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En 1927, el único hito que consideraron “turístico” para Paysandú, fue la creación del postre Chajá

*Por Juan Andrés Pardo

Magister en dirección y consultoria turistica Universidad europea del Atlántico y Coordinador de turismo IDP período 2015-2020

La primera vez que el turismo generó un hecho de relevancia en el Uruguay, fue en el año 1927, cuando en Montevideo se realizó el Primer Congreso Nacional de Turismo. Aquel episodio,años después, dio paso a la creación de la Comisión Nacional de Turismo, primera institución formal que reunía a actores públicos privados con el objetivo de fomentar el desarrollo turístico en el país. En Paysandú fue recién en 1949 cuando comenzaron a aparecer espacios institucionales desde los cuales comenzaron a desarrollarse acciones para impulsar al sector. A continuación les presentamos un repaso por la historia del turismo en tierras sanduceras, abarcando los hitos más relevantes desde aquel momento hasta hoy.

 

En 1972 el turismo ingresa oficialmente a la administración departamental. En el presupuesto de ese año (que en esa época solo incluía aspectos financieros) aparece como una unidad ejecutora con dependencia directa del Intendente.

 

En su edición del 30 de diciembre de 1927, el diario El País hacía referencia a la importancia que tuvo el Primer Congreso Nacional de Turismo. El Dr. Alfredo Arocena, impulsor del balneario (y luego barrio) Carrasco, realizaba algunas reflexiones sobre aquel evento. Entre sus comentarios, mencionaba la inminente y necesaria creación de una Comisión que trabajara en pro del desarrollo turístico.

Pues bien, algunos años después, puntualmente en 1933 se crearía la Comisión Nacional de Turismo, una primera apuesta a la institucionalización del sector que funcionaría dentro de la órbita del MRREE y que nuclearía a representantes de otras carteras, miembros del Cuerpo Legislativo, BROU y Consejo de Salud Pública, además de referentes del sector privado.

Claudio Quintana, en su trabajo académico “Medio siglo de turismo termal en Uruguay 1957-2007” destaca que Uruguay tuvo así un rol pionero en la región, ya que recién tres años más tarde en Argentina y Brasil se instauraron organismos similares.

En 1967 se creó el Ministerio de Transportes, Comunicaciones y Turismo. Bajo esa órbita se inauguró la Dirección Nacional de Turismo (sustituyendo a la Comisión Nacional). En 1974 dicha Dirección pasa a la órbita del Ministerio de Industria y Energía. En 1986 al fin se crea el Ministerio de Turismo que en 2005 se fusionaría con el Ministerio de Deportes (creado bajo el gobierno de Batlle). Durante el segundo mandato de Tabaré Vázquez, Deportes pasaría a ser una Secretaría y Turismo volvió a ser una única cartera.

 

El Escribano Álvaro Lamas, siendo intendente durante el periodo 2000-2005, después de algunos años de encontrarse inhabilitada la playa del balneario municipal, generó una movida mediática en la cual él como primer ciudadano, se zambulló en el río con la intención de demostrar que las aguas del Balneario volvían a estar aptas para baños

 

Y por casa ¿Cómo fue?

En 1927, el único hito (que a la larga iba a considerarse “turístico”) fue la creación del postre Chajá elaborado por Orlando Castellano. De hecho, varias décadas después, la consigna de que “cada turista que llega es un Chajá que se va” continúa siendo un clásico de Paysandú.

Pero en materia de institucionalidad, recién en 1949 llegarían las primeras noticias. Con la finalidad de fomentar el turismo en la región, según consigna El Telégrafo en su edición del 31 agosto de 1949, se crea la Comisión departamental de fiestas y turismo.Los primeros temas para trabajar fueron la generación de actividades culturales y la elaboración de un registro de hoteles, restaurantes y pensiones. El 6 de noviembre de 1949, según consta también  en  nota de El Telégrafo, dicha Comisión presentó una moción para que Paysandú fuera declarada ciudad de Turismo y a la Comisión Nacional de Turismo se le solicitaron recursos argumentando que no podía ser que los mismos “fueran solo destinados al este del país”. También propusieronfomentar a la Meseta como destino turístico y trabajar por lograr la creación de un centro turístico en la Cascada del Queguay, objetivo que aún por estos días algunos demandan,pero que nunca se ha concretado[1].

