Mañana estarías cumpliendo 32 años.
Bueno, que va, mañana “estés donde estés , si es que estás” estarás cumpliendo 32 años.
En aquel frio atardecer del 2 de junio de 1997, un café con leche se enfriaba en la mesa de la cocina, cuando la madre llegaba del mercado, y notó la ausencia de la Karen …

Hace 24 años que tu retrato no está ni en marchas, ni en vidrieras irrespetuosas del cambalache intencionado de una línea partidaria, para la que no cuentas ni importas
Es así como si el dolor de la ausencia se mida y calibre acorde a la convencía política e ideológica, y guardo silencio para no calentarme.
Un desaparecido, ya lo dijo alguien, es aquella voz que esperamos oír cada vez que suena el teléfono, es ese rostro que nos parece ver entre la multitud indiferente, que emerge de la ventanilla de un ómnibus que nos mira y se esfuma y que nos hace correr unas cuadras hasta que el trafico la devora, es esa figura que esperamos encontrar cuando sentimos el toc toc de la puerta.
Pero que se va hacer, si en este paisito hay desaparecidos que se reivindican y desparecidos que se desprecian.
Porque en este mundo tan clasista se busca a una rubiecita de ojos claros que despareciera en una playa Vip de Portugal, y que se la procura por cada rincón del mundo una y otra vez , y hay desaparecidas trigueñas de ojitos tristones que parece pedir en la candidez de su mirada, que por haber desaparecido en un arrabal de mi barrio, nadie ni la recuerda ni la busca.
Salvo los suyos claro, esos suyos entre los que me cuento por cierto , porque por ser de mi barrio es parte importante de mi existir colectivo.
24 años han pasado, su nombre no hace eco en las marchas de mayo por 18, ni su retrato está colgada en la vidriera del IPA; que va estar … si en este mundo corroído de hipocresía hay desparecidos de clase A, y de la otra que ni se nombra.
Hace 24 años que tu retrato no está ni en marchas, ni en vidrieras irrespetuosas del cambalache intencionado de una línea partidaria, para la que no cuentas ni importas.
Pero en estas humildes líneas, quiero decirte que en los desencajados adoquines de tu barrio, hay una comunidad que no te olvida, y que no ceja en la esperanza de que cada 9 de junio poder decirte “Feliz cumpleaños” , y nunca , nunca jamás hemos de dejar de soñar que un día vuelvas al barranquito barroso de tu casa materna, donde tu café con leche sigue enfriándose a espera de que lo bebas, para saciar nuestra sed de justicia.