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El Dr. Hugo Batalla viajando hacia Rivera renunció a la presidencia de la AUF

ARCHIVOCES DE LA AUF. Desde Rivera/Entrevista/Eduardo Mérica para Diario Uruguay.(Archivo 1993).

 

«Acá es así. De lo sublime a lo ridículo. Desgraciadamente son las reglas de la vida, cuando uno quiere expresar matices con esas reglas, como el blanco inmaculado o el negro tremendo, bueno… la experiencia dice que los tipos que sostienen esas cosas, casi nunca llegan.

 

En el invierno de 1993, nos fuimos a la lejana ciudad de Rivera, donde se celebraba el 47 Congreso de la Organización del Fútbol del Interior, y con la enorme esperanza de que culminara la maduración física y política de la AUF con la OFI, pero nos encontramos con otro escenario: la despedida del entonces presidente de la Asociación Uruguaya de Fútbol, Dr. Hugo Batalla, que participaría del encuentro anual de los dirigentes chacareros. Dio la casualidad que viajamos juntos en el mismo ómnibus de la empresa Turil, de Montevideo al pueblo del norte. En pleno viaje intercambiamos asiento con otro pasajero, que iba al lado del Dr. Batalla, porque queríamos la nota del momento: su posible ida de la AUF y el tema de los jugadores repatriados en la selección uruguaya y su enfrentamiento con el entrenador que los dirigía: Luis Alberto Cubilla.

Todavía lo vemos a Batalla con su inseparable portafolios escolar, sentado hacia el pasillo: lo cubre la tristeza, y se le nota; y no la puede disimular. Después nos daríamos cuenta que inesperadamente él defendería a muerte su proceso frente a la AUF. En esas horas interminables hacia Rivera, Batalla nos contaría:«no se sabe hoy quién es el que gobierna la AUF. Porque el poder que ejercen los jugadores repatriados ha llegado hasta límites insospechables. Han tomado la selección como propia».

Estaba visto que el detonante de esta situación que venía siendo insostenible se produjo en pleno Congreso de OFI, en el salón de fiestas del Hotel Nuevo de Rivera. Es por eso que la primera reacción de Batalla cuando le planteamos lo de la entrevista, inmediatamente aceptó sin poner reparo: Sería la presentación de la renuncia -arriba de un transporte de pasajeros- del presidente del fútbol profesional uruguayo, la que sería evaluada posteriormente por nuestros fieles lectores.

 

«disculpe… no es que pretenda señalar normas al periodismo, pero creo que también… discúlpeme, una expresión de argot… «changa» más con la confrontación que con el encuentro»

 

Pase lo que pase…
NO HAY MÁS BATALLA PARA LA AUF

El presidente de la AUF, concurrió al departamento de Rivera el pasado 7 de agosto, con motivo de celebrarse el 47 Congreso de OFI. En 12 horas de permanencia en la ciudad fronteriza, ubicó el ambiente necesario para pronunciar su indeclinable renuncia al frente del organismo de nuestro fútbol. Finalmente fuimos portadores del «parte de Batalla»… que es el siguiente:

-Quizás sea su «epitafio» como dirigente de la AUF. ¿Qué quiere decir con esto?… ¿está anunciando su retiro?
-Evidentemente que… uno está cada día más cerca del final de su mandato y del ciclo que uno cree haber cumplido. Pero… este tema no me gusta hablarlo… fue simplemente una expresión rectórica en el curso de un discurso en pleno viaje.

-Dr. Batalla, siempre lo hemos visto en otras disciplinas, con una viveza y una fuerza muy especial. En cambio, hoy lo notamos un poco apagado. ¿Se siente cansado o es algo especial?
-No. No. Lo que pasa es que en el curso del tiempo: es posible que uno vaya «desgastando» su propia energía. Estos dos años y medio fueron de durísimo esfuerzo, de permanentes «choques», creo que eso desgasta a la gente. Lo que el fútbol necesita es un encuentro, que también necesita el país, en todos los órdenes. Digamos: que este es un país
«desintegrado» en toda su estructura, social e incluso política, con fuerzas casi siempre centrífugas… Con pocas fuerzas que tiendan a unir. Creo que además, y disculpe… no es que pretenda señalar normas al periodismo, pero creo que también… discúlpeme, una expresión de argot… «changa» más con la confrontación que con el encuentro. Acá es mucho más fácil tener prensa, de repente, con el insulto, con la insensatez que con la expresión racional o sensata. Pero, eso forma parte de nuestro diario vivir. Así somos!… y tal vez por eso: estamos como estamos.

