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Fútbol Uruguayo

Temen que Figueredo escupa todo

FIFA GATE. El mecanismo judicial de la delación compensada, empleado por Chuck Blazer para evitar penas mayores entregando información al FBI, podría rebajar una eventual condena al expresidente de la Conmebol, el uruguayo Eduardo Figueredo, quien se encuentra detenido por el caso de corrupción generalizada que afecta a la FIFA y diferentes confederaciones.

La situación se complica para los directivos de la confederación porque Figueredo puede convertirse en Chuck Blazer, el exdirigente que admitió que él y otros miembros del comité ejecutivo de la FIFA aceptaron sobornos

En declaraciones a la radio uruguaya Sarandí, el fiscal Juan Gómez, asignado al caso de los ilícitos investigados por la justicia uruguaya, explicó que «las condiciones para que se dé ese acuerdo es que esa persona (Figueredo, expresidente de la Asociación Uruguaya de Fútbol y directivo de la Conmebol) revelare la identidad de autores, coautores, cómplices o encubridores”.

Figueredo fue el eterno secretario ejecutivo de la Conmebol, mientras el presidente Nicolás Leoz ejercía su extenso mandato bajo un régimen que mantenía los equilibrios políticos con la entrega de beneficios y cargos a los representantes de las distintas federaciones de la Confederación Sudamericana.

Actualmente, Figueredo, de 83 años, se encuentra detenido y pedido en extradición a Suiza por parte de Estados Unidos. El semanario uruguayo Búsqueda expresó que Figueredo busca un acuerdo con la justicia para tener una pena reducida en su país de origen, por delitos que van desde estafa a la asociación para delinquir, en un caso que involucra la atribución de derechos de televisión.
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Varios exdirectivos de la Conmebol están detenidos por el escándalo de corrupción de la FIFA, como Carlos Chávez. Están cuestionados legalmente por haber recibido 1,5 millones de dólares como soborno por los derechos comerciales pagados por la Copa América de 2013.
La situación se complica para los directivos de la confederación porque Figueredo puede convertirse en Chuck Blazer, el exdirigente que admitió que él y otros miembros del comité ejecutivo de la FIFA aceptaron sobornos en relación con la elección de Sudáfrica como sede de la Copa del Mundo de 2010.
En 2011 llegó a un acuerdo con la Fiscalía de Estados Unidos para colaborar de manera encubierta en la investigación que supuso la detención de 14 personas, entre dirigentes y empresarios, por crimen organizado, fraude y lavado de dinero.

Blazer comenzó a enriquecerse durante sus años vinculado a la Concacaf (Confederación de América del Norte, Central y el Caribe), según reveló una investigación interna. Con una fortuna de hasta 22 millones de dólares escondidos en diferentes sociedades pantalla, Blazer se regaló una vida de lujos sin ninguna privación y luego traicionó a la FIFA.

 

FUENTE: paginasiete.bo