 

Como nuevas metas la Intendencia se propuso impulsar turismo histórico y ecológico, promover el desarrollo de la Meseta de Artigas, Saladero Guaviyú y las islas del río Uruguay (en el periodo 2000-2005 también hubo intentos en impulsar propuestas en ellas, pero tampoco hubo resultados).

 

Señala Quintana en su trabajo que, en ocasión de realizarse la Exposición Feria Internacional del Río Uruguay en 1964, se colocó una caseta de información turística que luego de la misma se trasladó a la Plaza Constitución. En esa misma zona (en otro edificio) hoy funciona la Dirección de Turismo departamental.

Es interesante destacar que, en la revista oficial de dicho evento, cuya inauguración contó con presencia del entonces Vicepresidente argentino (Dr. Carlos Perette) y el Presidente del Consejo Nacional de Gobierno (Ing. Luis Gianattasio)hay un artículo de Miguel Ángel Pías titulado “Paysandú, colmena junto al río”. El autor hace referencia allí a la rica historia de la ciudad y la relevancia del río, pero no menciona otros lugares ni actividades turísticas. También llama la atención una fotografía del balneario que ilustra la nota, donde Pías menciona que “el balneario municipal no tiene nada que envidiar a las playas montevideanas”, los que nos da a entender que en esos tiempos dichas playas tenían más relevancia que las de Maldonado, Canelones y Rocha.

En cuanto a atractivo turístico, debemos resaltar la importancia que el Balneario Municipal ya tenía (y tiene hoy) para los sanduceros y también visitantes. Introducida por el arquitecto Oscar Garrasino, su entorno es considerado como un ejemplo de arquitectura moderna de la década de 1940.

Siguiendo con la costa, es importante destacar una pintoresca anécdota de la cual muchos sanduceros aún tienen recuerdo. El Escribano Álvaro Lamas, siendo intendente durante el periodo 2000-2005, después de algunos años de encontrarse inhabilitada la playa del balneario municipal, generó una movida mediática en la cual él como primer ciudadano, se zambulló en el río con la intención de demostrar que las aguas del Balneario volvían a estar aptas para baños. Es que  durante un periodo de casi diez años las playas de la ciudad se encontraron inhabilitadas por contaminación de deshechos fabriles.

Punto aparte merece la inauguración del Anfiteatro del Río Uruguay, en 1997. Desde su aparición ha sido siempre uno de las infraestructuras que ha estado presente en la promoción turística de todo lo que concierne a la ciudad.

La costa logró también su destaque con la creación del Plan de la Costa, una apuesta logística y administrativa de la Intendencia desde la que se impulsaron propuestas específicas para esa zona: organizar calendarios de actividades recreativas, deportivas, etc. Para la población sanducera  esto ya se ha convertido en un clásico en cada verano.  En la gestión Caraballo aparecieron nuevos servicios en esta zona que durante varios años careció de los mismos, hablamos de paradores, servicios gastronómicos y propuestas de entretenimiento. Vale resaltar la reciente aparición de propuestas de entretenimiento náuticas (juegos inflables, alquiler kayak) a partir de una licitación que realizó la Intendencia.

En 1972 el turismo ingresa oficialmente a la administración departamental. En el presupuesto de ese año (que en esa época solo incluía aspectos financieros) aparece como una unidad ejecutora con dependencia directa del Intendente. En 1978, se crean los departamentos dentro de la estructura IDP. Uno de ellos fue el de Administración del cual pasaron a depender Turismo y Termas de Guaviyú. Se crearon entonces cargos de Directores en ambas y en el presupuesto se incluyó la contratación de cuatro informantes turísticos.