-¿En todo este tiempo ese «desgaste» lo acusó todo el Consejo Ejecutivo?
-Sin duda alguna. Porque fueron dos años muy duros, con permanentes choques, conflictos y dificultades. Y bueno… eso hace que naturalmente uno vaya apagando el fuego interior. Un hombre vive en la medida que tiene mucho fuego. ¡Y yo tengo mucho fuego!. Lo que pasa es que uno puedo entender que determinados objetivos no valen la pena o uno ya no puede cumplirlos, entonces, los orienta a otra cosa. Hay una cosa que es muy clara: Yo toda la vida he sido un hombre de la política, me siento orgulloso porque he luchado por la comunidad, en el acierto y en el error, toda la vida.

-¿Está arrepentido?
-Yo creo que el fútbol no es un deporte más… forma parte de la cultura popular. Y bueno… sentí mi obligación de «incrustrarme». Más tarde observé que una cantidad de cosas eran comprendidas y otras no. En uso del legítimo derecho.

-¿Me puede contar con qué se encontró?
-Y… con un fútbol en el cual el Consejo Ejecutivo, podrá ser un Consejo, pero no es nada Ejecutivo. Porque las decisiones importantes requieren la unanimidad de los clubes de primera división. Y esa «unanimidad» es muy difícil obtenerla, más allá de lo que son los intereses. Al final uno se encuentra: que es poco lo que se pueda hacer, cuando uno también se convence que no puede ser el factor de encuentro, porque el Uruguay está muy dividido.

-¿En qué?
-Están los «Cubillistas» y los anti Cubillistas, también están los que añoran a Paco Casal, y los que los deploran… y que ha sido determinante!!!!. Claro, porque hay todo un proceso de desencuentro en el fútbol uruguayo, que yo ya no puedo resolverlo.

-¿Hay un responsable o hay varios responsables?
– No. No es el tema de encontrar responsables, es el de señalar una realidad.

-¿Cuál?
-Se resuelve un poco mirando hacia adelante. Todos cambiando el sistema institucional. Porque el problema del fútbol no es solamente deportivo. Acá hay problemas muy graves que no permiten ubicar caminos para que un hombre o un equipo de hombres maneje el fútbol. Me parece elemental que llegue con sus ideas buenas, regulares o malas, y que además existan mecanismos de contralor, pero que en definitiva se pueda manejar.

-En otro orden, estamos en puertas de una inminente integración. ¿No preocupa, por ejemplo, el hecho de que a esta altura del año Peñarol y Nacional estén proponiendo un proyecto de reestructura para el año próximo? Como ser la eliminación de la Liguilla, y que clasifiquen el campeón y el vice del Uruguayo. ¿No se está descartando la participación de los equipos del interior?
-Yo personalmente creo: que la «Integración» es un proceso absolutamente irreversible. De todos los problemas que debe resolver el fútbol, tal vez el primero es el de que no haya más dos fútboles. Tendrá que profundizarse este proceso incipiente de integración que prevé los torneos pre clasificatorios para la Liguilla del 93 y del 94, con un torneo nacional para el 95. Evidentemente, yo creo: que ni Peñarol ni Nacional pueden ser dueños de una Liguilla, por el hecho de que ya está acordado en la AUF, con decisión unánime de los clubes y de la propia OFI. Quiere decir: que ya no es un problema que pertenezca únicamente a Peñarol y Nacional… ni siquiera a la AUF.

-Pero han amenazado con no presentarse.
-No. No. No. No es una amenaza. Han dicho simplemente que si no hay modificaciones sustantivas, ellos no disputarían el 94. Este es uno de los grandes problemas que vivimos todo el mundo. Vive de la presión, todos. Nosotros tuvimos problemas terribles, algunos de repente, por cosas importantes o que para un club podría ser
importante…

-Por ejemplo, ¿la presión de River Plate?
-Si. El diferendo con River se mantiene y se mantuvo en el tiempo, y bueno… nosotros adoptamos una decisión que podía ser acertada o equivocada, pero fue en el uso de nuestras facultades. Es cierto: lesionó a un equipo. Pero todo eso trae consecuencias interiores tremendas, en la medida que no se prioriza los intereses del fútbol frente a los clubistas.

