Tras el asentamiento de habitantes en el lugar y el poblamiento creciente, se instaló la parroquia Santa Isabel y se hizo un trato para denominar el lugar “Santa Isabel de Paso de los Toros”. Por esta razón, el gentilicio de los habitantes del lugar es “isabelinos”.
Con el pasar del tiempo se crearon los puentes para cruzar directamente al río y esto permitió una comunicación más fluida entre el norte y el sur del país. El lugar se comenzó a poblar de inmigrantes de todas partes del mundo que se instalaban poniendo algún comercio o a trabajar en el campo o la industria.
De esta última rama surgió el italiano Rómulo Mangini, que con visión y tesón creó el agua tónica Paso de los Toros, producto natural y único que desde esta humilde ciudad logró trascender fronteras.
Tras la muerte de Antonio Guerrero, su hijo Juan Guerrero vendió los terrenos del vado a Ángel Bálsamo en 1802 (quién instaló una pulpería y un abasto), el cual posteriormente heredó su propiedad a su hijo Eufrasio Bálsamo junto con la esposa de este, Isabel Rosas.
En 1865 los herederos de Eufrasio Bálsamo e Isabel Rosas destinaron 340 cuadras para la ampliación de la localidad a Enrique Pachiotti y Herminio Areco. También iniciaron las gestiones para designar al pueblo como Santa Isabel, en homenaje a Isabel Rosas.
La primera instancia para formalizar la fundación de Paso de los Toros ocurrió cuando el senador Ricardo Areco (hermano de Herminio Areco) presentó un proyecto de ley para declarar oficialmente como pueblo, y bajo el nombre de Santa Isabel, a la localidad de Paso de los Toros, aunque finalmente dicho proyecto quedó archivado. Este proyecto resurgió durante el gobierno de José Batlle y Ordóñez, por medio de los diputados del Departamento de Tacuarembó Carlos Roxlo, Luis Bonasso y Antonio María Rodríguez, quienes lograron el 17 de julio de 1903, mediante la ley nº 2.854, que la localidad fuese declarada por parte del Parlamento del Uruguay como pueblo bajo el nombre de Santa Isabel.
Paso de los Toros quería tener su propio escudo al igual que todos los departamentos, y se logró de ésta manera: la autoridad municipal llamó a concurso en el año 1976 para la creación del escudo de la ciudad.
Realizado el mismo resultó vencedor el Cnel. del arma de Ingenieros Raúl Naranja Vaz, oriundo de la ciudad.
El escudo una vez presentado fue enviado a Montevideo para darle terminación que consistió en una fina lámina de oro.
El Intendente de Tacuarembó, el isabelino Norberto Bernachín, fijó la fecha del 25 de Agosto de 1977 para la presentación del mismo en acto solemne.
Posteriormente el mencionado escudo fue colocado en el hall del edificio de la Junta Local para ser exhibido en forma permanente.