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Actitud de nostalgia y fútbol JUCEDA

LA OPINIÓN EN EL URUGUAY. Desde Paysandú, Juan Ramón Silvera para Diario Uruguay.

Julio César Damico (JUCEDA) fue el Director de la Página Deportiva por años de “El Telégrafo”, el diario del Paysandú pujante, el periódico cómplice de los sucesos más espectaculares del deporte sanducero, el apasionante periódico y de lo mejor de la región. Los que alguna vez estuvimos en el deporte sabíamos de su importancia de información y desarrollo de nuestro deporte en general, estuvo lo mejor del siglo veinte, hablo solo, exclusivamente, de deportes y de su página.

El que conocía a Julio, sabía que no había nadie, tan, pero tan imparcial y de palabra, siendo el director de la página deportiva le costó un montón de enfrentamientos con distintos actores de la época de diferentes deportes y con los mismos empresarios y dueño del mismo diario de mayor tirada del interior.

«El fundamento del periodismo es buscar la verdad y contarla»

Ya hizo eso desde el principio de su mandato en el periódico, donde aglutinó a periodistas deportivos de categoría, especializados en casi todas las ramas del deporte, pero su pasión era el fútbol, las noches de Parque Artigas, campeonatos locales, si bien era hincha del Paysandú Wanderers, era su más crítico exponente demostrando a todos, su imparcialidad.

Su forma de ser periodismo de verdad, sin importarles los mezquinos intereses, de los empresarios, manteniendo el deporte en un status donde todos los pudiéramos entender, sin pelotas ovaladas y velas a doquier y donde impuso controles férreos para que la dudosa atribución de fuentes no fuera un lugar común al que los periodistas se agarraran para simular sabiduría.

Todos los deportes debían tener su espacio, espacios que estaban ganados por derechos en lo social y cultural y no tanto económicos donde hoy sobresalen deportes muy ricos económicamente y de poco arraigo de pueblo y cultura.

El que no lo conocía a Julio, sabía que de simpático no tenía nada, pero el viejo tiene un corazón único, una enciclopedia y una memoria excepcional, porfiado al máximo. Una manera muy especial de hacer y ver el periodismo, me decía que a veces discrepaba con algún colega que tenía a cargo, pero me decía, que él no adoctrinaba a nadie, cada uno era libre de escribir lo que le parecía, era una forma de que todo sea creíble, tuvo que pasar un par de años después de su jubilación para darnos cuenta, de cuánta razón tenía. Yo entendía poco de todo, jugaba y empezaba a ser entrenador y me decía que tenía que separar al jugador de fútbol del entrenador, que no era compatible una cosa con otra, en aquel momento no me daba cuenta, sólo el tiempo y las cuadras de ventajas que me llevaba, al fin me di cuenta.

Una personalidad única, una forma de pensar diferente, con una visión social del deporte que lo llevaba a su vida personal, con su impronta socialista lo hacía diferente al resto.

Desde la discrepancia podés ser un gran compañero, de alguna tertulia con algún vino rosado, varias noches de querer cambiar el rumbo y el mundo. Discusiones sobre táctica y estrategias, política donde ahí es donde concordamos más, una visión única sobre el mundo de la política, si bien nunca hizo política, estaba muy cerca de ser pueblo, tan cerca que fue pueblo.

Hoy con una lucidez envidiable para la edad, sigue metiendo algún bocadillo por redes sociales, sobre deporte especialmente, fútbol y defensor de los gobiernos socialistas, sin cambiar un ápice de lo que pregonó toda su vida.

Guiarnos por las apariencias hace que definamos a las personas por su imagen, cuando en realidad, las personas se definen por sus actos y por quiénes realmente somos. Todos los que una vez estuvimos en el deporte y sufrimos alguna crítica directa, por una actuación o una mala conducta o deficientes rendimientos, por supuesto, que molesta mucho, “pero si tienes autocrítica molesta menos, siempre me repetía lo mismo y es una de las razones más grandes, carecemos de autocrítica y es por eso que siempre vemos enemigos por todos lados”.

Su jubilación, mis responsabilidades, nos marcaron caminos diferentes, de vernos muy poco o casi nada, por supuesto que extraño una inversión millonaria que hacía al escuchar al viejo rezongón!, una riqueza única y una visión diferente que yo le iba robando, que me hacía un poquito rico cada vez que lo encontraba y él me buscaba, me parece que era interesante lo que yo le aportaba, teníamos enormes diferencias, pero siempre dentro del respeto que le tenía, yo que sé cómo lo veía, un ídolo, un padre, un consejero, por eso te dije antes, yo que sé cómo te veía, fuiste un grande, te extraño y el deporte ni te cuento, pero lo que más se te extraña es tu criterio único e invalorable.

Te extraño JUCEDA y te puedo asegurar, y pongo las manos en el fuego, que no soy el único.