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En los 130 años de Piriápolis: El Castillo

TOURuruguay de DIARIO URUGUAY. En los 130 años de la fundación del balneario Piriápolis.
Fotoperiodista Antonella Mérica.

El castillo

El castillo fue construido en 1897 por el ingeniero Aquiles Monzani, sobre diseño del propio Piria. Verdadera “mansión filosofal” al decir de Fulcanelli, hoy es un pálido reflejo del esplendor que tuvo en su época.

Buena parte de los símbolos han desaparecido. La avenida de acceso estaba flanqueada por estatuas de deidades griegas que representaban a los planetas y los metales de la alquimia.

La fuente consagrada a Neptuno con su estatua correspondiente, fue destruida: aquí se mostraba la vía utilizada por Piria en sus trabajos alquímicos: la llamada “vía húmeda”, la cual dura exactamente un año, el tiempo que vivió Piria permanentemente en el castillo: una vez lograda su meta no volvió más a él y se alojaba en alguno de sus hoteles. El subsuelo, donde se encontraba su laboratorio fue tapiado.

La habitación superior del castillo era utilizada como lugar de meditación y para sus proyecciones astrales en el tiempo y en el espacio.

En el interior del castillo llama la atención una puerta puesta sobre la pared: aparentemente no conduce a ninguna parte, pero en realidad es un recordatorio de que las puertas a otros mundos están en éste y que hay que tener la suficiente atención para “verlas”.

Los perros ubicados frente a la puerta principal son lebreles, perros de caza, y entre sus patas tienen el morral y una liebre muerta. La liebre, en alquimia, es el símbolo de la “materia prima”, también conocida como “mercurio”.

Ambos nombres denotan algo difícil de agarrar, algo evasivo. Sin embargo, los perros lograron darle caza, lograron “fijar la materia”. Y la clave de esto está en la que fuera la ubicación original de estos perros: en la puerta de las caballerizas del castillo, pues es allí donde se encuentra el material necesario para la fijación mencionada…

Otro símbolo importante son las figuras que coronan las columnas de la entrada. Dos dragones entrelazados formando una X. La equis es el símbolo del fuego, elemento fundamental en la consecución de la Gran Obra. Estas figuras surgen de entre hojas de acanto al extremo de las columnas.

La columna representa el tubo de ensayo. Cuando se pone la materia prima al fuego en el tubo de ensayo, ésta cristaliza y sus cristales, vistos al microscopio, se asemejan a las hojas de dicha planta.

Aquí hablamos de alquimia de laboratorio, y a quien tenga conocimientos profundos de química le resultará sencillo identificar esta materia, mencionada en los textos con infinidad de nombres pero jamás con el verdadero.

En lo que fueran los jardines del castillo, aún se conservan varios copones en los que aparece una figura que parece ser la del “diablo”, sin embargo se trata de Bafonet, figura emblemática de los Templarios que, malinterpretada, diera pie a la acusación de que adoraban a Satanás y por lo cual terminaran injustamente en la hoguera.

Sobre la derecha del castillo, Piria plantó varias yucas africanas, que solamente crecen allí. Intentos de transplantarlas a otro lugar han fracasado. La razón es que no se trata de yucas comunes, pues Piria las trató con la llamada “piedra vegetal” -otro de los productos derivados de la piedra filosofal- que permite la perfección de toda especie vegetal.

 

Fuente: FRANCISCO PIRIA El hombre y la obra Por Jorge Floriano