Inicio » Tiene la palabra. Nunca la grabamos la del profesor Carlos W. Cigliuti, como presidente de la Organización del Fútbol del Interior
Museo Chacarero

Tiene la palabra. Nunca la grabamos la del profesor Carlos W. Cigliuti, como presidente de la Organización del Fútbol del Interior

POR EL INTERIOR DE LA OFI. Desde Redacción/InvestigACCIONES de Eduardo Mérica para Diario Uruguay.

Impenetrable. Eso me dijeron de él la primera vez que intenté acercarme para hablar de la OFI. Había que ir a verlo a la sede del fútbol chacarero en Montevideo, para descubrir al personaje. Allá fuimos, y vaya tarea que tuvo el escribano Elbio Frade, que apenas llegué al interior de la sala de sesiones del organismo ubicado en la entonces calle Ibicuy, se encargó de explicar las razones de mi visita, y recibí de parte del profesor Cigliuti una sonrisa misericordiosa.
¿Una nota a mí?… (me preguntó como asombrado). Fue así, y al final nunca pude entrevistarlo por una cosa o por otra. Aquella vez en la OFI, después de la reunión del Consejo Ejecutivo al compás de Cigliuti, el escribano Frade me ofreció gentilmente interceder ante Cigliuti para concretar la entrevista. Al fin de cuentas nos conocimos con el gran presidente y quedamos en una relación amistosa, nada más…

La segunda oportunidad se dio una noche en un bar muy concurrido de Villa Colón, cuando lo vimos al entonces Senador de la República, en la esquina de la Plaza Vidiella, lo encaramos al profesor Cigliuti, pero no se detuvo, apenas saludó, no contestó, solo espetó:«¡No puedo, no puedo!». Ese era Cigliuti, y nadie me lo había adelantado que entrado en años se había hecho más difícil de entrarle para gestionar oficialmente la entrevista, pero el bueno del profesor ya había bajado el telón, diciendo:“gracias por todo”.

Años después, en 1996, en la modernizada sede de la Organización del Fútbol del Interior, con motivo de una reunión de la Comisión del Libro del Cincuentenario de la OFI, volvimos a reencontrarnos con el pasado, allí estaba el escribano Frade, y allí estábamos nosotros, con la carga emocional de estar al frente de la edición especial acompañado por ilustres hombres de la dirigencia y de la prensa de nuestro país. En la que las historias escuchadas
ese día sobre la OFI, de boca de Efraín Martínez Fajardo, el Dr. Juan Carlos Macedo, el dirigente minuano Walter Cuadri o don Héctor Sicco, se apilaban y apilaban. “Un movimiento de índole nacional dio sus primeros pasos en locales de otras instituciones, vinculadas a las inquietudes de los hombres de tierra adentro. Se llevaron a cabo los primeros Congresos en nuestra capital, en las sedes del los clubes de Residentes de San José, Rocha y Durazno, teniendo un paso transitorio también en ese período por lo del estudio del escribano Francisco A. Figueroa Serantes y hasta en el Athletic Club de Montevideo y Círculo de Periodistas Deportivos del Uruguay, para desembocar finalmente en su propia sede de la calle Ibicuy 1162 (hoy Héctor Gutiérrez Ruiz).

Vida Pasión y Locura por la OFI, del profesor Carlos W Cigliuti

“Su personalidad era una paradoja constante, por lo que es muy difícil definirlo. Prefiero recordarlo por una de las facetas que más me gustaban de él, que era un sentido del humor, sin el cual es muy difícil el quehacer político en los tiempos modernos. Con el mayor de los respetos quiero señalar que siempre se me antojó, hasta por su figura desgarbada, que era una especie de Quijote que uno imaginaba con la lanza, emprendiendo contra lo imposible”

“Aclaro con franqueza que una de las mayores sorpresas que me he llevado en el día de hoy fue el descubrir su edad, que nunca me atreví a preguntar. Si recordamos su vigor físico, su actualización mental, su rapidez de respuesta, su picardía, su gracia y hasta su elegancia, evidentemente representaba mucho menos de 77 años; sin embargo, si tomamos en cuenta sus conocimientos, el anecdotario y las cosas que sabía, de esas que no se aprenden en los libros -y Cigliuti sabía absolutamente de todo- daba a entender que tenía más edad”

“Cigliuti ha muerto y con esa particularidad que tiene la muerte, de darle vida a muchas condiciones que a veces pasan desapercibidas, hoy lo vemos en toda su dimensión y podemos decir que ya está incorporado a la mejor historia del país y, permítaseme decir, a la del departamento de Canelones”

“No puedo decir que con el senador Cigliuti para todos “Chilín”- hayamos tenido largos años de amistad o de relación, pero es uno de los hombres que admiré en la acción política. Creo que fue una de esas personas que, sin duda alguna, le dio valor y significado a la vida política de este país”

“Fue un hombre bueno, pero eso es algo que, desgraciadamente, en esta sociedad tan materialista y tan materializada, muchas veces importa poco. Igualmente, siempre digo ¡pobre de aquella sociedad que margina o atenúa el valor de la bondad!”

“Como bien ha señalado el señor senador Bouza, era tan formidable enfrentarse con él como coincidir, porque hacerlo con un gigante creo que es uno de los pocos y más gratificantes honores que nos depara esta tarea”.

 

 

(Nº 299 – TOMO 358 – 14 DE ENERO DE 1994 REPUBLICA ORIENTAL DEL URUGUAYDIARIO DE SESIONES DE LA CAMARA DE SENADORES. Señor senador Profesor Carlos W. Cigliuti. Su deceso – Manifestaciones de varios señores senadores)