VEREDAS CAMINADAS POR RAMÓN MÉRICA Así se trate de un ciprés o de un rosal, están celosamente enclaustrados. En invierno duele verlos tan encerrados, clamando por la búsqueda del verde esencial. Al llegar la primavera, duele verlos desesperados por liberarse de rejas, muros y demás. Aquí, la trastienda de una Venecia anónima según el sentir...