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Isidro Záccara, el testigo perfecto de los conflictos casi permanentes entre la AUF y la OFI

LA OFI, Y EL FUTBOL QUE LO PARIÓ. Desde Redacción digital/InvestigAcciones/Eduardo Mérica para Diario Uruguay.

A la OFI todavía lo cubre la tristeza, y se le nota, todavía tiene bronca, y no la puede disimular frente a la Asociación Uruguaya de Fútbol. A tal punto, que mil veces lo dijimos: las decisiones del fútbol uruguayo siempre fueron tomadas ignorando a la monumental Organización del Fútbol del Interior. Y cuando éstas caían como una bomba, el contragolpe de los chacareros era inmediato: ESPERAMOS EL ACUERDO DEFINITIVO, fue uno de los títulos que se emplearon en 1959, por el periodista Isidro A. Záccara del diario La Mañana, en su denominada columna de opinión «Panorama Deportivo del Interior», y allí haciendo gala de su profesión expresaba como portavoz casi oficial:

 

«Creemos que la OFI, lejos de ser un ente con amplias facultades, sólo ha buscado siempre dirigir al fútbol de tierra adentro de la mejor manera posible. Esto, tal vez, se ha entendido de otra manera por parte de la AUF que considera a OFI, una entidad siempre dispuesta a crearle dificultades»

 

«Este espacio, Panorama Deportivo del Interior, fue creado con la intención de mantener una bancada, una llama siempre viva, para dar cuenta de las múltiples actividades que cumple el deporte de tierra adentro. Para decirle a los lectores cual es el esfuerzo que realiza la gente del interior. Pero, en estos días, a nosotros, como a la mayoría de los periodistas, se nos hace difícil hablar exclusivamente de deporte,  por cuanto, como todos, estamos pendientes de lo lamentable, de lo trágico. En las calles, la oscuridad; en el hogar, la preocupación de lograr lo imprescindible para soportar los momentos que se  avecinan. La lucha con la locomoción y las charlas con los amigos que, siempre, desembocan en el mismo tema. Las redacciones de los diarios, los estudios radiales que muestran más agitamiento que de costumbre y las noticias que se suceden a cada instante. Nos parece que fue ayer, que en uno de esos viajes que, periódicamente, realizamos a nuestro interior, que un deportista sanducero, señalando una marca que existía en la fachada de su domicilio, nos expresó: «Ve, hasta allí llegó el agua del río, cuando  se batieron todos los récords en materia de inundaciones». Se refería a la crecida de 1941. Hoy, recordando aquellas palabras, sentimos profunda angustia al comprobar que la marca fue ampliamente superada» (Se refería a la crecida de 1959, en el Uruguay). Y seguía el relato:«El peligroso ascenso del río Negro, sólo permite pensar en salvar vidas, en poner a cubierto a los desamparados. Quedó atrás la preocupación, el dolor por las obras que se perdieron. Hoy, lloran quienes se han quedado sin nada, muchos niños por fata de pan, nos acongojamos quienes desde la distancia tenemos que contemplar el ingrato cuadro y conformarnos solamente con contribuir, sin poder tomar parte activa. Mañana, llorará también el deporte, cuando se compruebe que obras de gran trascendencia, que demandaron el esfuerzo noble,  incalculable de hombres y mujeres, en gran parte han sido dañadas o destruidas.

La hermosa casa del Remeros de Mercedes, terminada hace apenas algunos meses, el gimnasio del Remeros de Paysandú, el Estadio de Paso de los Toros, el Campus de Durazno, las sedes del Salto Rowing y Remeros de Salto, las obras del gimnasio cerrado de Artigas y otras importantes realizaciones que sufren hoy, bajo las aguas, invalorables danos materiales. Estamos soportando la tragedia, tal vez muy cerca del máximo tolerable; pese a ello, estamos demostrando que sabemos sufrir, que no nos entregaremos ante la desgracia. Son nuestros fervorosos deseos que cuando llegue la hora de la recuperación, cuando haya que demostrar hasta donde llega el  amor por el hogar, por las cosas que nos rodean, por el prójimo, surja más vigoroso que nunca ese fervor del hombre de tierra  adentro, que está acostumbrado a sufrir y, por tal razón, tal vez en estos momentos, no llore, aunque su respiración sea más  agitada y su corazón no encuentre acomodo dentro del pecho», sostenía Záccara.

