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Durazno nuevo con Gustavo Rigamonti hoy: «No tuve nada que ver con el caso de Fernando Casanova. Lo que me hicieron el año pasado no se lo deseo a nadie»

POR EL INTERIOR DE LA OFI. Desde Durazno, Mauricio Delgado | 28/03/2018. 

 

«Quedó atrás», afirmó Rigamonti, a quien se lo acusó por el «extravío» de la documentación.

 

Generalmente, el trabajo de un delegado, médico, quinesiólogo, equipier, preparador físico, etc., en un club o selección pasa prácticamente desapercibido para el público común, aquel que abona la entrada y solo concurre los días del partido. Sin embargo, aquellos que estamos inmersos en el día a día, en esta hermosa profesión, vemos la tarea que cumplen cada uno de ellos, con el amor y el cariño que lo hacen —muchas veces, de forma desinteresada—, le damos la valía e importancia que corresponde y conocemos de primera mano lo que significan para el equipo. Y más en el caso del delegado, quien es el que lleva todo el papeleo y se encarga de elaborar el formulario correspondiente para presentar ante la terna arbitral; por lo tanto, no puede dejar nada al azar y no se le puede escapar ningún detalle. Además, controla que todo esté en orden en el equipo rival, en cuanto a las amarillas y la reglamentación, porque, de constatar un error, puede reclamar los puntos, como ha sucedido en un montón de ocasiones.
Reconociendo esa labor, El Acontecer dialogó con el delegado de la selección mayor de Durazno, Gustavo Rigamonti, quien cumple dicha tarea desde el año 2013.

UN ORGULLO

«Estoy muy contento, muy feliz, pasando por una etapa de mi vida muy divina», dijo Rigamonti, previo al primer duelo final Lavalleja-Durazno, el sábado pasado. «Es un orgullo y estoy muy agradecido con la gente que ha confiado en mí. Este año, gracias a la Dra. María Laura López y a los neutrales, por todo el apoyo que me brindaron y la confianza que depositaron en mí persona para ser nuevamente el delegado, al cuerpo técnico, a los jugadores, que son unos leones, el agradecimiento enorme por dejarme ser parte de esto tan lindo», agregó.

DOS TÍTULOS

Rigamonti contó a El Acontecer que tiene dos títulos del Sur, logrados en 2016 y 2018, y un vicecampeonato del Interior, en la recordada final que caímos frente a Nueva Palmira.
Para él, la final con Lavalleja es una especie de revancha, y destacó lo lindo que tiene el fútbol y el ser de Durazno. «De repente, en otros departamentos, no tenés la posibilidad tan rápidamente de tener la revancha. Sabemos que estamos en Durazno, sabemos valorar los jugadores que tenemos y que la revancha está siempre a la vuelta de la esquina. Hoy me toca esta revancha a mí, como a muchos de ellos, y sé que vamos a salir adelante», sostuvo.

SILENCIOSO Y RESERVADO

Sobre la tarea que desempeña, la que realiza con mucho cariño, dedicación y profesionalismo, dijo que es silenciosa, que muchas veces no se ve y que le insume una enorme responsabilidad, porque no se le puede escapar ningún detalle. «No solamente los detalles de mi trabajo, que es muy silencioso, que muchas veces no es muy visto, que es muy reservado, que hay que tener mucho cuidado, mucha cautela con lo que uno hace. Aparte de eso, controlar las demás selecciones, que también es importantísimo: controlar las amarillas, que esté todo reglamentariamente correcto», explicó Rigamonti.

EL TRAGO AMARGO

Para Rigamonti, lo sucedido en 2017 fue un trago amargo, que quedó atrás, más allá de que le generó mucho dolor y se sintió herido.
Todos recordarán el caso Fernando Casanova y lo sucedido con la «pérdida» de su documentación para evitar que jugase el encuentro revancha por la semifinal del Sur frente a Paso de los Toros, al encontrarse inhabilitado, porque no fue inscripto en tiempo y forma.
«Quedó atrás», afirmó Rigamonti, a quien se lo acusó por el «extravío» de la documentación. «No te voy a negar que me sentí muy dolido, muy herido, por lo que me hicieron. Por suerte, después salió todo a luz y se supo la verdad», expresó, y agregó: «No tuve nada que ver con el caso de Fernando Casanova. No tengo rencor, sí me dolió mucho, por lo que uno hace, por cómo uno trabaja. Lo que me hicieron el año pasado no se lo deseo a nadie. Por suerte, se aclararon las cosas, sabemos quiénes fueron los culpables y ahora tengo la revancha. Siempre confío en el de arriba, que es sagrado para mí».