Inicio » El campeón Eduardo Espinel, nacido en Cardona
Deporteca

El campeón Eduardo Espinel, nacido en Cardona

Entre todas las virtudes que tiene Eduardo Espinel, hay una que le falta, y parece imperdonable: No nació en otro pueblo.

Haber salido de abajo, caminar descalzo por las cunetas con mocos colgando en el invierno y con la humildad como única herencia, nada menos, no se les pasa por alto a los reconocedores de Cardona, y entonces, la lógica y estigma que recorre desde el principio del principio al pueblo mismo, no le va a perdonar fácilmente que triunfe alguien que todos los días nada para llegar a la orilla.

En Cardona se puede ser divertido, buen jugador de los domingos en la cancha de Unión, o crecer, trabajar en la UTE, casarse y tener hijos. De vez en cuando te van a permitir que te compres un auto para pasear dando vueltas en el Boulevar (antes esperábamos el tren de las cinco de la tarde con el mate y termo bajo el brazo). Pero nada mas. No salgas de las fronteras naturales que vaya a saber quien impuso. No saques la cabeza. No trasciendas. Eso está reservado para la pleitesía a los de afuera, y no lo va a cambiar un moquiento por más bien que le vaya.

Eduardo se destaca porque labura, porque es bueno como técnico de fútbol. Porque salió campeón del Torneo Uruguayo ganándole a todos los que estaban en las figuritas que juntábamos para jugar al sapito.

Pero eso no se ve. No lo ven los que deberían llamarlo por lo menos una vez al mes para que junte a los chicos del pueblo y les muestre que pasando el primer puente también hay vida. Y van a seguir permitiendo (y alentando), que a la noche salgan a robar cualquier gallina que nunca será de oro, para comprarse un paco que los duerma, aunque mas no sea una noche. Tal vez, un día, los reconocedores oficiales dejen de amar tanto a los que pueden comprar un par de miles de cuadras de campo, y reconozcan a los que en un baldío de 60 por 90 pueden construir sueños.

Salú Eduardo.