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CHAU GORDO “Hasta pronto Compadre”

COSAS DE FRONTERA. Roberto Araújo para Diario Uruguay.
«Habías prometido seguir hasta el final con la quimera, ¡y como negarlo! que hasta que no comprendí lo tuyo, me defraudaste, y hasta me enfadaste, porque entendía que no era lo acordado; hasta aquella madrugada que conversando con ese yo tan intimo que eres tú en esencia y existencia, me explicaste y al fin lo entendí, que la quimera no tiene final, pues la quimera es camino y no meta…»
Sos esa extraña extravagancia lingüística, en que saludarte, despedirte o recordarte, tienen el mismo valor semántico; ….no sé como explicarte Gordo, es algo raro; ha de ser quizás por tu obstinada presencia tan excluyente, que siempre ha estado, que siempre está y que se emperra en la idea de que siempre ha de estar; mejunje ardoroso que me condena y encadena en busca del vocablo necesario y no lo encuentro, porque la idea se me enreda en la emoción y choca de frente con la pasión y la lógica, y así, en una obscena mescolanza de sentimientos y silogismos truncos, empiezo y no termino, termino y no encuentro sentido a la terminado, y lo borro, y arranco de nuevo y termino sin poder haber comenzado.

Es que estás tan a mi lado, tan presente, tan cómplice cuanto instigador, tan testigo cuanto reo, que saludarte es redundarte, despedirte es utópico, recordarte es necio.

Habías prometido seguir hasta el final con la quimera, ¡y como negarlo! que hasta que no comprendí lo tuyo, me defraudaste, y hasta me enfadaste, porque entendía que no era lo acordado; hasta aquella madrugada que conversando con ese yo tan intimo que eres tú en esencia y existencia, me explicaste y al fin lo entendí, que la quimera no tiene final, pues la quimera es camino y no meta…

Y entendí entonces que habías cumplido con lo tuyo, con tu parte, con lo acordado, con lo pactado, pues tal cual habías prometido la quimera te había sobrevivido, y eso en esencia es la quimera por definición.
Y en esa mescolanza impúdica del sueño soñado y prometido, es que ese mañana que me reclama se entrevera con los mil recuerdos que en tropel me aturden, y me viene como si nada tu sonrisa ladeada, esa que convence, que alienta e incita, que exige y obliga.

Pero la crónica de tu memorial, me exige el rescate de algún recuerdo que se imponga, que sobresalga, que selle la alianza entre el ayer eterno y la eternidad fugaz , y si bien me reclama tu ímpetu implacable en la tribuna del Viera, o el abrazo cálido al nieto cachetudo, me quedo con nuestra última caminata por dieciocho, después de la audiencia, cuando tu ahogo nos obligaba a menudear el paso, y tus sueños revoleteaban por los empinados edificios de esa Ciudad donde la injusticia anidaba otro perjurio.
Como olvidar tu convicción obtusa de que era apenas un partido mas, de los tantos que nos tocaría ganar , perder o empatar, pero que la gloria se moldea con el bronce de la victoria y el sudor del revés.

El día que te internaste me llamaste… la noche que te internaste te llamé … así como me llamaste y te llamé, y nos encontramos y nos discutimos, y nos abrazamos y nos codeamos cada día de los últimos treinta y pico de largos años.

Y seguimos parloteando por msje cuando ya no se te permitió chamullar en el cel, hasta que me escribiste aquel neófito: “me pasan al CTI”.

Y el silencio se hizo eternidad angustiosa, penosa, doliente….

Fue lo ultimo quizás que tecleaste, después ya poco importa pues hace parte de esa orgia impúdica del destino, que me araña la garganta y me atrapa esa lagrima que vaya saber porque hace años que se niegan a salir.

Soberbio privilegio el mío compadre de haber sido destinatario del último envión de tu lucidez, soberbio compromiso el de seguir caminando por la senda de la quimera, empresa esa que solo se hace posible a sabiendas que como siempre, y por siempre has de estar caminando cansinamente a nuestro lado, empujando, incitando, ayudando y soñando…

Hasta siempre Gordo!!!!