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En 1971 los primeros rosaditos crearon una coalición para fundar el Frente Amplio

FUNDACIÓN DEL FA. Blancos y colorados en la creación del Frente Amplio/ por el Prof. Carlos Demasi.

El 5 de febrero de 1971 la izquierda uruguaya en su conjunto consolida su mayor anhelo, nace el Frente Amplio. Desde entonces, la fuerza contiene en su seno a la inmensa mayoría de los sectores progresistas del país. Ese día en el Palacio Legislativo se reunieron representantes de los sectores y movimientos que firmaron el acta fundacional del Frente Amplio (FA), que «nació como coalición y movimiento y con el protagonismo popular como seña de identidad».

Los oradores fueron Juan Pablo Terra (Presidente del Partido Demócrata Cristiano); Arturo Baliñas (presidente del Comité Ejecutivo Provisorio de los ciudadanos que formularon el llamamiento del 7 de Octubre de 1970); José Pedro Cardoso (Partido Socialista); Héctor Rodríguez (Grupos de Acción Unificadora); Luciano Da Silva (Movimiento Revolucionario Oriental); Jorge Durán Matos (Movimiento Herrerista, Lista 58); Luis Pedro Bonavita (Frente Izquierda de Liberación); Luis Naguil (Partido Obrero Revolucionario); Jorge Andrade Ambrosini (Partido Socialista – Movimiento Socialista); Rodney Arismendi (Partido Comunista); Francisco Rodríguez Camusso (Movimiento Blanco Popular y Progresista); y Zelmar Michelini (Movimiento por el Gobierno del Pueblo – Lista 99).

Lo contó Blixen: Seregni “no ocultaba su enemistad con los tupamaros”, pero eso no alteró su política de unidad sin exclusiones

El tema de la participación de los partidos tradicionales en el Frente Amplio que curiosamente, queda un poco opacado porque generalmente se identifica el Frente Amplio con un frente de izquierda. Existe la idea, que no es falsa, de que los partidos de izquierda son la columna, el eje, pero ocurre que el Frente Amplio es una entidad que tiene muchos pies y todos son esenciales. Es decir, que en aquella época se discutía que la idea de un Frente Amplio sin el Partido Comunista era inconcebible pero el Frente Amplio sin sectores batllistas, sin sectores nacionalistas – progresistas también era inconcebible. El Frente Amplio se formaba si lograba integrar a todos estos sectores.

Creo que lo que se ha perdido un poco de vista también en todos estos años, que han pasado desde la década del 60 hasta ahora, ha sido que en la década del 60 y en general en la historia del Uruguay del siglo XX, la izquierda se identificaba con el sector batllista del Partido Colorado la izquierda en el Uruguay era el batllismo, había sectores de izquierda contestatarios que se negaban a
integrar el batllismo pero quedaban muy asimilados con él, e incluso el batllismo lograba absorberlos. En las discusiones y debates que había de los políticos de la izquierda en el Uruguay, uno encuentra algunas afirmaciones que eran polémicas pero que no eran disparatadas, que decían por ejemplo “desde el batllsimo a la izquierda; acéptenlo, la izquierda en este país será colorada o no será”. Es decir la única opción que tenía abierta la izquierda era el Partido Colorado.

Recordemos que la Sra. Julia Arévalo cuando hace su primera intervención en el Senado, en 1947, es la primera senadora comunista, es la primera vez que un comunista llega al Senado y está haciendo, de alguna manera, la definición de cómo va a ser su política y dice que su comportamiento en el Senado seguirá de cerca las propuestas de los colorados. En 1947 el Partido Comunista no tenía empacho en decir que iba a ser algo parecido al Partido Colorado. El Partido Colorado se identificaba completamente con la izquierda. Un Frente Amplio que no incluyera sectores del Partido Colorado era un Frente Amplio cuya amplitud iba a quedar muy restringida.

 

Era un frente democrático, pluralista, pero al comienzo no teníamos conciencia de qué iba a pasar, por eso aquella noche del 26 de marzo que fue un bautismo del pueblo, el acto fue tan inmenso.
Ahí sentimos todos que era posible y que el Frente era posible.

 

Por otro lado también dentro del Partido Nacional había sectores, aquellos que con cierto desdén Haedo alguna vez calificó de blancos batllistas, y justamente tienen mucha proximidad con el batllismo desde una perspectiva más conservadora y menos estatista, una propuesta con más perspectiva de movimiento social el origen de esta dimensión, lo hallamos en Carnelli y Quijano que presentaban una visión de izquierda dentro del Partido Nacional que hacía en cierta manera, no un contrapeso del batllismo, pero sí era un reducto de aquellos que tenían una tradición blanca pero se ubicaban a la izquierda del espectro político.