Recién en el ejercicio presupuestal 1990-1994 se establecieron objetivos y metas en el presupuesto departamental. Los objetivos por entonces fueron incrementar la actividad turística de Paysandú, lograr financiamiento para obras, capacitar al personal, confeccionar material informativo y promocionar el turismo social. Para Guaviyú el objetivo era generar mayor capacidad locativa mediante construcción de cabañas, hoteles y adecuación de camping.

En 1992 se publicó una de las principales guías turísticas nacionales (que hace unos años dejó de editarse). Hablamos de la guía Guambia que por aquellos años solamente mencionaba como atractivos turísticos de Paysandú, realizar camping en las termas o en el balneario municipal y lo que puede resultar  hoy una novedad, se recomendaba también visitar el Parque Sacra.

 

En 1949, la Comisión Departamental de Fiestas y Turismo propuso expropiar bosques en la zona del Rincón de Pérez, lugar donde hoy se encuentra el acceso principal al Área Protegida Montes del Queguay.

 

Durante 1995-1999 se buscó promover inversiones públicas y privadas en turismo y se mantuvieron los mismos objetivos antes planteados. Como nuevas metas la Intendencia se propuso impulsar turismo histórico y ecológico, promover el desarrollo de la Meseta de Artigas, Saladero Guaviyú y las islas del río Uruguay (en el periodo 2000-2005 también hubo intentos en impulsar propuestas en ellas, pero tampoco hubo resultados). Para el Centro Termal Guaviyú se proyectó la inversión de generar una piscina cerrada a través de concesión de obra pública, que recién al finalizar el periodo de Julio Pintos se concretaría.

Durante ese periodo, en edición del 23 de enero de 1997, El Telégrafo informaba de la adjudicación de obras para concretar la piscina cerrada en Almirón, la cual efectivamente se hizo y que años después –durante la gestión Caraballo- se le realizaron obras de mantenimiento.

En 2001, la Dirección de Turismo pasó a la órbita del Departamento de Promoción y Desarrollo. En ese presupuesto una vez más se apostaba a generar inversiones privadas, diversificar productos y generar servicios de calidad. Se planteaba también impulsar la vinculación conjunta con actividades productivas, fomentar ecoturismo y turismo histórico. Para centros termales se planteaba el Plan de Regulación y Desarrollo de Centros termales que buscaba potenciar el crecimiento de inversiones público privadas como posibilidades de generación de empleos directos e indirectos. Se planteó ampliar capacidades y generar propuestas de infraestructura para disfrute de niños así como también en atención a la salud.

En el presupuesto 2005-2010, con el primer gobierno de izquierda en Paysandú, la apuesta fue que el turismo sea un complemento que permitiera mejorar los niveles de desarrollo económico y social de la población. Se buscó generar una mejor articulación con la administración nacional y lo departamental (tanto en lo público como privado) asumiendo un fuerte rol en lo promocional. Apareció por primera vez el concepto desde la Intendencia de desarrollo turístico sostenible.

En el caso de termas, por primera vez se apuntó a generar políticas de manejo sustentable del agua termal, así como planes de ordenamiento territorial dentro de los centros termales, organizando sus RRHH y también desarrollar mejora en infraestructura y equipamiento turístico. También se apostó a la integración regional del producto termal lo que tiempo después se materializó con la marca “Destino Termas” (conjuntamente con Salto) y que por estos días la Dirección de Turismo y el MINTUR han vuelto a reflotar.

 

Con respecto al Centro Termal Almirón, en 1975 inauguró sus primeras dos piscinas además de un servicio de bar y restaurante. En este lugar, en 1958 ANCAP había comenzado la búsqueda de petróleo que no tuvo resultados positivos pero que tuvo igual sus frutos con la extracción de agua termal salada, única en la región.

