Inicio » «Lima» y limón, apuntando a nuestra profesión: «Siempre tuvimos que salir a mendigar»
Hechalamerica

«Lima» y limón, apuntando a nuestra profesión: «Siempre tuvimos que salir a mendigar»

HECHALAMERICA CON RIVERA. Desde Rivera /ENTREVISTA/Eduardo Mérica para Diario Uruguay
Cuando el miércoles 26 de octubre de 2011, Carlos María Lima pisó por última vez la tierra para embarcarse junto a sus nuevos compañeros en otra emisión al aire, no hubo una maraña de micrófonos y periodistas, abalanzándose sobre su humanidad. En ese instante, Rivera comenzó a entender qué significa mantener una deuda con alguien que se dio el gusto de realizar varias tareas de comunicación con el papel de la prensa, la radio y la incipiente televisión de la frontera. A pesar de que el «Flaco» Lima siempre supo que la prensa es un bien, un inmenso bien, es todo lo que se dice, y hasta todo lo que se declama sobre ella, es apostolado, sacerdocio, cuarto poder y todo lo demás… Lo que anima a decir que fue un distinguido cultor de la profesión.

«estar en un sindicato acá donde había cierta resistencia por parte de los patronales, era difícil; se ponía en riesgo el empleo».

-Me han dicho que usted es un referente del periodismo local. ¿Se siente identificado?
-Creo que es mucha generosidad. Soy uno más de los tantos que hemos trabajado aquí en la comunicación. En la actualidad estoy jubilado, pero sigo con las ganas de hacer alguna cosa en materia de comunicación. Pero, por problemas de salud estoy al margen de todo este tipo de actividad. Ahora soy un enamorado de la comunicación que la ejerzo desde el día, prácticamente, que era niño.

-¿Desde cuándo?
-Mi actividad periodística, y le pido que esto vaya entre comillas «Empezó en Primaria. En la Escuela teníamos un diarito que se llamaba «La Campanilla». Cuando paso a Secundaria me encuentro que con los compañeros del liceo tenían un diarito que se llamaba «Juventud». Así sucesivamente alterné en los medios de radiodifusión, televisión, prensa escrita, en fin, fue una larga y vieja historia».

-¿Su mejor momento fue en Canal 10 de Rivera, con su papel de crítico?
-Yo estuve un tiempo en Canal 10, enseguida que se fundó. Y por razones familiares de que nuestras hijas iban a estudiar nos fuimos todos para Montevideo. Y volví en el año 86, y bueno… los últimos cuarenta años estuve ahí en Canal 10, donde los momentos fueron todos lindos. Aunque en la comunicación yo me sentí cómodo siempre. Tengo una manera muy especial de comunicar ya que trato de no ser polémico en las apreciaciones. Y voy a decir algo que es muy subjetivo….

«Yo perdí un empleo en Montevideo por participar de una huelga de las comunicaciones del año 57. Una huelga que duró dos meses. Paradójicamente, la única radio de Montevideo que no hizo huelga fue Radio Carve, y yo terminé trabajando en Carve»

-Sí. Dígalo nomás.
-Trataba de ser lo más objetivo posible.

-Marquemos el primer mojón de su larga trayectoria. ¿Lo recuerda?
-Yo no pondría mojones porque como te digo empecé de niño. Cuando fui por primera vez a la vieja Radio Charrúa -donde también se inició «Cabrerita»- a leer una composición que la maestra había mandado una redacción en clase, y bueno… le gustó mucho a la maestra y después, no sé cómo ella se conecta con la radio -con el director- y me llevan a la radio para leer la redacción. Y el director chileno y de teatro Jorge Dalton García, me dijo: «Pibe, cuando escribas esas cosas venite por la radio a mostrármelas y las leemos para nuestros oyentes». Y bueno, cada tanto aparecía alguna cosa, y la leíamos en la radio.

«Este es un tema tan viejo como mis años de comunicación. Siempre tuvimos que salir a mendigar. Para algunos comerciantes era darnos una propina. Para otros, era hacer una inversión en publicidad».