Es decir el Frente Amplio no podría funcionar, no podría existir si no lograba captar el sector batllista del Partido Colorado que era digamos “la izquierda mayoritaria” del país y no podría funcionar tampoco si a la vez no captaba el sector nacionalista más progresista.

Ese era uno de los puntos centrales de todo este proceso porque hasta ese momento, hasta finales de los años 60, era mucho más fuerte la adhesión emocional a la tradición partidaria que la adhesión racional a un programa político y a determinada estrategia política. Es decir para un nacionalista, para un colorado es mucho más fuerte poder invocar a Aparicio Saravia o al Gobierno de la Defensa que decir que por esta vía vamos a llegar a un gobierno de izquierda o a un gobierno progresista. Siempre había sido imposible superar la barrera partidaria para formar un frente o una alianza de los sectores progresistas de los partidos tradicionales.

En los años 30, durante el gobierno de Terra estuvo a punto de ocurrir. Se hizo el intento de formar el Frente Popular, que resultó frustrado por las propias fallas, los errores de aquellos que emprendieron la tarea, pero también frustrado por la estrategia política defensiva de los sectores gubernamentales que inventaron, desarrollaron y aplicaron la ley de lemas. La ley de lemas es todo un diseño político previsto para evitar el Frente Popular. Al principio esta ley de lemas era simplemente una clasificación de los lemas en transitorios y permanentes, como había sido siempre en el concepto de la ley de 1910 solo que cambiaba un poco cuáles eran transitorios y cuáles eran permanentes, pero gradualmente se fue transformando en todo un complejo legal que prácticamente hacía propietario a un sector de un partido de todo un enorme capital simbólico que implicaba retratos, colores, palabras, música, frases, etc., que volvía prácticamente
imposible cualquier tipo de vínculo fuera del partido.

Estar fuera del Partido Colorado e invocar la tradición de Batlle y Ordoñez o estar fuera del Partido Nacional e invocar la tradición de Aparicio Saravia no era posible, legalmente no era posible. Esto no cambió entre 1939 y 1971. Lo interesante es cómo la izquierda logró manejar la ley de lemas en su propio beneficio que es también una historia interesante. Hoy en día, digamos, la ley tiene muy pocos defensores en el escenario político y el candidato colorado puede hacer una campaña electoral usando todos los colores del espectro sin ningún problema pero hace 30 años, una campaña que nombrara al candidato colorado sobre un cartel celeste, hubiera sido imposible. Sin embargo ahora en el 2006 lo hemos visto y a nadie le ha molestado.

Estas épocas de conjunciones de coaliciones extrañas tienen esos resultados. Ahora, el proceso político y la estrategia política, que se despliega a finales de los años 60, en la forma de Frente Amplio tiene como objetivo central poder captar sectores de los partidos tradicionales. Porque si es importante la unión de la izquierda, si es importante formar una alianza de sectores marxistas y
sectores progresistas del país, es más importante que a esta alianza integremos sectores de los partidos tradicionales que es lo que hace posible el Frente Amplio.

Observando la evolución electoral del país no parecía posible la creación de una coalición de fuerzas como la que se proponía a finales de los años 60 y principios de los 70. En diciembre de 1962, pocas semanas después de las elecciones, Aldo Solari realizó uno de los primeros estudios electorales del país y lo tituló “Réquiem para la izquierda”. Es decir, el elemento electoral más destacable que rescataba Solari en estas elecciones era que evidentemente la izquierda era inviable no podía pasar de un determinado techo electoral que era 6,7% y aunque creciera, un sector según Aldo Solari la izquierda no crecía, porque crecía el Partido Comunista pero decaía el Partido Socialista o a la inversa. Lo que hay es canibalismo, el crecimiento se hace a espensas del otro y nunca hay la
perspectiva de un gobierno de izquierda o que un partido de de izquierda llegue a gobernar. Con esa visión de que la izquierda era políticamente un sector de minorías, más la idea de que la verdadera izquierda no estaba dentro de los partidos de izquierda, más la evidencia de que era más fácil captar votos desde los partidos tradicionales que desde la izquierda. Piensen en el éxito de Zelmar Michellini en 1962 que sorprendió al mismo Michellini, entonces todo eso hacía pensar, con buena perspectiva, en formar una coalición de fuerzas que integrara a sectores de los partidos tradicionales, era una tarea imposible, más aún si miramos a dónde los invitaba a integrarse, porque tengamos presente que en 1967 y 1968 son años muy conflictivos para los partidos de izquierda. Por un lado la conferencia de la OLAS en Cuba y los conflictos que genera la representación uruguaya en la conferencia de la OLAS, donde el Partido Comunista se sentía el representante uruguayo y a juicio de los demás partidos copó la representación de la izquierda. Es decir, la delegación que retornó de la OLAS venía muy complicada con muchas quejas, muchas protestas, muchos ataques de unos a otros. El Partido Comunista no había apoyado la resolución general de la OLAS.

