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Cultura

Estamos en los 108 años del periódico “Helvecia”

Fundado y dirigido por Juan Werner, en sus páginas se guardan como una verdadera reliquia la historia lugareña hasta el presente. Muchas veces no se valora cuanto sacrificio de tarea desinteresada, de esfuerzo desconocido, más en estos tiempos, implica mantener vivo un periódico en el interior del país.
-“¡Es cierto José!”
-“Así es, Gallego.”

Útil interacción comunicativa. Recuerdo al padre L. Amengual (1926 – 1966), párroco helvético quien escribía colaboraciones en “Helvecia”, decía; “debo agradecer a los directores y propietarios del periódico que siempre han aceptado de buen agrado mis escritos a pesar de la falta de género literario” Agregaba don Lorenzo; “no faltaron mis notas, le dieron cabida sumándole en algún caso acertados comentarios que engalanaban y contribuían a transmitir mi idea, en forma más sentida, mejor esclarecida, más profunda.”

La sección “Espacio de los Lectores”, para que la vecindad hiciera oír su voz. Voz populi, voz de la gente, haciendo caminos.

Otro año de labor enconada, salvando obstáculos, sirviendo a la población como ámbito imprescindible de información y opinión. Meta merecedora de elogios renovados, de estímulos y adhesión general. Aires propulsores de un desafío que continua vigente, obviamente alimentado por la participación del colectivo poblacional. Es el afán obstinado de permanecer.

“Helvecia”, uno de los primeros en nacer, interior, Uruguay adentro, es vida vibrando permanentemente en acciones personales, humanas, sociales. Es la zona en marcha constante. Circunstanciales vaivenes en el andar, sobrellevadas preservando el intento continuo de ser sangre de una misma correntada en conjunto. Ciudadanía y prensa, emociones, sensaciones, penas, alegrías provocadas en cada línea, en cada página, con la sensibilidad a flor de piel, de quien redacta y de quien recepciona, siembra y cosecha.

La impresión casi primitiva de los comienzos, logística para la redacción precaria. Inicios de acontecimientos en lugares, provocando desarrollo. “Helvecia” los constataba, los contaba, examinaba, opinando y los volcaba explícitamente como pan caliente, ecos del movimiento regional.

El periódico se convertía, lo continúa haciendo en un promotor, de respaldo, de asesoramientos, de conocimientos de un proceso con signos relevantes de progreso. “A marcha camión”, el órgano de prensa cumpliendo su rol de portador y exportador noticioso del ritmo cotidiano. Testimonios variados del hacer y sentir, con alto grado valorativo. 108 años viviendo la vida de la población, sus empeños y desempeños con criterios de independencia absoluta a la hora de abordarlos y comentarlos.

Mas de un siglo, papel y tinta, periodistas, colaboradores y sus tareas ímprobas, arduas, consustanciadas y emocionalmente ligadas a la empresa.

El instrumento difusor llegando a manos de sus destinatarios como obligado deber de verter noticias de valor. Trabajo periodístico de alta consideración y prestigio.

OTRO MOJÓN:
Un almanaque mas.
-“Cuanta agua por debajo de dicho puente, José.”
-“Cierto, “Gaita”. Sucesos de gran significación, sociales, culturales, deportivos, marcados con énfasis. Sucesos graficados, levantando sueños, ideas, ilusiones, objetivos a alcanzar. Fe y lucha, imágenes y palabras escenificando concreciones varias con sus pro y contras, surcos que se abren de continuo.

Familias Stutz, Cribari, abanderadas aunando etapas que se resumen en un lapso de tiempo existencial, de un medio de prensa que hoy llega a un punto histórico pocas veces visto, consumando realidad elocuente de una labor impregnada de acciones practicas, sentimentales, vocacionales empresariales, sustentadas en un amor profundo por la gente y su vibrar individual o corporativo, gestando sendas líneas de superación en todo los ordenes.

Por mucha vida a devenir “Helvecia”, el mundo vecinal que te atesora, te agradece y felicita. “Helvecia” una amena confraternización entre lo que ocurre y quien se entera.

Por tan humana como su geografía, ¡Feliz cumple “Helvecia”!

Hasta siempre.