 

Aparición de la marca y apuesta al Corredor

Uno de los hitos más relevantes en materia de promoción turística, ocurrió con la aparición de la primera marca turística en la historia del departamento, durante el periodo 2015-2020. Descubrí Paysandú fue el sello con la que se promocionó el destino Paysandú a través de folletería, portal web y redes sociales. Sin dudas esto generó un mejor posicionamiento del departamento como destino turístico en medios digitales, lo cual no es menor teniendo en cuenta la importancia que ello implica hoy a la hora de vender un producto o servicio al mundo. También se creó la primera guía turística del departamento en formato papel y digital.

SI bien hoy la actual Dirección de Turismo mantiene el portal y la cuenta Facebook Descubrí Paysandú, desde el propio gobierno departamental surgieron nuevas marcas (tierra heroica, agenda Paysandú, entre otras) que suponen un retroceso en lo que refiere a la difusión y promoción del destino, ya que la saturación de marcas genera mensajes confusos.

Por otra parte, durante el período Caraballo hubo una apuesta muy importante al trabajo en clave de región a través del Corredor Pájaros Pintados. Vale la pena leer algunas editoriales de la década de los ´90 del diario El Telégrafo en los cuales se planteaba la necesidad de que Paysandú generara acuerdos de integración regional como el que finalmente esta política significó.

El Corredor fue una apuesta conjunta impulsada junto al MINTUR y los gobiernos de Artigas, Salto, Soriano, Río Negro y Colonia cuyos esfuerzos se volcaron a la promoción turística regional, en una búsqueda de generar complementariedad a las ofertas de cada departamento, unificando criterios en la difusión de destinos. También implicó una importante apuesta a la generación de nuevas infraestructuras tales como Centro de Visitantes y Centros de Interpretación, que en el caso de Paysandú abarcaron a la Meseta de Artigas y Montes del Queguay.

Lamentablemente, pese a los buenos resultados y a que el Corredor contaba con la participación de más de 230 operadores de toda la región, las actuales autoridades MINTUR decidieron dejarlo de lado.

Durante este periodo, también se estableció un acuerdo de trabajo integrado en materia de turismo y cultura con la municipalidad de Colón, que para el turismo sanducero significó mejorar y aumentar la promoción de Paysandú del lado argentino (presencia permanente de folletería en oficinas de Colón e instancias de familiarización turística en Paysandú con informantes turísticos de aquella ciudad).

Guaviyú: termas pioneras de Paysandú

Quintana ha realizado un detallado análisis de la evolución de la planificación de políticas turísticas ligadas específicamente al turismo termal y señala que entre mediados de los´70 y década del ´80, se realizaron diversos estudios donde se concluía “en la importancia de destinar esfuerzos principalmente a los Centros Termales de Guaviyú y Arapey”, que por aquellos años eran los que contaban con mayor desarrollo en infraestructuras y servicios.

En Paysandú las primeras termas descubiertas fueron precisamente las de Guaviyú. Allí comenzaron, en 1957, las excavaciones de ANCAP en busca de petróleo. No se encontró “oro negro” pero sí el agua termal que años después (1965) llevó a la Intendencia de Paysandú a adquirir predios en la zona, con el objetivo de explotar allí un complejo turístico. El primer entubamiento del pozo termal ocurrió en 1972.

Guichón, Almirón y Montes del Queguay

Muy posiblemente el primer hito turístico en la ciudad de Guichón, haya sido la apertura de del primer hotel, a instancias de un maquinista del ferrocarril de nombre José Mendiburu. Aunque según consigna José Firpo en su libro sobre “Historia de Villa Elisa”, previo a esos años, en el pueblo Piñera (por entonces con mayor relevancia como localidad que Guichón) ya existían más de dos hoteles u otras modalidades de alojamiento para los visitantes.