Todo esto planteaba un debate interno muy fuerte dentro de la izquierda, cuando se estaban empezando a diluir los problemas, se produce la invasión de las fuerzas del pacto de Varsovia a Checoslovaquia entonces vuelve a replantearse el debate ideológico dentro de la izquierda sobre el tema de cuál es la izquierda posible.

No parecía un escenario muy adecuado para decir, vamos a integrarnos todos con los partidos tradicionales y formar un solo bloque etc. Hay algunos movimientos, algunos gestos, de la primera mitad del año 1968 que son también muy interesantes.

 

…el Frente nació y nació antiimperialista y popular, esta fue la definición. Para algunos de nosotros era el camino hacia el socialismo. Por eso es tan doloroso para mi recordar esto, reforma con “No pago de la deuda externa”, Estatización de la Banca, Reforma Agraria, Estatización del Comercio Exterior y podía seguir.

 

Por ejemplo, en febrero de 1968 se reúne un comité llamado “Movimiento por la defensa de las libertades públicas y la soberanía”, que se reunía en el Paraninfo de la Universidad.
Se trataba de nuclear en torno a un principio compartido por todo el mundo, a fuerzas representantes de todos los sectores políticos, es decir, tenían representantes de los sectores de izquierda de la democracia cristiana, blancos y colorados.

Este movimiento tuvo una especie de lanzamiento en febrero, también apoyó la C.N.T. pero esto se frenó. La dinámica es más fuerte, pero reapareció en junio y comienza a tener actuación continuada, a partir de julio. Es decir se formó un escenario en el cual coincidieron la izquierda, el Partido Demócrata Cristiano y legisladores blancos y colorados, en una actividad política no parlamentaria. El P.D.C. a fines de junio de 1968 había lanzado una propuesta que era muy rara; invitaba al presidente a disolver las cámaras, era una especie de plebiscito sobre la política gubernamental es decir proponía formar una alianza de todos los que estaban en contra. Todos los sectores que estuvieran en la oposición, independientemente de los partidos, presentarían candidatos comunes en esa elección parlamentaria para ver quien tenía más apoyo, si el gobierno con la política de congelamiento de salarios, o las fuerzas populares que rechazaban la idea de la formación de una alianza por primera vez en un escenario político, lanzada no desde la izquierda propiamente, sino por un partido que no es uno de los partidos tradicionales, pero no se identifica estrictamente con la izquierda tradicional. Por otro lado es bien interesante un planteo de un artículo publicado, en varias partes, por Oscar Bruschera en noviembre de 1968 en el semanario
Marcha. El artículo tiene un título paradigmático: “¿Qué hacer?”. En noviembre 1968 ocurrieron los episodios más fuertes, murieron tres estudiantes, se decretaron las medidas prontas de seguridad. Era visible que Uruguay había cambiado, entonces Bruschera planteaba cómo teníamos que procesar este cambio de aquí en adelante. Lo que propuso Bruschera es una alianza, un frente político que tenía que integrarse con sectores blancos y colorados. Un frente político que solo fuera de la izquierda no sería lo que se espera por que la izquierda solo captaría a aquellos que se identificaran como de izquierda y de lo que se trataba era de captar a ese otro electorado masivo que estaba metido en los partidos tradicionales.