El Flaco Lima con Maruja en Diario Norte de Rivera

 

 

«Eran seis o siete avisadores que ya se sabía que podíamos contar con ellos y otros que tú le dabas el precio del trabajo y te ofrecían una propina, una décima parte de lo que pedías. Eso sí, a mí en particular me creó alguna situación desagradable con algún empresario fuerte de la frontera».

-¿En qué momento se mete el tema de la publicidad y la plata en medio de la pureza de nuestra profesión, que ha degenerado casi todo?
-Este es un tema tan viejo como mis años de comunicación. Siempre tuvimos que salir a mendigar. Para algunos comerciantes era darnos una propina. Para otros, era hacer una inversión en publicidad. Pero, claro hoy es otro momento y otras situación económico financiera, pero en aquellos años era muy difícil. Eran seis o siete avisadores que ya se sabía que podíamos contar con ellos y otros que tú le dabas el precio del trabajo y te ofrecían una propina, una décima parte de lo que pedías. Eso sí, a mí en particular me creó alguna situación desagradable con algún empresario fuerte de la frontera.

-Quiere decir: que un sueldo seguro casi nadie tenía en Rivera.
-Yo en los medios que trabajé tenía sueldo. Pero, no eran sueldos que yo comprendo no podían ser altos tampoco, entonces, teníamos la ventaja de la comisión sobre la publicidad que acercábamos al medio.

¿Por qué nunca los periodistas de Rivera pudieron formar un sindicato?
-Bueno… esa pregunta, yo me la sigo haciendo ¿No?… Ahora sé que hay. No sé si está funcionando formalmente o por lo menos hubo un intento serio. Pero, nos condicionaban. Es decir que, yo viví unas situaciones gremiales que me costaron un empleo. Entonces, estar en un sindicato acá donde había cierta resistencia por parte de los patronales, era difícil; se ponía en riesgo el empleo. Yo perdí un empleo en Montevideo por participar de una huelga de las comunicaciones del año 57. Una huelga que duró dos meses. Paradójicamente, la única radio de Montevideo que no hizo huelga fue Radio Carve, y yo terminé trabajando en Carve, después de hacer sido despedido de la radio como huelguista.

 

«lo que felizmente hubo siempre en Rivera fue una buena amistad (entre colegas). No era una competencia de confrontación. Por lo menos, en mi caso personal».

-Por lo visto, es imposible pensar en un sindicato para periodistas.
-Todo depende en el enfoque que le den a la tarea sindical. Yo siempre estuve en ese tipo de actividades, desde estudiante (en la Asociación de Estudiantes de Riverenses), tuvimos una organización que conseguimos muchas cosas con aquél pequeño «grupito» de estudiantes. En Montevideo, también estuve afiliado a ADER (Asociación de Empleados Radiotelefónicos), y para mí me fue muy útil. Pero acá nunca tuvimos la fortuna de hacerlo. Eso sí, lo que felizmente hubo siempre en Rivera fue una buena amistad. No era una competencia de confrontación. Por lo menos, en mi caso personal.

-¿Los periodistas de su época fueron totalmente independientes o hubo también dependientes del sistema político y recostados al poder de turno?
-Yo no tengo dudas en eso. De que habrá muchos que aprovechan la oportunidad para poder sacar mejor partido de alguna intervención o tarea para algún partido político. Creo además, que jamás se va a terminar esa situación, pero, sí lo que quiero decir: es que se puede hacerlo con absoluta libertad y seguridad, el hecho de agremiarse y seguir trabajando en distintos medios.

OLYMPUS DIGITAL CAMERA

¿Qué condición pondría usted para aprobar hoy el ingreso de alguien a laburar en los medios de comunicación?
-Si cree que tiene que estar…¿Por qué debe estar? Y si consigue estar, bueno… Bienvenido sea. Lo único que le digo: «Poné atención hermano, para que te salgan mejor las cosas…»