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Juegos Olímpicos son ahora un fenómeno mundial, pero sus orígenes modernos son del pueblo de Much Wenlock, en Inglaterra.

Con una amigable y unida población de 3.000 habitantes, al visitar el pueblo medieval de Much Wenlock en Shropshire -entre el oeste de Inglaterra y Gales-, es difícil imaginar alguna relación con los Juegos Olímpicos modernos, un fenómeno global visto por millones en todo el mundo.

Pero fue en este pintoresco poblado de las Tierras Medias de Inglaterra que en el siglo XIX un médico local, llamado William Penny Brookes, reavivó la llama olímpica.

Inspirado por los Juegos Olímpicos de la Antigua Grecia, fundó la Sociedad Olímpica Wenlock, con el objetivo de “promover la mejora moral, física e intelectual de los habitantes del pueblo y el barrio de Wenlock, y especialmente de las clases trabajadoras“, mediante un concurso anual emblemático.

 

Inaugurados en 1850, los Juegos Olímpicos de Wenlock atrajeron rápidamente a miles de espectadores y competidores de lugares tan lejanos como Londres y Liverpool (aunque siempre hubo al menos una actividad “sólo para locales” para mantener contentos a los residentes del distrito).

Hasta el día de hoy, los juegos se siguen celebrando, aunque con un repertorio más convencional.

Además de los deportes campestres típicos y el atletismo, los primeros juegos incluyeron eventos eclécticos para complacer al público, como una carrera de carretillas con los ojos vendados o una “carrera de mujeres mayores” para ganar una libra de té.

 

Una celebridad regional

El más popular y emocionante de todos fue el “Tilting at the Ring”, que, según Emma-Kate Lanyon, jefa de colecciones y servicios curatoriales del condado de Shropshire, “requiría una gran habilidad y equitación mientras (los competidores) galopaban hacia un anillo suspendido del tamaño de un viejo centavo, con lanza en mano”, y con la misión de desengancharlo.

 

 

Fuente: la Opinion