¿Cómo se podía formar?
El lo imaginaba en dos o tres etapas. La primera etapa sería que los sectores progresistas de los partidos tradicionales se separaran de sus partidos pero sin renunciar a la tradición del partido. Es interesante como Bruschera tenía tan claro el peso de la tradición en un escenario donde se privilegiaba más el aspecto racional que el aspecto emocional de la adhesión partidaria. Bruschera daba mucha importancia al tema de la tradición, decía: los colorados tienen que separarse del Partido Colorado pero dejando claro que se separan para seguir siendo batllistas y los blancos que se separan del Partido Nacional, tienen que afirmar la tradición antiimperialista y populista del Partido Nacional aquello que fue característico de Herrera. Los sectores que se separan de los partidos tradicionales, no tienen que renunciar a sus tradiciones, sino afirmarse en ellas, tienen que reclamarlas con mucha fuerza y formar una primera instancia de alianza entre ellos y el PDC. Según Bruschera, a esa alianza deben agregarse los partidos de izquierda. Los partidos de izquierda no deben aparecer promoviendo la alianza, tienen que aparecer como sumándose a ella. Primero tiene que formarse un gran conglomerado de fuerzas políticas desgajadas de los partidos tradicionales unidas entre sí y a ellas tienen que agregarse después los partidos de izquierda históricos.

Es muy interesante porque ese fue exactamente el proceso.
A fines del año 70 se separaron los sectores del Partido Colorado de su partido, se separó la 99 (Grupo de Zelmar Michelini) el sector de Vasconcellos se dividió, es decir Vasconcellos decidió quedarse dentro del Partido Colorado y se separó Senatore y algunos más y se integraron a ese otro sector que se estaría formando.

En el Partido Nacional se separaron Rodríguez Camuso, el Movimiento Popular y Progresista y formaron con el PDC una alianza que se denominó “Frente del Pueblo” y ese Frente del Pueblo invitó a integrarse a los partidos de izquierda que se integrarían a él, solo que el Frente del Pueblo se desestructuró rápidamente y quedó el PDC y la 99 (grupo de Zelmar Michelini) porque Rodríguez Camuso hizo rápidamente un acuerdo con el FIDEL, pero eso, efectivamente, se fue dando dentro de los partidos tradicionales.
Ahora, no fue tan sencillo, en la dinámica, si uno piensa en cómo se fue procesando esto.

 

En primer lugar, dentro del Partido Nacional surgió “Por la Patria”, a fines del año 1969. Wilson Ferreira salió con mucha fuerza, buscando lo mismo, es decir, buscando captar los sectores progresistas del Partido Nacional y, eventualmente, captar sectores batllistas desconformes con el gobierno de Pacheco adoptando el discurso que tenía clarísmas resonancias del neo-batllismo
de Luis Batlle Berres. Apenas había un tono más tecnocrático dentro del discurso de Ferreira que invocaba de vez en cuando la CIDE, los planes de desarrollo, etc.

Pero uno miraba el concepto, el talante general del discurso de Ferreira y era muy neo-batllista. Es decir, Pacheco Areco había hecho una política dejando al batllismo a la intemperie y Ferreira le “tiraba un poco el lazo”. Por otro lado no estaba claro que dentro del Partido Colorado las fuerzas que se separaban llevaran consigo a su electorado, algo que históricamente nunca había ocurrido.

Es decir, ya antes había ocurrido que sectores dirigentes del Partido Colorado se separaran, o del Partido Nacional se separaran del partido, como es el caso de Lorenzo Carnelli, caso Ariel Collazo, pero les costaba mucho llevar al electorado con ellos y el electorado quedaba dentro del partido. Es interesante ver que los 3.000 y algo de votos de Carnelli de la década del 20, que estaban en el
Partido Blanco Radical, digamos en el sector blanco radical, cuando Carnelli se fue del Partido Nacional, se fueron al sector de Quijano, que es como si dijéramos adoptó el discurso de Carnelli dentro del Partido Nacional, es decir los votantes eligieron dentro de cada sector, dentro de cada partido aquel sector que representa su versión del progresismo, pero no se fueron del partido.

Por lo tanto la estrategia de salir del partido era muy delicada, muy compleja, más aún si uno tiene en cuenta que algunos sectores del Partido Colorado y del Partido Nacional, como la 99 y Rodríguez Camuso se fueron de sus respectivos partidos y habrían quedado estrictamente a la intemperie, intemperie política, que en Uruguay es particularmente inclemente, es decir, la meteorología política uruguaya es muy dura.

 

La presidencia de Gestido fue muy fugaz pero en definitiva eran las clases medias que habían llegado al gobierno, claro no tuvimos en cuenta lo que venía atrás; se muere y aparece Pacheco.

Era muy imprevisible, particularmente cara aquellos que dieron el salto desde el partido hacia la nada, un salto muy arriesgado, muy peligroso, porque podría ocurrir que la otra estrategia se cumpliera o no. Desde la perspectiva del PDC todavía era más peligroso, era un partido que tenía un electorado bastante escaso y al PDC se integraban blancos y colorados. Algunos de esos sectores podían obtener las mayorías dentro del lema PDC y apropiarse del lema y esto se agravaba si el que se integraba en el PDC era el Partido Comunista. “Los lobos disfrazados de cristianos” era una de las ideas que por ahí andaban circulando.

