Inicio » Lily Parr era una mujer imponente y todo un personaje en el fútbol femenino de antaño
Museo Chacarero

Lily Parr era una mujer imponente y todo un personaje en el fútbol femenino de antaño

MUSEO CHACARERO en FUTBOLURUGUAYO.UY|26.04.2015|19:04:00

“Habiendo recibido quejas sobre el fútbol jugado por mujeres, el Consejo se siente impelido a expresar enérgicamente la opinión de que el fútbol no es apropiado para las damas, y no se debe animar a éstas a practicarlo”.

Este comunicado, que la FA publicó en 1921, por el que se prohibía que las mujeres jugaran al fútbol en los campos ingleses afiliados a la organización, sirvió para frenar los progresos de un deporte cuya popularidad crecía sin parar, y cuyos partidos atraían a cantidades ingentes de público. El aumento de su popularidad se debió en parte a las primeras superestrellas del fútbol femenino, una de las cuales está considerada la futbolista más sobresaliente de la primera mitad del siglo XX.

Lily Parr era una mujer imponente y todo un personaje con una vida increíble. Medía casi 1,80 de estatura, fumaba como una carretera, y tenía el pelo negro azabache y una zurda letal. Empezó en el fútbol en 1919, con sólo 14 años. En su segundo partido, en las filas del St. Helens Ladies, llamó la atención de Alfred Frankland, el entrenador del equipo rival, el Dick, Kerr’s Ladies, quien la invitó entonces a unirse a su ya magnífico equipo. Parr, una de las artilleras más prolíficas de la historia del fútbol femenino, se mudó a Preston y allí encontró un hogar.

Por amor a la pelota

Antes del veto de 1921, el Dick, Kerr’s Ladies (fundado durante la I Guerra Mundial para las trabajadoras de la empresa Dick, Kerr & Co., de Preston) era un equipo benéfico, que disputaba partidos con el objetivo de recaudar fondos para la Asociación Nacional de Soldados y Marinos Licenciados y Discapacitados. Un equipo de Francia visitó Inglaterra en 1920, y el Dick, Kerr’s Ladies se enfrentó a él como representante extraoficial de Inglaterra. De los cuatro encuentros disputados, las inglesas ganaron dos, perdieron uno y empataron otro, y de paso recaudaron casi 3.000 libras para obras benéficas, el equivalente a más de 100.000 libras esterlinas de las de hoy.

Los partidos de vuelta se jugaron en Francia y, a su regreso, el equipo de Preston estuvo muy solicitado. El Dick, Kerr’s Ladies jugó en estadios llenos de público (53.000 espectadores se congregaron en Goodison Park), y recaudó más de 5.000 libras para obras benéficas en varios encuentros (más de 200.000 libras actuales). En 1921, Parr marcó cinco goles en la victoria por 9-1 sobre un equipo de las estrellas, el “Mejores de Gran Bretaña”. El Kerr’s, en calidad de representante de su país, se impuso a una selección nacional de Francia por 5-1 ante 15.000 espectadores. Parr anotó los cinco goles de las inglesas.

Sin embargo, con la creciente popularidad de Parr, del equipo y del fútbol femenino en general, y con tanto dinero como se había recaudado, el Kerr’s y el balompié practicado por mujeres se vieron envueltos en una batalla política. Como el Kerr’s jugaba partidos para ayudar a los mineros, y el equipo empezaba a considerarse una herramienta al servicio del Movimiento Laborista, la FA se propuso vetar el fútbol femenino. Después del comunicado en el que afirmaba que el “fútbol no es apropiado para las damas”, la FA añadió: “El Consejo, además, es de la opinión de que una parte excesiva de lo recaudado se pierde en gastos y un porcentaje muy poco proporcionado se destina a fines benéficos”.

El Kerr’s hizo caso omiso a la declaración de que el fútbol no era “apropiado para las damas” y se marchó de gira por Estados Unidos, donde disputó nueve partidos, algunos contra equipos de hombres. Parr destacó como una gran estrella, y un periódico estadounidense la calificó de “la mujer futbolista más brillante del mundo”.

