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Este Sur

Libro inédito de Marcos Gabay. Dedos de Gabay en nuestras llagas

LA OPINIÓN EN EL URUGUAY. Desde Montevideo Rodolfo Porley.

Nuestro querido y veterano colega Marcos Gabay no solo acaba de privilegiarnos y obligarnos con la donación de su biblioteca profesional para el programa Memorias en 65 Aniversario APU, también comparte su reciente obra – en versión electrónica adjunta – ¿Medios de comunicación o medios de difusión?.

20 años después de su libro “Política, Información y Sociedad”, -obra imprescindible que también nos ha donado para la biblioteca APU en formación- Gabay mantiene el rigor y la profundidad crítica, beneficiadas por la agudeza en su investigación. Que sigue brillando casi en solitario en un país donde, como el mismo reflexiona, “ no hay evidencias de estudios científicos sistemáticos sobre este maná cotidiano con el que desayunamos y por la noche casi olvidamos, en gran parte presionados por los problemas generados por las necesidades cotidianas de existencia.”

La carencia de labor universitaria de investigación en comunicación fue encarada de frente días pasado en nuestra sede en las jornadas desarrolladas por la Licenciatura de la Comunicación, vertebradas en la participación de dos investigadores internacionales: el brasileño Murillo César Ramos, profesor titular de la Universidad de Brasilia y director del Laboratorio de Políticas de Comunicación, y Divina Frau-Meigs, profesora de la Universidad de Paris III Sorbonne.

Ellos pusieron de manifiesto la importancia de la iniciativa de buscar modelos en un momento de refundación en una Universidad que recién hace 25 años puso el estudio de la comunicación al nivel de una licenciatura, sin estatuto propio de facultad y sin políticas que le den fuerzas, como recoge en entrevista de Inés Acosta publicada hoy en La Diaria.

Marcos Gabay, en lo que denomina “apuntes expandidos” (que acompañaron la experiencia de varias décadas de labor en diversos medios y también como corresponsal en agencias noticiosas extranjeras) manifiesta que su deseo de que “este modesto trabajo inicial sea seguido por estudios a cargo de un equipo de investigadores en materia de sociología, sicología social, antropología, epistemología, lingüística, historia de las ideas políticas, derecho y axiología, incluidas como ciencias básicas para la comprensión integral de la materia que tratamos aquí. Este equipo podría constituirse en el ámbito de un Instituto Nacional de Investigación de los Medios de Difusión e Información y su influencia y efectos a nivel individual y colectivo, e integrado por docentes en las materias aludidas.”

Divina Fray-Meigs, que visitó nuestro proyecto de Biblioteca y recibió los materiales del programa Memorias, se confesó harta de la división polarizada entre las dos escuelas. La de los “efectos” y la de los “usos”, que no comparten ideas en materia de investigación en comunicación. Opta por situarse entre las dos. “Los medios socializan más que la familia, la iglesia o la escuela, que eran las instituciones que antes cumplían esa tarea. Ahora los medios han adquirido muchísima fuerza. La escuela de socialización que yo concibo no desconoce que hay riesgos, pero busca el modo de compensarlos. Hay situaciones y mecanismos peligrosos y los seres humanos tenemos la capacidad de identificar las situaciones peligrosas; de cierta manera los medios también te dan la posibilidad de correr o no esos peligros.”

Reconocimos en esta investigadora – que trabaja intensamente en el Consejo de Europa en cuestiones de identidad – un pensamiento de la complejidad de corte moriniano, y así nos lo confirmó en su visita a la APU. Dijo llevarse la versión de la obra, que Gabay le alcanzó personalmente, para analizarla detenidamente. Asimismo lo dijo Murillo César Ramos.

Por lo pronto, Gabay fundamenta su conclusión de que no resultó demostrada “la finalidad de homogeneizar las funciones de persuadir o disuadir a una sociedad hacia objetivos deseados por el poder político dominante, depositada en los sistemas de contralor para consolidar supuestas influencias y efectividad atribuidas solamente al poder de los medios”.

Subraya finalmente que “otras urgencias que afectan a las mayorías empobrecidas en todos los países del mundo civilizado, determinan el rumbo perceptible de sus acciones independientes del discurso distante de los medios.”

Pero en sus tres capítulos, respaldados de otros cuatro de fuerte documentación, Gabay no elude una crítica radical en varios planos, también a la forma en que fue creada la Licenciatura, posición que no ocultó hace cuarto de siglo y le trajera fuertes y no fundamentados rechazos, también dentro de nuestro propia APU.

Como perla, cito por ultimo su abordaje de “ la explicación de por qué los “informadores”, generalmente, se abstienen de exponerse a una indagatoria que no les es confiable. En el marco de estas consideraciones es que hay que reparar en la imagen que de sí mismos se forjan estos emisores, algunos de los cuales se hallan en contacto directo con autoridades ministeriales, embajadas extranjeras, sectores de la actividad cultural, representantes de la vida económica y financiera, pasillos parlamentarios y asiduos asistentes a acontecimientos relevantes. Esto los coloca muy cerca del “establishment” de donde obtienen datos “confidenciales”, “primicias” y “rumores” con qué confeccionar “la nota distinta”. Estas condiciones ambientales en que desarrollan su labor configuran, en personalidades poco críticas afectas al conformismo, actitudes de arrogancia, soberbia y pedantería”.

Por lo pronto, contamos con el acervo y la disposición de este querido maestro en nuestros empeños para una capacitación profesional crítica y autocrítica, a la vez que desplegamos el programa de repaso de décadas de batallas por el derecho de informar y ser informados, que ahora queremos calificar como derecho humano a la comunicación, como servicio publico capaz de incorporar los principios de diversidad, libertad, acceso, participación y compromiso etico-social. Creemos que es una buena contribución hacia esa necesaria política nacional de comunicación que profundice la democracia , uno de los principios constitutivos de nuestra Asociación de la Prensa Uruguaya