Entonces todas estas situaciones muestran hasta qué punto este proceso era realmente complicado. Hasta qué punto de este proceso dependía la formación del Frente Amplio.

La formación del Frente Amplio en último término dependía de la audacia, de la decisión, del sentido de la oportunidad, y de la cuota de suerte que podían tener estos dirigentes políticos dentro de este escenario tan complicado.

La cuota de suerte no sé bien a qué atribuirla, es decir, evidentemente, alguna cuota de suerte debe haber habido. El Partido Colorado, no podía haber permitido que Pacheco Areco hiciera una política más antibatllista y no se puede creer que los sectores batllistas hayan aconsejado que Pacheco Areco hiciera una política antibatllista, pero evidentemente ese electorado batllista que existía en Montevideo era un electorado tradicional batllista pero bastante crítico en su voto, por ejemplo, era aquel electorado capaz de votar en las elecciones nacionales por candidatos batllistas, pero en el plebiscito del boleto fue capaz de votar en contra del mismo intendente que acababan de aprobar un año antes.

Ese electorado batllista que era bastante independiente en sus decisiones, que no se ataba tanto al partido, mejor dicho que no se ataba a los candidatos, que le dio el triunfo a los blancos en 1958, en Montevideo, ese electorado batllista fue el que pudo ser captado por esos sectores que se separarían del Partido Colorado siempre y cuando la política de Pacheco siguiera siendo una política tan fuertemente antibatllista. Es decir, había un capital electoral muy fuerte dentro del electorado montevideano que era pasible de ser captado por estos batllistas que se separaban del Partido Colorado, pero que le iba a ser muy difícil captarlo a W. Ferreira por ejemplo, porque en ese mismo carácter crítico, había un factor que pesaba mucho y es el siguiente: en definitiva W. Ferreira fue ministro de un gobierno particularmente conservador y por otra parte durante el año 1968 después de la interpelación y la caída de Guzmán Acosta y Lara, Ferreira no volvió a abrir la boca, en un año en el que se esperaba que hiciera algún anuncio.

 

Hay una rica tradición de izquierda dentro de los partidos blanco y colorado que poco se conoce. Fue un peaje muy duro de pasar. Durante años seguí siendo el hombre que vino del partido tradicional.

Si alguien se toma el trabajo de leer las actas de la única sesión de la Asamblea General de este año, donde hubo quórum, para discutir el tema Medidas Prontas de Seguridad, hay una intervención de Wilson Ferreira Aldunate que es muy interesante de leer por que muestra a un Ferreira con un discurso completamente distinto del que haría dos meses después, cuando decidió pasar a la oposición, siendo Ferreira un candidato poco atractivo para el electorado montevideano. En todo esto hay un punto crucial, la incorporación de la Dra. Roballo al Frente Amplio, que no fue inmediata, fue bastante demorada, incluso hay un titular muy impertinente en un diario que decía “Bueno Doctora ¿Qué le parece? Vamos.” La incorporación de la Dra. Roballo al Frente Amplio era decisiva, era fundamental, por que la Dra.Roballo podía ser la última cabecera de puente dentro del Partido Colorado. Si la Dra. Roballo quedaba dentro del Partido Colorado era capaz de
renuclear a su alrededor a todas aquellas fuerzas batllistas que estaban potencialmente en posibilidad de incorporarse al Frente Amplio, pero de repente, dentro del Partido Colorado un referente tan fuerte como era la Dra. Roballo podía frustrar toda la operación.

Por otro lado no ocurría nada parecido en el Partido Nacional. Aunque no se incorpora Gutierrez Ruiz que era la figura más radical del momento o algún otro legislador herrerista. Como ninguno de ellos tenía una tradición tan fuertemente identificada con sectores populares como Luis Batlle, que invocaba permanentemente el legado de Héctor Grauert que era muy fuerte. Los sectores más izquierdistas del Partido Colorado se plantearon esta situación respecto a qué podía pasar si la Dra. Roballo se integraba al Frente Amplio, como, finalmente, todos conocemos la historia, para el 5 de mayo ya estaban integrados.

La Dra. Roballo habló en el acto del 26 de marzo, esa situación terminó la incertidumbre que se podía plantear con respecto al destino del electorado batllista del Partido Colorado.

