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«Noblesse oblige» ni tan cerca, ni tan lejos

LA OPINIÓN EN EL URUGUAY.Desde Montevideo/Esc. Beatriz Marenco, Directora de Relaciones Institucionales CELADE, para Diario Uruguay.

Se atribuye la frase al francés Pedro Marcos Gastón, duque de Levis (1755-1830), pero aunque la expresión Nobleza obliga  figura en los escritos del duque, fue usada con anterioridad. Con grandes variantes el concepto también alude a un comportamiento honorable siendo un privilegio que conlleva una gran responsabilidad. Pero sin entrar a hablar de clases ya que hablar de nobleza es reflejar un estado natural de los pueblos civilizados alejado de la idea moderna de clase social, Nobleza obliga es empleada para señalar que se actúa con honestidad, por estimación propia, en tiempos donde la presteza del accionar  nos aparta de su uso  y repetido ejercicio, que  aún se conserva en el acervo coloquial. Si uno es una persona honesta, está obligado a actuar con nobleza, no interpretando ésta como una cualidad propia de los nobles, sino como una condición de las personas de bien.

Entre los grandes valores se encuentra el ser noble, que por sobre todo implica la diferencia entre querer lo bueno y encontrar la forma de que suceda. Valor que incorpora las mejores cualidades, honradez y generosidad, la satisfacción de poder reconocer lo aprendido y ser capaz de compartirlo también con los demás, integridad y humildad.

Pero vivimos en un mundo que se empeña por hacernos desviar y se ingenia para que dejemos de  proyectar sobre cada uno un poco de luz, en una sociedad donde la mezquindad del carente….del carente de gratitud,  del carente de reconocimiento, de sentimientos,  de ideas, demuestra un deterioro ético importante. En tanto la nobleza entre el día a día y el ejemplo se alza con la fortaleza de un gran valor que debemos ofrecer a los más pequeños para ser consecuentes también los adultos con lo que pretendemos y alejarlos así del que no agradece, del que no comparte, del mezquino para amar, del que restringe, y que va más allá de la antigenerosidad, porque implica ausencia de darse.

Existe una responsabilidad moral que se acerca mucho a la frase pero que debe primar sobre “la clase” permitiéndonos de esa forma evolucionar y apartarnos de esa carencia que hoy se ha convertido en natural en el ser humano y que nos aleja de esas leyes del universo, que existan o no, se  esté seguro o no de ellas, la ley del bien funciona siempre independientemente.