En 1949, la Comisión Departamental de Fiestas y Turismo propuso expropiar bosques en la zona del Rincón de Pérez, lugar donde hoy se encuentra el acceso principal al Área Protegida Montes del Queguay. El edil Adolfo Mac Ilriach fue quien presentó dicho proyecto (elaborado por el Dr. Alberto Roldán) a la Junta departamental, con el fin de convertirlo en centro turístico y en un área de protección de fauna y flora autóctona. En 1991, el guichonense Héctor Urruty retomó dicho proyecto volviéndolo a presentar en la Junta. En 1994, se logró incluirlo como Área Protegida en el recientemente creado MVOTMA. En el 2000 se promulgó la Ley de creación del Sistema Nacional de Áreas Protegidas, la cual se reglamentó en 2005 y finalmente en 2009, se designa Área protegida a Montes del Queguay.

 

Hoy también siguen habiendo sanduceros que comparan la pobreza turística de Paysandú respecto al desarrollo de Colón, que incluso cuenta con mucho menos potencial. Pero en Colón hace más de 30 años apuestan al turismo y a diferencia de Paysandú

 

 

Con respecto al Centro Termal Almirón, en 1975 inauguró sus primeras dos piscinas además de un servicio de bar y restaurante. En este lugar, en 1958 ANCAP había comenzado la búsqueda de petróleo que no tuvo resultados positivos pero que tuvo igual sus frutos con la extracción de agua termal salada, única en la región. Es importante destacar que previo a dicha inauguración, en los años setenta, hubo una activa participación de la comunidad guichonense que se organizó a través de una Comisión de Turismo para trabajar por la inauguración de un centro termal. Había por aquellos años un diario local “El Terruño” desde el cual se llamaba a la población local a participar de las instancias.

En setiembre 1999, se anunciaba en una edición del suplemento “Domingo” de El Telégrafo la generación de un nuevo emprendimiento sobre turismo aventura en Guichon, desarrollado por el Club Queguay Canoas con el apoyo de la Agrupación Creativo, un grupo auto organizado integrado por diferentes actores locales que surgió con la finalidad de impulsar el turismo relacionado a las riquezas naturales e históricas de la ciudad. Algunos de aquellos nombres siguen trabajando en el turismo por estos días, como el caso de Carlos Urruty. En principio ofrecían propuestas de turismo de caza, básicamente apuntado a turistas extranjeros dispuestos a pagar interesantes sumas de dinero, pero con los años fueron modificando la iniciativa hacia un turismo de naturaleza alejado de aquella opción.

La Meseta

La Guía de Turismo de Shell en su edición de 1954, destacaba como un atractivo principal en Paysandú a la Meseta de Artigas. Aquella publicación sugería visitar este lugar por la riqueza de su paisaje y su relevancia histórica por estar ubicada “frente a la Estancia El Hervidero”, lo cual es un dato erróneo. Posiblemente desde antes incluso, también haya sido mencionada en otras guías o publicaciones turísticas, ya que el monumento se inauguró en 1899.

Lo más importante con respecto al desarrollo en este espacio, comenzó a gestarse en 1994. En edición del 6 de agosto, El Telégrafo informaba que el MINTUR destinaría 25.000 dólares para impulsar el desarrollo turístico en ese lugar. El entonces intendente Larrañaga señalaba como prioridad “desarrollar tareas de limpieza del monte indígena para delinear zona de camping”, buscando impulsar el ecoturismo como posibilidad de complementar la oferta sol y playa nacional. Ese mismo año se inauguraría el “Encuentro con el Patriarca” uno de los eventos más promocionados -luego de la Semana de la Cerveza- que desde su inicio ha tenido a la Meseta como epicentro. Esta celebración tuvo también a Larrañaga como uno de sus máximos impulsores.

La Fiesta principal

En la semana de turismo de 1966, se realizó la primera edición de lo que es hasta nuestros días, la principal fiesta tradicional del departamento: la Semana de la Cerveza. Dicha celebración surgió a partir de un empleado de Norteña, Jorge “Chino” Gavary,  quien luego de vivir una fiesta popular durante unas vacaciones en Argentina, decidió importar la idea a Paysandú. La antigua Cervecería y Maltería Paysandú era la proveedora de una de las mejores cervezas del país y la ciudad entera sería el centro de diversión para los visitantes que llegarían desde diversos puntos de la región.