Los sectores que se pasaron de los partidos tradicionales al Frente Amplio, por que quedaban a la intemperie, los votaban porque si quedaban dentro del Partido Colorado quedaban también a la intemperie, es decir, captar ese electorado resultó muy posible porque no quedó cabecera de puente dentro de los partidos tradicionales que pudiera recuperar el voto de aquellos electores que
tradicionalmente habían sido captados.

Lo interesante es que los sectores del Partido Colorado que se integraron al Frente Amplio y también, los del Partido Nacional quedaron fuertemente integrados; no siempre sus dirigentes pero sí los electores que llegaron con ellos, es decir, a lo largo del tiempo. Primero se creó una identidad de Colorados o Blancos dentro del Frente, después se creó una identidad frenteamplista blanco o frenteamplista colorada y finalmente la tradición blanca o colorada prácticamente ha desaparecido dentro del Frente Amplio. El tiempo logró esto, amalgamar en una sola identidad política todos aquellos sectores que en 1971 pudieron ser denominados “Colcha de Reatazos”. Desde aquella “Colcha de Retazos” de 1971 hasta el conglomerado político de hoy se dio un largo proceso de aprendizaje, además de la renovación generacional.

 

EL FA no fue un pacto político o un acuerdo por cargos o simplemente un acuerdo, los que vinimos teníamos una vieja tradición de izquierda, reivindicábamos a Grauert, Grauert socialista reivindicábamos a Batlle, a Brum, a Arena, pero además en los hechos la gente que veníamos de los partidos tradicionales estuviera junto a los compañeros de izquierda y empezamos a estar juntos en la lucha contra el nazismo

Sergio Previtale
Han pasado 40 años, acordarme de esos 40 años pasados y ver este Uruguay tan deshecho tan destrozado, me cuestiona si hemos hecho las cosas bien en qué nos equivocamos. Terminamos en los años 60 pensando que hacíamos la revolución, y hoy estaríamos todos contentos si funcionara el plan de emergencia. Es para pensar y tiene que ver con lo que propuso José Díaz al final si el FA tiene que terminar siendo un partido.

Hay una rica tradición de izquierda dentro de los partidos blanco y colorado que poco se conoce. Fue un peaje muy duro de pasar. Durante años seguí siendo el hombre que vino del partido tradicional. Ahora eso ha cambiado y no tiene tanta importancia pero fue un costo, y creo que no ha quedado muy claro en la gente que significó el FA en su comienzo. EL FA no fue un pacto político o un acuerdo por cargos o simplemente un acuerdo, los que vinimos teníamos una vieja tradición de izquierda, reivindicábamos a Grauert, Grauert socialista reivindicábamos a Batlle, a Brum, a Arena, pero además en los hechos la gente que veníamos de los partidos tradicionales estuviera junto a los compañeros de izquierda y empezamos a estar juntos en la lucha contra el nazismo, en la lucha contra el facismo en la lucha de apoyo a la Revolución Española que se escuchaba en mi casa, y no sólo en mi casa, sino en los sectores políticos.

Reivindico que veníamos con una fuerte tradición antiimperialista. Pelear por la Guatemala de Jacobo Arbenz y luego la gran explosión de la Revolución Cubana, que apoyamos desde el primer día. Afiliamos y apoyamos desde el primer día. Es decir que ya había una decisión ideológica y quiere decir que no fue un acuerdo, que de alguna manera todos teníamos claro que tarde o temprano teníamos que ir a la unidad de la izquierda. Hubo algo muy fuerte, era la sensación de que siendo de izquierda, y apoyando cosas populares dentro de los partidos tradicionales teníamos espacio para hacer y realizar, podías llegar más a la gente, eso fue usado durante mucho tiempo hasta que la ley de lemas nos puso a todos en una especie de trampa mortal y ética, que era a donde iba en definitiva nuestro voto.

