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Fútbol Uruguayo

Señores: no hay peor ciego que el que no quiere ver. Ahora cambia el modelo. Se terminó la asamblea de clubes donde dominaba el poder de Casal con instituciones que, como reveló el presidente de River, le debían favores

FUTBOL URUGUAYO INTERVENIDO. 

Acá todos saben como se firmaron algunos contratos de derechos, entre gallos y medianoche. Entonces, los jugadores piden lo que los dirigentes no hicieron durante 20 años. Revisarlos. Darse cuenta que el mundo cambió.

Hay hechos que llamaron la atención. La necesidad expresada por los candidatos a presidir la AUF de desmarcarse de Francisco Casal. La desesperación de varios dirigentes por extender contratos de derechos de televisión hasta 2032. La negación al informe de una empresa internacional que concluyó que el fútbol uruguayo genera 50 millones de dólares. La misma negativa que dieron varios para votar a favor de una oferta de 5 millones contra 24. Los dirigentes, que se autoproclaman dueños de la AUF, estuvieron a punto de perder un negocio que terminó reportando US$ 24 millones por la camiseta celeste. Lo decidió OFI, lo remató Rampla.

Señores: no hay peor ciego que el que no quiere ver.

Esto arranca hace muchos años atrás. Fueron muchas las desprolijidades. El poder dominante en el fútbol uruguayo dominó todo hasta que los jugadores de la selección salieron al cruce.

Y les abrieron los ojos a la clase directriz de un fútbol uruguayo que durante años durmió arropada por contratos y un sistema que le impide votar con libertad, como lo expresaron los propios seleccionados en sus comunicados.
Ahora los dirigentes quieren demostrarle a la FIFA, mediante un comunicado, que veían las elecciones como una oportunidad para el cambio. Expresaron que habían pedido revisar todos los contratos, establecer auditorías y un fútbol viable a nivel local. El problema es la credibilidad que perdieron. Porque todo esto lo vienen anunciando desde hace años.

Lo que quieren los jugadores
Lo curioso es que haya gente que no perciba los reales motivos de la pelea de los jugadores. ¿No se dan cuenta que cuando los cuadros uruguayos salen al exterior somos Bolivia? No le ganamos a nadie. Eso lo quieren cambiar potenciando la liga local. ¿Cómo se potencia? Con clubes fuertes no pidiendo limosnas.

Acá todos saben como se firmaron algunos contratos de derechos, entre gallos y medianoche. Entonces, los jugadores piden lo que los dirigentes no hicieron durante 20 años. Revisarlos. Darse cuenta que el mundo cambió. Pero acá hay un poder dominante que, avalado en los contratos justo es decirlo, manda a su real antojo.
Los jugadores salieron decididos a enfrentarse al poder de Casal. Fue una guerra sin cuartel.

Los futbolistas dejaron en claro su postura en uno de sus tantos comunicados: “Hace años que el plantel de la selección pelea por democratizar todas sus estructuras. Solo así se librará del yugo de intereses ajenos y no seguirá vendiendo su rico patrimonio al bajo precio de la necesidad”.

Un claro mensaje para la clase directriz que siempre golpeó la misma puerta y que quedó comprometida a la hora de votar. Lo expresó el propio presidente de River Plate, Willy Tucci, a El Observador: “Nosotros somos responsables de pagar las deudas el último día, de que nos den la plata para los salarios, eso tenía un costo después a la hora de tomar decisiones. Es algo que todos saben”.

Sin ir más lejos el propio Fredy Varela, presidente de El Tanque Sisley, reveló: “Tengo que defender los derechos de Tenfield”. Hoy, que no le dieron la plata para jugar, está enfrentado en un juicio. Todo dicho.

En medio de la batalla se mezclan los intereses. El exneutral Alejandro Balbi lo dejó claro al decir en Sport 890: “Acá la pelea es mucho más profunda. Pasa por encima de los dirigentes uruguayos. Los misiles pasan por arriba de la AUF. Acá hay una guerra empresarial contra dirigentes. Todo incide, la postura de los jugadores de la selección, lo que pasó con la Mutual, la postura de los árbitros encabezada por el gremio por sus derecho de imagen. Todo válido, pero debemos analizar el bosque no el árbol. Todos estos factores son los que influyen. Acá es mucho más complejo el tema, hay cosas que se pueden decir y otras que no pero uno que está en la cocina las sabe”.

¿Qué es lo que no puede decir Balbi? Que la lucha es entre la Conmebol y Francisco Casal. La movida de los jugadores y los árbitros por sus derechos de imagen, lo que pasó en la Mutual y el escándalo de las elecciones en la AUF llegaron a oídos de la Conmebol. Ahora buscan al culpable o “al buchón” como dicen algunos dirigentes, en lugar de hacerse una autocrítica. Y como la Conmebol está enfrentada a Casal, al que le cerró la puerta para televisar sus torneos y al que llevó a juicio, aprovechó la volada para denunciar el hecho ante FIFA.

¿Que en la Conmebol no son santos? Es obvio. Muchos están presos pagando lo que hicieron. Pero yo vivo en Uruguay y me importa lo que pasa acá. Las denuncias de los jugadores de la selección en sus comunicados no las ve el que no las quiere ver. Y acá hasta la clase política ha mirado para el costado. De todos los partidos, ni uno elevó la voz.

Ahora cambia el modelo. Se terminó la asamblea de clubes donde dominaba el poder de Casal con instituciones que, como reveló el presidente de River, le debían favores.

Por estas horas los dirigentes hablan de atropello, de dictadura. Les avisaron. No una, fueron dos, tres, cuatro veces. Pero pensaron que esto lo llevaban como muchas cosas, “de vivo”. Cuando pretendieron invadirles la chacrita pusieron en práctica la “viveza”. Se terminaron dando de frente contra la pared.

Ahora quieren ir a explicarle al TAS que estaban en el camino del cambio. No tienen autocrítica. No miden ni las consecuencias. Estuvieron 20 años para hacer cambios y lo único que cambiaron fueron los años de extensión de los derechos de televisión.

 

Fuente: El Telégrafo de Paysandú