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El sueño hecho papel del profesor Carlos W. Cigliuti, por culpa de la ejercida presión de la AUF

POR EL INTERIOR DE LA OFI. Desde Redacción/InvestigACCIONES de Eduardo Mérica para Diario Uruguay.
Sin achicarse el profesor Carlos W. Cigliuti nos adelantó “el partido” que estaba jugando contra la Asociación Uruguaya de Fútbol.

Apenas se dispuso a conversar con su sonrisa blanca como presentación, una de las pocas veces que lo tratamos, surgió el enfrentamiento con la AUF como tema. Y la sonrisa nuestra fue más grande aún, mezcla de deseos y nervios inocultables por lo que me iría a revelar. Se estiró en su silla y me dijo:”En la AUF (Asociación Uruguaya de Fútbol) sí que se siente la presión. Te la tiran encima desde el momento que voy subiendo las escaleras…”

Estaba claro que la idea de enfrentar a la Junta Dirigente de la AUF, en su propia casa le provocaba un cosquilleo diferente. No temor, pero tampoco una confianza ilimitada. después sí, ordenó cafés para tres (para él, para el escribano Frade y para mí, para una mesa del Sorocabana, de 18 de Julio y Plaza de Cagancha), y se dispuso a conversar sin apuros sobre la “Guerra entre la OFI y la AUF”.

Cigliuti, recorrió un largo camino desde su Canelones natal, y al final nos entregó las primeras actas de la Organización del Fútbol del Interior, de una amplia colección que poseemos, donde la palabra “presión” de la que habló está escrita en el papel que hoy conservamos como documentos de su incansable lucha contra el tremendo profesionalismo implantado en el fútbol uruguayo.
“En 1953, la O.F.I. reclamaba el siguiente trato económico: el 70 % para los clubes profesionales intervinientes como forma de anzuelo para que entraran en el Campeonato; el 20 % para los equipos del interior; el 10 % para la A.U.F. con destino a viajes de los clubes capitalinos.

Es decir, que a la organización profesional se le daba el 80 % y el interior se contentaba con que fuera solamente una vez el equipo profesional. Ahora, en lugar del 80 % los equipos reciben el 20 % cuando son visitantes y no nos contentamos con exigirle que se presenten una vez sino que exigimos y obtuvimos que se presenten la misma cantidad de veces.”
“Así que este Campeonato Nacional no es ningún capricho, no es ningún engendro especial sino que, a la luz de los textos que registra la propia historia de la Organización, pienso que ha sido un avance para todo el fútbol nacional”
“Es una pena que esta Organización no haya podido llevar adelante el Campeonato Nacional, o que no se pueda llevar adelante tal cual fue programado e ideado por el Congreso, por esta actitud intransigente, fundamentalmente, de la Confederación del Litoral. Pero, la madurez de esta Organización debe quedar de manifiesto y la deben exponer aquéllas Ligas que resolvieron jugar el Campeonato Nacional. Esas Ligas tienen que dar la verdadera demostración de madurez de la organización deportiva y decirle al Litoral que están equivocados, que se equivocan al plantear esa posición, pero también que nosotros no somos infalibles en nuestros juicios y que de pronto nos equivocamos si juzgamos con dureza al Litoral. debemos todos, en esta reunión, exponer aquéllas soluciones que no signifiquen fractura de la Organización, porque antes de dividir y de ver a O.F.I. quebrada por el Campeonato Nacional, prefiero no jugarlo porque no va a participar un sector importante de la familia de O.F.I., y esa no participación va a traer un cisma muy grande en el fútbol del interior. No quiero que en nuestro mandato ocurra una división de tal grado en la familia del interior, porque lo peor que le podría pasar al fútbol del interior, sería eso, justamente.”

“Para terminar, apelo a un ejemplo que hemos manejado de los antepasados.