-Siguiendo con el tema intereses, ¿»los grandes» no tienen los suyos dentro de la AUF?
-Usted sabe que se denominan cinco personas, teóricamente neutrales. Hay un representante de Peñarol y Nacional, que no son naturalmente «representantes» de sus clubes. Es un hombre que es producto de la nominación de esas instituciones, pero que es aceptado por los demás. Quiere decir: que entra como neutral… En el Colegio de Arbitros, hubo un representante de Penarol y Nacional, que nosotros lo eliminamos. No es que eliminemos a un hombre porque proviene de un club grande… lo que entendimos es que no tiene sentido, es que fueran nominados por ellos.

-¿Cuál es la realidad para usted, de Peñarol y Nacional?
-Hay realidades financieras. Es cierto que ambos venden el 80 % de las entradas, yo lo admito como un dato de la realidad…

-¿Y desde el punto deportivo?
-Fijese, que en el caso del Colegio de Arbitros, que es un organismo de «garantía» deportiva, por ello no se puede tratar distinto a Peñarol y Nacional, que a los demás clubes. Sólo por el hecho de que vendan más entradas!!!.

-¿Qué tipo de criterio quisieron aplicar entonces?
-Un criterio que respondiera al hecho de distribuir justicia entre todos.

-¿El mismo criterio lo aplicó para designar el cuerpo técnico de la selección?
-En aquel momento el fútbol uruguayo necesitaba un técnico porque estaba a dos meses de la Copa América `91, y no lo tenía. Entonces, nosotros con la anuencia del 100 % de la afición deportiva y el 95 % del periodismo deportivo, nominamos a Cubilla. El tiempo ha mostrado un proceso con dificultades, problemas y obstáculos que no ha resultado…

-¿Lo está reconociendo?
-Sé que debo reconocerlo yo también, de conformidad con lo que uno esperaba. A mí me ocurre eso. Además, en cierto sentido uno es responsable de lo que pudo haber sido una decisión colectiva, pero que también nosotros en lo personal compartimos y que sin duda es de una responsabilidad personal. Entonces, hubo y hay problemas permanentes…

-¿Pesa el poder del dinero?
– ¡Es terrible! Porque la mitad de los presupuestos de cada uno de los clubes, con diferencias, unos más u otros menos, se cubre con ventas de jugadores. Vemos interiormente que hay 25 clubes profesionales en Montevideo y que juegan siempre los mismos contra los mismos. Habiendo 12 partidos por domingo, de los cuales  hay 6 que no interesan a nadie. La gente cada vez va menos al fútbol. Los jóvenes van cada vez menos… El fútbol está lleno de cabezas calvas y de canas. Y si sigue la violencia, de canas de otro tipo. Uno nota realmente cómo ha perdido el atractivo para la gente.

-Volvamos al tema de la selección. A esta altura: ¿qué piensa?
-Que la selección en dos años y medio trabajó con 60 jugadores y hoy cuando nosotros hacemos la selección final, tenemos de 24 jugadores 22 que están en el exterior. Entonces, uno se pregunta: ¿De qué sirve un cuerpo estable? ¿De qué sirve un trabajo de dos anos y pico?. Lo que sí creo, es que debemos tener una selección juvenil estable. Ahí si. Pero claro, también esto incide.

-¿Por lo de River?
-Si. Con la Sub 20 que fue sin dudas la mejor selección que salió del país en estos últimos años. Sin embargo, tuvimos problemas que hasta hoy están sin solución. Eso señala que nuestro fútbol es de «chacrita», pobre, en el cual los clubes tienen necesidad de dinero permanente. Además, muchas veces el que da 10 mil dólares, en un momento de crisis, eso termina con el señado de un jugador y con una dependencia de los clubes hacia los contratistas. Muchas veces mayor que la que el propio contratista desearía de repente.

-¿Usted desconocía todos estos entretelones del fútbol?
-Y claro que si. Por eso dicen: que yo no soy un hombre de fútbol, porque no sabía todas las pequeñeces y todas esas cosas… todas esas maniobras que se dan adentro.

-¿Considera que lo ha perjudicado la actividad del fútbol con la política?
-No. No. No. Tengo suficiente vida en la política como para que nadie pueda suponer que yo vine al fútbol a conseguir votos. El fútbol ha sido una «picadora» de hombres.

