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Jorge Larrañaga fue sepultado este 24 de mayo en el cementerio de Paysandú, su ciudad natal.

Jorge Larrañaga falleció en Montevideo, de un fallo cardiorrespiratorio, el 22 de mayo. En la mañana del domingo 23, se llevó a cabo su velatorio en el Salón de los Pasos Perdidos del Palacio Legislativo y este lunes 24 fueron sepultados sus restos en Paysandú.

El presidente de la República, Luis Lacalle Pou, calificó al ministro de bastión para el Gobierno, por su entrega para cumplir con la ley y la gente. “La actividad política es ensanchar el corazón, es un acto de generosidad, (…) es esa familia no sanguínea que es la patria”, reflexionó.

En su ciudad natal, donde ejerció el cargo de intendente departamental por dos períodos consecutivos, entre los años 1990 y 1999, fue despedido por ciudadanos durante el traslado hacia el cementerio y en el homenaje realizado en la sede del Gobierno departamental.

Además, en el trayecto del cortejo, fue saludado por efectivos de la Policía nacional en su pasaje por la jefatura local y por la unidad policial especializada en violencia de género de la capital.

Lacalle Pou, la vicepresidenta, Beatriz Argimón; el secretario de la Presidencia, Álvaro Delgado; el prosecretario, Rodrigo Ferrés; autoridades del gabinete ministerial y representantes del Poder Legislativo arribaron al aeropuerto internacional de Paysandú, Tydeo Larre Borges, en la aeronave Embraer C-120 Brasilia, de la Fuerza Aérea Uruguaya, para luego trasladarse hacia el cementerio de Paysandú.

La banda de la Escuela Nacional de Policía fue la encargada de entonar las estrofas del himno nacional, mientras cadetes, abanderados y escoltas de los pabellones patrios portaron sus armas “a la funerala”, con las bocas de los fusiles mirando al suelo y las culatas hacia arriba, en señal de duelo.

Delante del panteón familiar, el mandatario se dirigió a los presentes y a la familia del ministro y reflexionó acerca del rol de un político y de la capacidad de entrega de Larrañaga a la tarea.

“La actividad política es ensanchar el corazón, es un acto de generosidad, (…) es esa familia no sanguínea que es la patria. El corazón del viejo de ustedes estaba compartido con tres millones y medio, siéntanse honrados y caminen con la frente en alto», les manifestó a sus hijos.

“Ese cuerpo no sabía de descanso ni de renunciamiento. Empieza a descansar mucho antes de lo previsto, cuando lo veíamos en su mejor momento. Había encontrado su eje, su centro y esa embestida típica de él, se había concentrado y focalizado en esta tarea”, expresó Lacalle Pou, y agregó: “Por suerte, somos muchos los que lo vamos a extrañar, porque de nada sirve pasar por este mundo si no dejamos nada”. “Hoy vamos a extrañar a un bastión fundamental en el Gobierno”, subrayó el presidente.

Asimismo, repasó la participación de Larrañaga en las campañas electorales y reconoció su valor, constancia y empuje. Además, lo calificó de “defensor de las leyes” y aseveró que esa cualidad es necesaria para que el Estado asegure la libertad de las personas. “Lo hizo a su manera”, recalcó.

Lacalle Pou destacó que el sindicato policial y los efectivos activos y retirados le rindieran homenaje. “Él no mandaba, se ponía adelante”, señaló.

Durante el sepelio, Jorge Larrañaga Vidal, hijo del fallecido ministro, le dedicó a su padre palabras de agradecimiento: “Hoy te vinimos a agradecer, viejo, lo buen padre que fuiste. Todo lo que nos quisiste y siempre estuviste ahí para nosotros. Te vinimos a decir que te amamos, que tenemos un orgullo enorme por vos y, también, que te quedes tranquilo, sabemos lo que hay que hacer, vos nos enseñaste bien: apretar los dientes y para adelante. Hay orden de no aflojar. Genio y figura hasta la sepultura”, puntualizó.

Al finalizar, el presidente de la República, Luis Lacalle Pou, recibió el pabellón de manos del director de la Policía Nacional, Diego Fernández, y lo entregó a los familiares de Jorge Larrañaga.

Fuente: presidencia