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Cultura

“El ducado do Cuaró”. El Grito de Cunha Perú

COSAS DE LA CUARÓ/ Desde Rivera Roberto Beto Araújo para Diario Uruguay.

LA CUARÓ, (entre la historia y la leyenda)
Introducción
La primera referencia registrada que se tiene conocimiento y que alude al nombre “Cuaró” se encuentra en un informe reservado enviado a la princesa Isabel, suscrita el 28 de febrero de 1870,por el emisario imperial Josephe De Alcantara de Orleans, de cuya vida se sabe poco y nada, quien había sido enviado a fin de verificar el accionar por estas latitudes de don José Luiz Maria de Bourbon , heredero al trono del imperio en tercer grado de sucesión, y sobrino del Emperador Don Pedro II, quien había sido enviado como agregado militar a la Frontera , y que aludía a la necesidad de proceder urgentemente a disponer del el retorno del Príncipe a Petropolis, dada su manifiesta inconducta que ponía en peligro las relaciones con la Republica Oriental del Uruguay, en momentos de delicada sensibilidad regional dada la Guerra con Paraguay que se libraba sin cuarteles en cada rincón del territorio guaraní, y que por esos días llegaba a su ocaso.
Según refiere el enviado Imperial, la conducta del Príncipe, ponía de manifiesto una conducta hostil que en su accionar, exponía al quiebre de las buenas relaciones del Imperio con La Republica de los Orientales, aleados regionales de inestimable valor, no solo en la “presente Guerra”, sino en futuras conflagraciones con el gobierno de la República Argentina por intereses contrapuestos de ambas naciones en el Plata.
En un pormenorizado informe, cuyo resumen está extractado en una publicación del Diario Folha Riopadense, del 30 de julio de 1938, se expone el informe de Josephe de Alcantara donde notificaba a la Princesa Isabel, entre otros pormenores del accionar del heredero Imperial, sobre la existencia de un Manifiesto emitido por el susodicho Príncipe, en el que bajo el Titulo “Do Grito do Cunha Perú”, proclamaba la fundación de lo que daba en llamar “O Ducado Do Cuaró”, en resumen, una ocupación de un pedazo de la frontera que comprendía desde la Margen derecha del arroyo Cunha Perú, hasta la línea Fronteriza, donde se habría de construir un castillo y anexado al territorio del Imperio, que pasaría a operar de forma autárquica bajo su mando y jurisdicción.

Según reza la crónica publicada en la “Folha Riopardense” de 1938, el referido “Grito do Cunha Perú”, no fue un acto antojadizo del Príncipe exilado…
En verdad era por demás sabido que en verdad lo que había motivado la presencia del Príncipe en Santana do Livramento, era su manifiesta Rivalidad con el Conde de Eu, marido de la princesa Isabel, y que tenía el comando de las tropas invasoras brasileñas en Paraguay, y que al ser enviado para participar en la guerra, se había negado rotundamente actuar como subordinado de quien consideraba igual en jerarquía, por lo que la misma Princesa Isabel había solicitado al Emperador (su padre), que para evitar conflictos internos entre las tropas imperiales, lo eximiera de tal función, dejándolo como reserva ante la eventualidad de que el Conde de Eu, pudiese caer en las contingencias de la Guerra.

En tal estado, Don Pedro atendiendo al pedido de su hija, había consentido el requerimiento, y ordenado que fuera trasladado a esta Frontera. Pero al parecer las ambiciones del Príncipe, no habían sido amainados por el exilio forzoso en estos confines del Imperio, y ansioso por escribir su propia historia, aspiraba sellar su destino con sus propias glorias personales, y celoso por la inminencia del prestigio logrado por el Conde de Eu en Paraguay, decidió por cuenta propia avanzar sobre la frontera Uruguaya y consolidar un territorio con niveles de independencia que le permitieran disputar la sucesión imperial llegado el momento.

Siendo así consciente de los riesgos que la actitud de su primo, la Princesa Isabel, había dispuesto una labor de inteligencia para seguir los pasos del mas peligroso adversario de su Marido, y en tal función envió a Josephe de Alcantara, un ignoto pero fiel servidor para que no le perdiera el rastro al Príncipe rebelde.
Como coincidentemente por esos momentos caía abatido en Cerro Corá El Mariscal Solano López, dando fin a la tristemente célebre Guerra de la Triple Alianza con la derrota sin levante de Paraguay, la Princesa no tuvo mayores inconvenientes para gestionar el inmediato retorno de José Luiz Maria de Bourbon a la corte de Rio de Janeiro, abortando las pretensiones expansionistas e independentistas del ambicioso Príncipe, pero quedó sembrada una semilla de autonomía rebelde que con el correr de las décadas fue enraizando en la Cuaró, y que le legó una personalidad contestaría que hoy aun hace parte de su propia idiosincrasia.
Según reza la crónica publicada en la “Folha Riopardense” de 1938, el referido “Grito do Cunha Perú”, no fue un acto antojadizo del Príncipe exilado, sino que por esos días los moradores de la zona (en su mayoría negros libertos, gauchos alzados, sobrevivientes del sitio de Paysandú) adhirieron fervorosamente al llamado del libertador, quien en el referido manifiesto prometía la creación de un Ducado parlamentario , donde enarbolaba como premisa fundamental la abolición de la esclavitud, concepto ponderado por los regionales imbuidos por mandatos republicanos desde los tiempos de Artigas, y de no mediar la derrota mediata de los paraguayos podría haber cambiado los términos de la historia, no solo para la región sino que para todo el Imperio.

Así nace el concepto de “Cuaró”, reñido con los mandatos metropolitanos de aquí y de allá, y es génesis de un modo de actuar, pensar y ser, que con el pasar de los lustros ha germinado y se ha convertido en un barrio que tiene su propia historia y por ende está inexorablemente destinado a tejer su propio futuro.
(continúa..)