Es el de aquel viejo leñador que no sabía nada, que sí tenía una gran experiencia, y preocupado por la forma en que se peleaban sus hijos, les dio un atado de leña fuertemente ligado y les dijo si lo podían partir. Vanos fueron los intentos de sus hijos, porque ese atado estaba muy unido. Entonces, lo desató y fue dando rama por rama y ahí sí lograron quebrar fácilmente. Eso le puede pasar a esta Organización si se divide. Se puede quebrar con facilidad.”
“Lógicamente, volviendo a la base de la cosa, tenemos que pensar qué es lo que nos une, qué es lo que nos ha acercado para integrar esto que es O.F.I.: la práctica de un deporte común, aspiraciones comunes, anhelos iguales, el deseo de llevar adelante el fútbol en toda la República, pero con una base que es fundamental, la voluntad de juntarnos, de unirnos para desarrollar el fútbol. ¿Acaso en este momento difícil para nuestro fútbol, alguien cree que es una solución venir con un paquete de sanciones abajo del brazo para aplicárnoslo a quienes pensamos, ahora, que no debemos intervenir y creemos que el no hacerlo no es un pecado?”
“Puede también pasar otra cosa. Si son desafiliadas las Ligas que integran la Confederación del Litoral por este hecho que hoy estamos tratando, las Ligas de Rocha, Maldonado y Treinta y Tres pueden irse también, es decir, se pueden desafiliar en la misma medida en que se le pueden aplicar sanciones. ¿Y serían encontradas por ahí las soluciones que estoy seguro busca la O.F.I. y buscamos los que que queremos salir adelante, en este momento difícil del fútbol del interior?

¿Cuál será nuestro futuro y cuál el de los que nos apliquen sanciones?
Si nos corren ¿nos veremos reducidos a una práctica más pequeña, menos importante del fútbol?
Por supuesto, pero el fútbol lo seguiremos haciendo, lo jugaremos en nuestro solar. La práctica
del fútbol no la vamos a abandonar aunque la reduzcamos.”
“Esta sanción nos hará mal, nos perjudicará. Esto no tenemos inconveniente en reconocerlo.
Pero, los que la aplican, ¿le van a hacer bien al fútbol atándose al carro de un fútbol que se está cayendo a pedazos? ¿Cuánto van a durar?
¿Acaso los que se quedan y nos sancionan lograrán un esplendor mayor para su fútbol o sentirán la amargura de separarnos después de remar juntos durante tanto tiempo?”
“Escribí una frase del Consejero Del Bono, y creo que ése es el propósito de O.F.I., al citar a este Congreso.Dijo que el motivo fundamental de la citación de este Congreso era ver cuál era la actitud a tomar con respecto al Campeonato Nacional, no con respecto a las Ligas que presumiblemente hasta ahora dicen que no intervienen y las que han dicho eso rotundamente. No, la actitud frente al Campeonato Nacional. Y ahondó más: dijo que es necesario encontrar soluciones.”
“El Consejero Frade dijo, en el momento que hizo uso de la palabra, que el Consejo Ejecutivo
de O.F.I. traía una moción para proponer a la Asamblea. La Liga de Maldonado juega todo lo suyo a que no debe ser una moción de discordia insinuando la aplicación de tal o cual sanción a la Liga que no juegue.
La Liga de Maldonado juega todo lo suyo a que deber ser una moción tendiente a ver si nos
podemos reencontrar, si podemos buscar fórmulas de unión y ver si realmente este Congreso significa -y el anterior- un Congreso de unidad, como dijo el Presidente Cigliuti, que tal vez, aunque sea por motivos dolorosos, haya sido una suerte que no estuviera hoy en este Congreso y escuchara las palabras iniciales pidiendo sanciones a diestra y siniestra para todos los que no estaban dispuestos a pensar como ellos.
¡Me imagino cómo hubiera pesado en su ánimo, luego de sus palabras vibrantes a favor de la unidad de O.F.I.-que también nosotros pensamos que es lo fundamental, que es lo primero a defender – si hubiera escuchado las palabras que inicialmente se dijeron en esta Sala!”
“En suma: creo que se podrían haber evitado gran parte de las cosas que se dijeron aquí, si los integrantes del Consejo Ejecutivo nos hubieran hecho conocer de inmediato, a la iniciación del Congreso, qué fórmulas estiman posibles, razonables y utilizables para encontrar soluciones que nos tengan nuevamente a todos juntos”