Inicio » Caminando las Veredas de Ramón Mérica, con crónicas de casas y calles de Montevideo y el interior
Destacada Veredas

Caminando las Veredas de Ramón Mérica, con crónicas de casas y calles de Montevideo y el interior

VEREDAS EN DIARIO URUGUAY.

En una rueda de colegas se le podía ver contando, con pasión desmesurada, el recorrido del 522 y los catorce barrios por los que el ómnibus atraviesa para llegar a destino.

Ramón Mérica no se cansó nunca de hacer partícipe a los demás de su último descubrimiento: «el otro día fui a un taller mecánico en la Unión y la fachada me llamó la atención. Me acerqué y me di cuenta que había sido un cine. Es impresionante, los dueños conservan hasta los afiches, así que cuando vas a pagar el recauchutaje de una llanta, te encontrás con Clark Gable y Rita Hayworth».

Esa pasión que no escatima en relatos entre amigos se descubre en Veredas, las crónicas dominicales de Mérica en El País. que ahora están todas reunidas en su DIARIO URUGUAY.

Fue en marzo de 1996 que Mérica nacido en Salto estrenó Veredas con una entrevista al arquitecto José Luis Livni, en ese momento presidente de la Comisión del Patrimonio Hist5órico. Luego, llegarían
cientos de crónicas montevideanas y del interior del país que contienen información rigurosa, pero también reflexiones de un observador atento. Para esas páginas digitales, Mérica se mueve entre la arquitectura y el urbanismo nacional, pasando por las artes plásticas, la literatura, la pintura, entre otras disciplinas.

El autor enumera otras crónicas que, por motivos diferentes, también decidió incorporar a Veredas:
«La de la iglesia de Tapes es quizás la que más me atrae. La custodia de ese templo es de oro con perlas, brillantes y otras piedras, realizada con alhajas que donó la señora Elena Mullin de Beltrán. También está la nota sobre la casa quinta abandonada de don Pepe Batlle, con una entrevista a la nieta, María Antonia Batlle, y la de la casa de Torres García en la calle Caramurú. Otros tres capítulos están dedicados a Piria, uno es sobre su casa (actual Suprema Corte de Justicia), otro sobre su personalidad contada por un nieto, y el tercero que habla sobre la faceta esotérica y alquimista de Piria, narrada por Jorge Soriano.

Al mismo tiempo, está la nota a Eduardo Darnauchan enamorándose de las estatuas de Montevideo, entre esas la diosa de la abundancia que está en la Plaza Zabala. Es muy graciosa. La publicación se cierra con otro libro. Se trata de Novecientos, un libro delicioso de Josefina Lerena Acevedo de Blixen».

«Ando mucho en la calle, en ómnibus -siempre contaba Mérica- y veo cosas, como que se imponen. Por ejemplo, en el viaje del 522, uno se da cuenta de la cantidad de gente que vivió en esa travesía: los Zorrilla, Socorrito Villegas, Felisberto Hernández, por ahí caminaba Vaz Ferreira y allá se paseaba Borges. En ese recorrido, te vienen todos esos fantasmas, más los arquitectos, los nombres de las calles. En un mundo de pequeños detalles».

La paradoja siempre fue que un salteño descubra Montevideo para los montevideanos. Y aunque no hay crónica sobre su departamento natal, Mérica se reserva la dedicatoria: «A Salto, que me enseñó a mirar; a mis mayores, que me enseñaron a ver; a sus veredas, que me enseñaron a caminar».

Antonio Taco Larreta describe a Mérica:«Como un paladín de todas las cornisas, las cúpulas, los vitrales, los prodigios, de los grandes artesanos, que ha descubierto uno a uno, con una paciencia, una sabiduría y un amor sin rivales. Un periodista único».

TODAS LAS VEREDAS DE MÉRICA

Veredas de Mérica
El Viejo casco histórico de Montevideo
La Posta del Chuy
Un barrio, una cuadra, un par de cosas
Un manantial creativo desde la medicina hasta el tango