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Más de la mitad de las profesionales preguntadas por la Federación Internacional de Periodistas (IFJ) ha declarado un empeoramiento en términos de desigualdad respecto a sus compañeros varones durante la cobertura de la crisis del COVID-19. Los problemas para conciliar vida laboral y personal, especialmente durante los episodios de confinamiento, han aumentado el estrés de muchas de ellas.
Hasta un 77% de las encuestadas dice haber sufrido mayor tensión y nerviosismo durante lo peor de la pandemia. Tras este nivel de estrés se encuentra mayoritariamente el hecho de haber tenido que seguir trabajando desde casa en jornadas a menudo más largas de lo habitual mientras asumían tareas relacionadas con la gestión del hogar, lo que ha derivado en una percepción de mayor desigualdad entre géneros.
Esa sobrecarga ha generado problemas de salud para más de la mitad de las periodistas que han respondido la encuesta, y de ellas tres de cada cuatro han desarrollado dificultades para conciliar el sueño. No ha ayudado en este aspecto la ausencia de herramientas de protección para que las periodistas que trabajaban sobre el terreno pudieran hacerlo minimizando los riesgos. Hasta un 60% de las profesionales consultadas indica que no recibió ningún elemento encaminado a garantizar su seguridad durante su labor informativa.
Y una vez en casa muchas de ellas tampoco han tenido facilidades para hacer su trabajo en las mejores condiciones. Un 40% de ellas dice que sus empresas no proporcionaron un protocolo para desarrollar su labor a distancia, y otras encuestadas hablaron igualmente de la ausencia de elementos tecnológicos necesarios para poder teletrabajar, además de falta de empatía de sus empleadores respecto a la realidad de lo que supone cumplir con su actividad en el hogar.
Fuente: dircomfidencial