Nosotros hacíamos un discurso de izquierda y posteriormente terminaba en qué?
La lucha del Partido Colorado se da fundamentalmente a la muerte de Luis Batlle. Ahí claramente, con Jorge Batlle, y con algunos otros sectores, claramente el partido se vuelca hacia el Fondo Monetario, la derecha claramente. Hay una primera batalla que los sectores populares de izquierda dan y es cuando le ganamos a Jorge Batlle e imponemos a Gestido como presidente. La presidencia de Gestido fue muy fugaz pero en definitiva eran las clases medias que habían llegado al gobierno, claro no tuvimos en cuenta lo que venía atrás; se muere y aparece Pacheco. En el primer período de Pacheco todavía hay intentos “en contra de”, o sea el país había entrado en acuerdo con los blancos acordando con el Fondo Monetario Internacional ya existía una política muy dura, pero la primera etapa diríamos que es una etapa popular hasta que por primera vez la oligarquía no tiene confianza, y en las políticas, hay una especie de falta de confianza y se sientan ellos en los ministerios, y ahí tenemos un ministerio con Veg Villegas, joven con Peirano Facio, con Freack Davis (10.000 há. De campo) Esto era la oligarquía sentada ahí, e inmediatamente la aplicación de la política fondomentarista, antipopular; la congelación de salarios y las medidas prontas de seguridad, las primeras medidas prontas de seguridad.

Esto implica el comienzo de la separación de los sectores batllistas del gobierno y del Partido Colorado. Ahí en esas medidas prontas de seguridad renuncian, Michelini, renuncia Flores Mora, a los ministerios, renuncia Vasconcellos, que había sido el último intento de aplicación de una política no fondomentarista y renuncia Robillo. Ahí comienza realmente el “Pachecato”.

Medidas prontas de seguridad, presos, muchos presos, trabajadores bancarios a los que se militarizaron y los obligaban a realizar “maniobras”. UTE y ANCAP también. Se comienza a gobernar al borde de la Constitución, cientos de decretos y a partir de ahí, desde el Parlamento comienza a producirse factores de unidad.
Hay una unidad contra esa política económica, unidad en la defensa de las libertades, tratando de levantar las medidas prontas de seguridad.

Comienza también la primera investigación por tortura que existe en el país y se va dando una alineación dentro del Parlamento. Los sectores colorados en contra, opositor, el Partido Nacional, el Fidel con el Partido Comunista y es una lucha dura, fue un año duro.

Para tener una idea de lo que estábamos pasando, veníamos sistemáticamente a la convocatoria de Asamblea General, para levantar las medidas prontas de seguridad y nunca había quorum pero se utilizaba la fundamentación del voto para hacer los discursos de la oposición, la única vez que ese sector de oposición votó dividido y fue cuando vimos que existía ya otro país que de alguna manera no hemos nombrado. La noche que en la mañana había aparecido Don Mitrione muerto.

El espanto, era un nuevo país totalmente distinto. Recuerdo que tuvimos una reunión todos los sectores opositores, en una sala del senado y como no estaba todavía toda la información de quien era Dan Mitrione, alguna información ya teníamos y fue la única vez que votamos divididos. Vasconcellos dijo de votar, Pregón se dividió, la Dra Roballo acompañó al gobierno juntó con Vasconcellos y yo no, Michelini había quedado solo, prácticamente solos votamos Alonso y yo.

Batalla también votó junto a Vasconcellos. Era el nuevo clima, era lo que se iba produciendo para que de alguna manera ese mecanismo tan terrible que era la Ley de Lemas que hacía que en definitiva nuestro voto pudiera ir al “pachecato”.

Se empezó a no tener dueño. Comienza trágicamente pero también como un factor de unidad del pueblo, aquellos terribles entierros de Liber Arce, y de los estudiantes éramos miles caminando por la calle que va al cementerio, pero además sintiendo la rebeldía, y sintiendo además que había que buscar una solución, una salida distinta para el país.

Eso hacía que moralmente nosotros no podíamos cargar en nuestra conciencia, votar y que nuestro voto terminase en Pacheco Areco o en alguien de su calaña, era demasiado fuerte. Ahí se crea el Movimiento de Defensa de las Libertades Públicas y yo diría que es un presente donde estábamos todos. Yo participé de eso, nunca hablé tanto, en tantas Parroquias nunca entré en tantas Iglesias en mi vida como en esa época. Se desarrollaban los actos en los sindicatos, en las parroquias y yo diría que ahí ya iba surgiendo la cosa inevitable de la creación del Frente.

Además pienso que el aporte que puedo hacer sobre algunos hechos que conocí. Hubo un último intento dentro del Partido Colorado para ver si podíamos ser mayoría, que la torta se diese vuelta y que los votos de ellos no sirviesen a nosotros. Ese intento fue del Frente Colorado y opositor, que estaba integrado por Vasconcellos Michelini, Flores Mora, nosotros.