 

Tradicionalmente la Semana de la Cerveza ha funcionado a través de un Comité organizador que en realidad en las últimas décadas quedó reducido básicamente a recursos económicos financiados u obtenidos por la Intendencia, lo cual en cierta medida ha hecho perder la esencia de la celebración, ya que se ha convertido en un karma con posibles costos político para cada administración de gobierno.

Año a año la atención para los sanduceros se ha centrado en la cartelera de espectáculos, sin embargo, durante la gestión Caraballo se generaron iniciativas muy novedosas relacionadas con la profesionalización del patio de los artesanos, el predio ferial y la realización de una novedosa agenda para disfrutar durante toda la semana en diferentes punto de la ciudad (circuitos culturales e históricos, ferias callejeras, visitas a cervecerías artesanales, etc.)

 

Cuando uno repasa en líneas generales la historia del turismo en Paysandú, con luces y sombras, debemos decir que el desarrollo del sector se ha dado mayormente gracias al esfuerzo de gobiernos de turnos (tanto nacionales como departamentales

 

De la caza indiscriminada a lo sustentable

En ocasión de realizarse la Semana de turismo de 1999, la revista Preguntas publicaba una guía turística en su edición número 9, donde destacaban lugares para visitar en Paysandú más allá del Anfiteatro y predio ferial. En esa misma publicación, en una nota aparte, el periodista Danilo Maidana manifestaba su preocupación por la agresión a la naturaleza durante esa semana: “Semana santa: camping, monteadas y cacerías”. En el desarrollo del artículo, Maidana señalaba que “algunos uruguayos no saben convivir con la naturaleza” y alertaba sobre las diferentes especies de fauna que estaban extinguidas y/o en peligro de extinguirse en Uruguay, demandando a la misma vez la construcción de una “cultura de armonía entre el humano y lo natural”.

El artículo es interesante porque Paysandú históricamente ha sido un destino elegido por quienes practican esa actividad, hoy regulada. A manera de ejemplo, en la Guía de turismo de Uruguay 1954 editada por Shell se sugería visitar Paysandú para practicar la caza de “loros, perdices, palomas, liebres y aves de rapiña”.

Cuando comenzó a reglamentarse la actividad la promoción de esta propuesta turística, se dejó de lado. Muchos de los que ofrecían el servicio readecuaron la apuesta (como el caso de los guías guichonenses) para comenzar a ofrecer alternativas relacionadas al ecoturismo tales como el senderismo interpretativo de fauna y flora y el avistamiento de aves, entre otras opciones.

 

Desde el punto de vista de las experiencias turísticas, debemos decir que ha habido poca capacidad para emprender ofertas que permitan desarrollar el gran potencial que Paysandú tiene, particularmente relacionado al patrimonio histórico y acervo cultural.

 

Más allá de la ciudad y las termas

Como hemos visto a lo largo de este artículo, el desarrollo turístico de Paysandú ha tenido su mayor impulso en el producto termal y Paysandú ciudad. Fue recién en el periodo 2015-2020 cuando comenzó a trabajarse desde lo institucional (Dirección de Turismo) a través de proyectos -que contaron con apoyo económico de la OPP- en otras localidades del interiornunca antes incluidas en la promoción turística.

En este sentido es importante destacar el proyecto “La Estación más linda del país” en Lorenzo Geyres y el proyecto “Rescatando la identidad de Piñera Beisso”, que implicaron en ambos casos un proceso de trabajo articulado entre actores públicos y las comunidades locales con las que se trabajó en torno a riquezas culturales y paisajísticas de sus pueblos con la finalidad de integrarlas a distintas rutas turísticas. En el caso de Queguay, vinculado a la ruta termal (Paysandú, Guaviyú y Salto). Mientras que a Piñera-Beisso se lo integró al circuito Guichón, Almirón y Montes del Queguay. Además se concretó la creación del primer escenario para espectáculos al aire libre y se inauguró la primera fiesta del pueblo denominada “La vuelta al pago”.

