos.
Una dolorosa experiencia familiar en Argentina llevó a Ulma a trasladar a Uruguay esa iniciativa para ayudar a a niños de nuestro país, que comenzó, como lo dijo a HELVECIA en su momento, con 14 tapitas, para llegar a 200 millones, en todo el país, porque la campaña trascendió a todos los Departamentos, haciéndose nacional, aunque con base en Nueva Helvecia, a impulsos de Ulma. Pero antes en el tiempo, Ulma Rodríguez, durante la crisis de 2002, había tenido a su cargo el comedor comunitario que se instaló a instancia de Instituciones locales. Cuando le preguntaron cuánto quería cobrar por esa tarea, dijo “Nada. Yo alguna vez he necesitado un plato de comida”

Una iniciativa prevista para tres meses, se extendió por nueve, en los cuales Ulma, acompañada por un grupo de colaboradores elaboró día tras día un plato de comida para 150 personas. Un día se dio por terminada esa tarea, así como Teletón interrumpió la recolección de tapitas, con el argumento de que los compradores ya no pagaban por un material (plástico) que al parecer no tenía la misma calidad que al principio.

A Ulma se la vio entonces viajar a Colonia Valdense para trabajar en una panadería y por las calles de Nueva Helvecia, con una canasta, ofreciendo tortas fritas, pasteles, tartas, hechas por ella. En el año 2013, el Club de Leones de Colonia Suiza le hizo entrega del Premio Melvin Jones, el mayor reconocimiento que ofrece esa Institución de Servicio Internacional a referentes de una comunidad en todo el mundo.
Hoy, Ulma Rodríguez sigue recorriendo calles ofreciendo sus viandas.

 

Y pidiendo que la escuchen
Desde que se cerró el comedor que atendió nueve meses, Ulma insiste en que un servicio de comedor es muy necesario en esta ciudad y no sólo cuando ocurre una emergencia, como aquella de 2002 o como esta de 2020. Y lo dice, porque cree que hay mucha gente que está pasando muy mal y quiere que la escuchen.
El lunes 1 de agosto, se acercó cuanto pudo a las autoridades y manifestó su dolor y preocupación porque, asegura, “hay gente que está pasando hambre”.

Los presentes se limitaron a mirarla, algunos, otros a desconocerla totalmente y algunos otros a reírse de sus palabras. HELVECIA conversó con Ulma.

Asegura que en Nueva Helvecia hay grandes desigualdades, al punto de que la sociedad, afirma, está integrada por “muy ricos y por indigentes”. Dijo que en el complejo de viviendas de INVE, donde vive, “mucha gente pasa hambre y entre los vecinos tenemos que compartir lo poco que tenemos”
Dijo que planteó al Intendente Moreira la necesidad de disponer nuevamente de un comedor diario en la ciudad, pero la respuesta fue “comedor no, vamos a repartir canastas”.

Ulma cuenta en la canasta “tres o cuatro papas, dos cebollas dos o tres zahahorias” e insiste en que se deben repartir entre los vecinos para asegurarse algo de comida. También cree que aquellas Instituciones que en 2002 dispusieron un comedor, deberían hacerlo nuevamente. Exhibiendo un recibo de Jubilación, se preguntó “¿Alguien puede vivir con $ 13.400 por mes?”

Esto que relata HELVECIA ocurrió hace apenas una semana, en el marco de una celebración tan importante para los neohelvéticos. La protagonista, una vecina que supo contar con el respeto, la admiración y hasta el orgullo social por ser integrante de esta comunidad.

 

 

Fuente y foto: Diario Helvecia