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Museo Chacarero

«La AUF, ha tratado al fútbol del interior como al hermano pobre». Editorial del diario La Razón de Montevideo, julio de 1946

MUSEO CHACARERO. Del Archivo de Diario Uruguay.

 

La Junta Dirigente de AUF le pareció que estaba cumplida con el interior disponiendo que los clubes capitalinos pagaran $200 pesos por sus jugadores, sin derecho a discutir los pases.

 

LA RAZON AL FUTBOL DEL INTERIOR DEL URUGUAY

La Asociación Uruguaya de Fútbol, que entre otros cometidos que le fijan sus propios reglamentos, tiene el de fomentar el fútbol en el territorio nacional, no ha cumplido jamás con este enunciado.

El instituto máximo directriz nunca fomentó el fútbol de tierra adentro en ninguna de las formas que ese fomento podría hacerse efectivo, o sea, haciendo que el deporte tuviera una entidad única e indivisible en la República, ya sea por la participación de clubes del interior en algún torneo oficial en que se midieran de igual a igual con los de Montevideo.

La Junta Dirigente de AUF le pareció que estaba cumplida con el interior disponiendo que los clubes capitalinos pagaran $200 pesos por sus jugadores, sin derecho a discutir los pases.

La AUF, ha tratado al fútbol del interior como al hermano pobre. Pues bien, más tarde o más temprano esta situación tenía que hacer crisis.

El despectivo trato a los miembros del exConsejo Permanente del Fútbol del Interior y el rechazo injustificado de la carta sanducera colmaron todo.
El interior reaccionó con prescindencia de una protección montevideana que le acarreó sólo obligaciones y nunca le otorgó ninguna ventaja.

Debe destacarse como un hecho milagroso que en el término de un mes las Ligas del Interior se pusieron de acuerdo en coordinar una acción conjunta para ensayar la defensa de sus intereses.

¡Esto es milagroso!, porque una de las características menos favorables de la vida nacional es la escasa predisposición para la acción en común. Un individualismo llevado a extremos que muchas veces impiden afrontar problemas generales.

Por primera vez el interior aunó voluntades por iniciativa propia, sin tutelas ni muletas.

Cualesquiera sean las conclusiones a que se llegue, es indudable que se llegará a lo que más falta le hacía al fútbol del interior: el espíritu de cuerpo.