-Entonces, ¿no lo ha perjudicado?
-No sé si me ha perjudicado o no. Pero no me importa. Yo lo asumí. Porque toda la vida había estado en el fútbol como hincha, como integrante del Tribunal de Penas en los últimos tiempos y sentía que yo que había criticado mucho la administración, si no asumía cuando me lo pedían todos los clubes que tenían todas las posibilidades de decidir: entonces, nunca más podría decir una palabra en contra.

-¿Usted cree que alguien puede cambiar el momento que atraviesa nuestro fútbol?
-Con el sistema actual es imposible.

 

«Por eso pensé que un poco la presencia de Cubilla en el seleccionado, le iba a dar la alegría. Lo que uno no ve en el fútbol interno»

 

-Usted ha planteado un panorama negro de la AUF, de los esquemas e intereses que nos deja en cierta forma un sabor amargo en esta nota. Conociendo la trayectoria y la conducta suya, que nunca midió el peso de lo que significa jugarse por sus ideas, que cuando tuvo que abandonar políticamente lo que era la corriente posiblemente mayoritaria, porque las ideas no coincidían… ¿las abandonó hoy que ve que con el esfuerzo que ha hecho no ha podido cambiar… se puede esperar en este último período, alguna decisión terminante que pueda decir: todo o nada?
-Nosotros hemos planteado en la última oportunidad que tuvimos una crisis, la necesidad de una modificación sustancial de todo el sistema de funcionamiento pleno del Consejo. De tal manera que fue dotado de facultades mayores y de que realmente fuese un Consejo Ejecutivo. Creo que esto tendrá que darse o temprano. Pero también creo que llega el momento de que se impone un cambio de hombres. Los problemas son institucionales, pero también son personales. Digo: que nosotros no hemos tenido conflictos con los clubes, en lo personal jamás. Pero igualmente significó una pérdida de confianza que nadie asumió posteriormente. La responsabilidad era nuestra naturalmente… Porque no es del periodismo, ni de los clubes ni de nadie…

-¿Por eso es determinante su postura?
-Acá es determinante todo. Hoy estamos en el negro, el domingo le ganamos a Brasil y el lunes somos campeones del mundo. Acá… acá es así. De lo sublime a lo ridículo. Desgraciadamente son las reglas de la vida, cuando uno quiere expresar matices con esas reglas, como el blanco inmaculado o el negro tremendo, bueno… la experiencia dice que los tipos que sostienen esas cosas, casi nunca llegan.

– ¿Un resultado negativo ante Brasil puede apresurar un cambio en la conducción técnica de la selección?
-Creo que no… No sé cómo se dará la cosa. Pienso que no: Porque en plena competencia cualquier solución sería peor. Yo tengo confianza en la selección, en el cuerpo técnico… Más allá de que tenga discrepancias con uno o con otro. Somos tres millones de uruguayos y cada uno hubiera hecho un cuadro distinto.

-¿Clasificamos para el Mundial?
-Linda pregunta… (risas). Martini es un poroto al lado de lo que usted me pregunta. Yo creo que lo hace, pero de cualquier manera hay algo claro: se terminaron las diferencias. Estoy seguro que nosotros nos hemos estancado por practicar un fútbol antiguo. Por eso pensé que un poco la presencia de Cubilla en el seleccionado, le iba a dar la alegría. Lo que uno no ve en el fútbol interno.

-¿Usted qué cree que puedan estar acusando los jugadores seleccionados?
-Hay desniveles físicos en los jugadores y además tienen una gran presión. Aunque no lo reconozcan. Lo que pasa que en vez de buscar caminos de unidad, casi siempre se buscan culpables… Y cada uno busca: «determinar» que lo que él dijo en su momento tenía razón. Yo vi a los jugadores nerviosos. Por ello no existe la libertad de pensamiento.

-Con lo que me dice: ¿no se puede descartar los problemas personales en el grupo?
– Yo no sé si los puedo descartar o no. Nosotros teníamos preocupación en ese sentido, hablamos con el cuerpo técnico y Cubilla nos aseguró que no existían. Hablamos con los jugadores y me dijeron que tampoco… Pero claro, no hablan los 24. Hablan 3 y 5 o 6 asienten con la cabeza.