A su vez Záccara cuenta la bronca que tenía la OFI -en ese año de 1959- cuando no se sabía quién era el que gobernaba al fútbol uruguayo: la AUF o el Club Atlético Peñarol. Leyendo se puede ver que el poder que ejercían los dirigentes aurinegros había llegado a límites insospechables, tomando a la AUF -según cuenta el cronista- como institución  propia.
El detonante de la situación que venía siendo insostenible se relata así:

«Nosotros pensamos que, si de una buena vez, disponen todos los dirigentes trabajar con dedicación y sin resquemores, seguramente para la AUF será muy importante la OFI»

 

ESPERAMOS EL ACUERDO DEFINITIVO

«Desde está página, hemos venido señalando reiteradamente los inconvenientes que ha tenido la OFI para alcanzar alguna conquista frente a la AUF, como también hemos censurado el proceder de éste en distintas ocasiones. Pero en este momento, en el que es inminente una nueva reunión, entendemos que ambas entidades, ante el momento tan angustioso que soportamos deben acudir a la cita de Peñarol, con vivos deseos de solucionar en definitiva el entredicho. Conocemos a los directivos de OFI y creemos que cederán todo lo que sea necesario para que se normalice la situación. Lo mismo esperamos de la AUF, por cuanto tiene que comprender que todo el fútbol necesita encauzarse por firmes caminos de recuperación.
Creemos que la OFI, lejos de ser un ente con amplias facultades, sólo ha buscado siempre dirigir al fútbol de tierra adentro de la mejor manera posible. Esto, tal vez, se ha entendido de otra manera por parte de la AUF que considera a OFI, una entidad siempre dispuesta a crearle dificultades.
Nosotros pensamos que, si de una buena vez, disponen todos los dirigentes trabajar con dedicación y sin resquemores, seguramente para la AUF será muy importante la OFI. Estimamos que, en la futura reunión, debe considerarse por sobre todas las cosas un sistema por el cual se mantengan permanentemente ligadas ambas instituciones. De lo contrario, continuarán planteándose inconvenientes para alcanzar las soluciones más felices».

 

«Lindo, lindo, lindo»

«ligerito ligerito que se me termina el tiempito»

 

Cuando falleció Isidro Alberto Záccara
Fue la noticia de los diarios de Montevideo, precisando: Falleció el destacado conductor radial y comunicador Isidro Alberto Záccara. Tenía 87 años y sus restos ya descansan en el Cementerio del Buceo. Fue relator de la Vuelta Ciclista del Uruguay y en la década de 1970 salió al aire con La Rueda de Záccara, uno de los programas más longevos de la radiofonía nacional.

Záccara tenía una extensa trayectoria periodística, sobre todo a nivel radial. Incluso trabajó en radio Rural hasta ser internado pocos días antes de su fallecimiento.,

Según información difundida por el diario La República en base al testimonio del periodista Luis Parodi, Záccara comenzó su actividad en los medios en la prensa escrita, llegando a ocupar el cargo de Secretario de Redacción en La Mañana y El Diario.

En radio, comenzó su carrera en la vieja Radio Sport como relator de la Vuelta Ciclista. Según Parodi, «fue uno de los narradores que tuvo la característica de trasmitir al oyente los esfuerzos, los sentimientos, el ambiente del ciclista en su largo peregrinar en pos de la meta. Comentarios muy sentidos, que llegaban a emocionar, y que él generalmente terminaba con su «lindo, lindo, lindo».

El matutino recuerda que «en la década del 70, fundó La Rueda de Záccara en las mañanas de domingo de Radio Centenario, emisora en la que también fue relator de fútbol. La Rueda de Záccara fue un programa familiar, desestructurado, que hacía participar y cantar a toda la familia, y que hasta hace pocas horas salía al aire de 4 a 5 de la madrugada en CX4 Radio Rural. Záccara llevó este programa a la televisión y durante años se emitió por Canal 5 con el nombre de La Rueda del Cinco. En 1986, el comunicador volvió con La Rueda a Radio Sport, y en la misma emisora formó una dupla inolvidable en las trasmisiones de ciclismo junto a Alberto Flangini».

Isidro Záccara había nacido el 6 de diciembre de 1927.