Se potenció también la promoción de la oferta de Guichón generando también eventos y promociones sobre lugares que antes no habían sido difundidos, como los palmares, los menhires y las actividades de aventura en el río Queguay (canotaje y flotadas).

En Pueblo Esperanza se estrenó (con buen resultado) el circuito “Tierra de Esperanza” con pobladores locales actuando de guías. Dicha propuesta contó con asesoramiento técnico de la Dirección de Turismo y hoy se ofrece a través de agencias de viajes sanduceras que a partir de la pandemia están promocionando paquetes con atractivos locales que se venden básicamente a público sanducero.

Durante el periodo 2015-2020, otra cuestión no menor,  fue la fuerte presencia que Paysandú adquirió en guías turísticas y otras publicaciones nacionales e internacionales. En el primer caso, con completa información que abarca a todo el departamento en la guía Pasaporte, la guía En Foco y el portal del MINTUR. Pero también ganando presencia en medios internacionales importantes como la revista Weekend y Página 12, a partir de instancias (viajes de familiarización con prensa) que en su momento organizaron la Dirección de Turismo y el MINTUR.

 

Es importante señalar que dese hace ya varios años, los predios por los cuales se accede al lugar son propiedad privada, por lo cual el acceso público solamente puede realizarse por el río Queguay.

 

Mucho potencial, poca creatividad e inversión privada

Desde el punto de vista de las experiencias turísticas, debemos decir que ha habido poca capacidad para emprender ofertas que permitan desarrollar el gran potencial que Paysandú tiene, particularmente relacionado al patrimonio histórico y acervo cultural. Una experiencia que resultó innovadora en su momento fue la aparición del Camino de Leandro Gómez, en 2014. Un recorrido guiado por lugares emblemáticos de la Defensa que se sigue realizando de manera ininterrumpida desde ese entonces.

Si bien se han realizado valiosas investigaciones sobre el patrimonio histórico y cultural de Paysandú, no ha habido capacidad de emprender servicios turísticos que puedan significar incluso una herramienta económica complementaria para ciudadanos sanduceros.

Todavía hoy hay sanduceros que siguen soñando con volver al pasado glorioso industrial, lo que en muchos casos implica un estancamiento respecto a pensar en otras posibilidades para desarrollar en estas tierras.

 

En ocasión de realizarse la Semana de turismo de 1999, la revista Preguntas publicaba una guía turística en su edición número 9, donde destacaban lugares para visitar en Paysandú más allá del Anfiteatro y predio ferial.

 

Lo cierto es que en materia de potencial turístico, Paysandú tiene derecho a soñar en grande. Quizá solo sea cuestión de hacer más y hablar menos, porque lo cierto es que aquí hay riquezas históricas, naturales y culturales que requieren creatividad e inversión para ser explotadas turísticamente.

Cuando uno repasa en líneas generales la historia del turismo en Paysandú, con luces y sombras, debemos decir que el desarrollo del sector se ha dado mayormente gracias al esfuerzo de gobiernos de turnos (tanto nacionales como departamentales).

Hoy también siguen habiendo sanduceros que comparan la pobreza turística de Paysandú respecto al desarrollo de Colón, que incluso cuenta con mucho menos potencial. Pero en Colón hace más de 30 años apuestan al turismo y a diferencia de Paysandú, el sector privado ha sido pieza clave para que ello ocurra, siendo creativo y apostando a la inversión logrando que el turismo se haya convertido en el motor principal que mueve a dicha comunidad.

[1] Es importante señalar que dese hace ya varios años, los predios por los cuales se accede al lugar son propiedad privada, por lo cual el acceso público solamente puede realizarse por el río Queguay.

 

 

Fuente: 20Once