A su regreso, el Kerr’s siguió jugando encuentros benéficos, pero la imposibilidad de acceder a los grandes estadios le impidió recaudar para sus obras de caridad tanto dinero como solía antes de la prohibición de la FA. Parr siguió jugando, ¡y marcando goles! La compañía English Electric se hizo con el control de la empresa Dick, Kerr & Co. y no tardó en despedir a las integrantes del equipo, incluida Parr.

Parr encontró trabajo en el Hospital y Manicomio de Whittingham, una de las entidades beneficiarias de las obras de caridad del Kerr. El entrenador Frankland abrió una tienda de comestibles en Preston y siguió al frente del equipo. Mientras trabajaba en el hospital, Parr conoció a su pareja, Mary. Juntas compraron una casa en Preston y jamás ocultaron su relación, aunque muchas personas homosexuales de la época se veían obligadas a esconder su condición.

Pese a la falta de respaldo por parte de Dick, Kerr and Co., el Preston Ladies siguió siendo el mejor equipo de Inglaterra. En 1927 arrolló al Blackpool Ladies por 11-2, con Parr, naturalmente, en la lista de goleadoras. Muchas de sus integrantes se casaron, emigraron o dejaron el equipo, pero Parr siguió en él y su fama se extendió por todo el país.

Bobby Walker, internacional de Escocia, la llamó «la mejor distribuidora del balón que he visto jamás en el fútbol».

“Pateaba la pelota con la fuerza de una mula”, recordaba su compañera de equipo Joan Whalley. “Era la única persona que yo he conocido capaz de lanzar de un patadón un balón parado, un viejo balón de cuero muy pesado, desde la banda izquierda hacia mi banda derecha y casi tirarme al suelo con la fuerza del disparo”.

En 1937, el Preston Ladies eliminó al Edinburgh Ladies por 5-1 para proclamarse “campeón de Gran Bretaña y del Mundo”, con Parr y una Whalley de 15 años de edad entre las goleadoras. Frankland pronunció un discurso vehemente después del partido, en la cena organizada para celebrar la victoria.

“Desde que nació el equipo, hemos disputado 437 partido, con 424 victorias, 7 derrotas y 6 empates, hemos marcado 2.863 goles y hemos encajado sólo 207”, explicó Frankland. “Hemos recaudado más de 100.000 libras para obras benéficas en este país y en tierras extranjeras”.

Si los cálculos de Frankland eran correctos, el Dick, Kerr’s, Preston Ladies y su gran estrella, Lily Parr, habían recaudado el equivalente a varios millones de las libras actuales.

Después de 26 años de servicio, y con muy pocos partidos disputados durante la II Guerra Mundial por el racionamiento de la gasolina y porque Frankland trabajaba de vigilante en la defensa civil contra bombardeos, Parr se convirtió en capitana del equipo en 1946. Jugó su último partido el 12 de agosto de 1950, a los 45 años de edad, y vio puerta en aquella victoria por 11-1 sobre Escocia. Se calcula que en toda su carrera marcó más de 900 goles.

Se jubiló de su empleo en el hospital a principios de la década de 1960 y enfermó de cáncer en 1967. Murió de esa enfermedad en 1978. Parr vivió para ver cómo, en 1971, la FA revocaba su decisión de 1921 que prohibía a las mujeres jugar al fútbol en los estadios afiliados a la asociación. Desde su muerte, Parr se ha convertido en un icono para el fútbol femenino y para los derechos de las personas homosexuales. En 2002, se convirtió en la única mujer que figuró entre los primeros futbolistas designados para formar parte del Salón de la Fama del Museo Nacional del Fútbol Inglés. Entre 2007 y 2009, se disputó el Trofeo de Exhibición Lily Parr entre equipos de fútbol del movimiento LGBT de Inglaterra, Francia y Estados Unidos, como homenaje a las giras de Parr y el Dick, Kerr’s Ladies de principios del siglo XX.

Más de un siglo después de su nacimiento, a Parr le emocionaría comprobar el ascenso del fútbol femenino en su país natal, con asistencias de público cada vez más abultadas en la liga nacional y la impresionante cantidad de 80.000 espectadores que se dieron cita para presenciar la final del Torneo Olímpico de Fútbol Femenino de Londres 2012. Esos mismos aficionados no dudarían en acudir en masa para ver el genio de Parr en acción.

Fuente: FIFA