Felizmente Michelini y nosotros propusimos a Seregni como candidato presidencial para 1971, felizmente Vasconcellos dijo: Soy yo o nadie con lo cual, evidentemente eso fue sellar el pasaje a confirmar un Frente Popular de izquierda.
Entonces pudimos haber demorado un mes pero el compromiso ya, estaba hecho y estuvo hecho mucho antes del 5 de febrero. No estuvimos para la foto, cosa que Rodríguez Camuso siempre me lo recordó, que yo no era fundador del Frente Amplio.

Ese paso para muchos fue desgarrador pues habían hecho su vida en el Partido Colorado y por tanto no era natural.

Por otro lado era el camino de la pólvora, no era el camino de la miel, de los halagos, era renunciar a Ministerios, a las diputaciones, al Senado. Era muy claro que era muy difícil y así lo fue, llevar nuestro electorado al Frente Amplio, y eso nosotros lo sabíamos y por eso demoramos porque hasta último momento estuvimos tratando de convencer hasta el último compañero. Fue un momento muy duro, muy difícil, pero fue la cosa más linda de la política era vender ilusiones, todos sentíamos que hacíamos la Revolución, que íbamos a cambiar este país, que íbamos a terminar con la miseria, que íbamos a terminar con esa cosa tan injusta de ese país y que era encontrar en definitiva el verdadero camino de la lucha popular. Era un momento en que era todo posible, soñar era posible y el Frente nació y nació antiimperialista y popular, esta fue la definición. Para algunos de nosotros era el camino hacia el socialismo. Por eso es tan doloroso para mi recordar esto, reforma con “No pago de la deuda externa”, Estatización de la Banca, Reforma Agraria, Estatización del Comercio Exterior y podía seguir. Pero además estábamos convencidos que se podía y además estábamos apoyados por economistas y gente que sabía que se podía.

Ahí empezó un Frente, fermental, un frente maravilloso. La experiencia de los Comité de Base, la experiencia de la discusión entre comunistas, socialistas, católicos, batllistas, blancos, la discusión permanente, horas discutiendo y así se forjaba la unidad.

Recuerdo la primer Mesa Política, éramos muchísimos ahí existían todos las opiniones posibles.

Era un frente democrático, pluralista, pero al comienzo no teníamos conciencia de qué iba a pasar, por eso aquella noche del 26 de marzo que fue un bautismo del pueblo, el acto fue tan inmenso.
Ahí sentimos todos que era posible y que el Frente era posible. También lo supo la derecha, después lo pagamos.

Quiero recordar también la primera bancada, la bancada que posteriormente de la creación del Frente el 5 de febrero, en la primera Asamblea General para levantar las Medidas Prontas de Seguridad, se tomó la decisión de sentarnos todos juntos como Bancada. Estuve haciendo un recuerdo de quienes estábamos y ahí está también la clave, hay una clave ideológica, hay una clave de
los tiempos, hay una de la historia, pero hay una clave también de los protagonistas y los voy a nombrar: Enrique Rodríguez, Zelmar Michelini, Alba Roballo, estos eran los Senadores. Rodney Arismendi, José Mazzera, Gerardo Cuestas, Hugo Batalla, Nelson Alonso, Aquiles Lanza, diputados de la lista 99 diputados del Partido Demócrata Cristiano, con la dictadura los tiempos se los
llevaron y yo. Esto era la consolidación empezaba el tiempo nuevo.

Voy a terminar con otra experiencia que fue la primer gira que la hicimos en un ómnibus de ONDA. Recorrimos varias ciudades. Ahí también se daba el pluralismo, la participación, primera cosa difícil de pensar hoy. Se hicieron 30 ó 40 actos. Pasábamos la noche en casa de compañeros frenteamplistas. En todos los actos había por lo menos ocho oradores, todos tenían que hablar, todos hacían su aporte y hay dos cosas que me quedaron, una que en todos los actos hablaba Líber Seregni y Crottogini, la lucidez de Crottogini y ahí comenzó a dar su explicación. La otra cosa que me quedó también fue que uno de los compañeros, repetía el mismo discurso todas las veces.

Hago el esfuerzo hoy y me acuerdo de ese discurso. Esa gira nos demostraba hasta donde llegábamos. Llegábamos a la plaza, llegar a la plaza era muy difícil por los fritos, las piedras. Un mediodía veníamos en el ómnibus allá por Vergara y de pronto en medio del camino vemos un hombre con un niño en un lugar totalmente con una bandera del Frente. El General mandó parar, bajamos
era un maestro y nos contó que ahí en el pueblo donde estaba no vendían que para hacer las compras tenía que ir a 20 km. A Treinta y Tres era el Frente, esos eran los militantes