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VOCACION FM

Pensar con libertad, propone Beatriz Marenco

LA OPINIÓN EN EL URUGUAY. Desde Montevideo/ Esc. Beatriz Marenco/Directora de Relaciones Institucionales CELADE para Diario Uruguay.

La tarea escolar trataba de “lee y reflexiona sobre el Día Internacional de la Mujer” La clase se aprestaba a leer un cuento que versaba indiscutidamente sobre la igualdad de género y como introducir esto en los más pequeños. Como todos los días miramos en familia cual es la tarea asignada y nos aseguramos de su cumplimiento. Y así es que alentamos la curiosidad y la responsabilidad en la seguridad de poder transmitir la idea de dar siempre un poquito más. Invitado mi hijo a resolver un acertijo interesante ese mismo día y sabiendo de su fresco, y poco condicionado pensamiento, buena fue mi reacción al ver que fuera descifrado con éxito y rapidez.

Mi labor dentro del hogar y mi tarea en lo profesional, son hechos conversados en distintas oportunidades, mi apasionamiento por todo lo que hago, mi lucha diaria, “mi querer mejorar el mundo”, mi entusiasmo y mi cansancio son transmitidos a lo largo de las jornadas, también los ejemplos, los buenos a imitar y los malos a corregir, todos son tratados a diario, y de cada hecho cotidiano tratamos de sacar una reflexión.

Estimularlo y enseñarle a confiar, a creer, respetarse, respetar, ser generoso, buscar dentro de si sus mejores habilidades y capacidades, y atemperar su ánimo frente a distintas circunstancias adversas es tarea que se realiza en familia, y es tarea que debe realizarse en todos ámbitos donde un niño se desarrolle, construir desde un “no puedo hacer esto”, “esto no me sale bien” “no soy bueno para esto” un cimiento fuerte basado en el optimismo, la energía, el desarrollo de nuevas capacidades y nunca un no puedo como material de esa construcción.

Cuando se apresta a comenzar la tarea le pregunto cuál es su reflexión…. Y que va a escribir en su cuaderno. Grande fue mi asombro cuando comenzó a repetir cual aprendida lección de memoria, con palabras que el desconocía por completo y que había sentido a lo largo de la tarde de todas las pequeñas voces ese día, expresiones dolorosas, injustas, desmedidas, todo lo contrario a lo que día a día intentamos inculcarle, con imparcialidad e intentando pueda el también reflexionar.

Historia parcial, presentada como instrumento de prevención frente a estadísticas alarmantes, si, pero que entendí se agotaba en sí misma, inacabada y partidaria noción presentada como única realidad que pretendía hablar de los valores “igualitarios” valores que hacían referencia a este 8 de marzo, declarado “Día Internacional de la Mujer”

Me marché por un momento, traté de que nada de mi opinión influyera en su pensamiento, y frente a su comentario inocente ¡no te apasiones mamá!!Convenimos con mi esposo siguiera el escuchándolo, tratando, reconozco a lo lejos de mejorar mi capacidad auditiva.

Leyó una y otra vez, leyó las opiniones de clase, se tomó su tiempo. Pensó. Aliviado de tanto, finalmente comenzó a escribir, a su manera y tratando de ser conciso, tal vez tratando de terminar pronto para ir a jugar, “que el respeto es mutuo, que nadie en un hogar, en un club deportivo, en la sociedad , tiene derecho a decirle a otro , que no vale, que no sirve, que no puede. Que no es exclusivo de nadie, no habló de género… aún no está esta palabra en su vocabulario, y siguió afirmando que ninguna persona puede desvalorizar a otra, y que era algo que escuchaba muchas veces en muchos lugares, en todas las direcciones y entre todas las personas.

Buen trabajo dijimos. No esperábamos otra cosa, que su “inocente sensatez”. Empecemos por nosotros, todos, desde la primera infancia, a alentar, a enseñarlos a no juzgar, a motivar, cuidando las palabras y dando buenos ejemplos, a mirarnos más, y ver si podemos exigir más de lo que estamos dando.