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Fútbol Uruguayo

NINGUNEADO: Robert Siboldi lo dejó todo. Creyó en el actual entrenador de la selección de Uruguay y ese compromiso, Tabárez nunca lo cumplió

URUGUAYOS CAMPEONES EN MEXICO. La promesa incumplida del actual estratega de Uruguay marcó la trayectoria dentro del futbol profesional del entrenador de Santos, quien llevó al título a la escuadra de Torreón, a pesar de que hubo quienes no confiaban en su capacidad como DT.

Robert Dante Siboldi desapareció en el Estadio Nemesio Díez. Se fue al vestidor, a disfrutar, solo, el éxito: el campeonato. Entre tantos que entraron a la cancha de los Diablos, nadie supo en qué momento se fue. Pocos hablaron con él, dejó el protagonismo para sus jugadores, y apenas habló tres minutos antes de subir al camión de Santos. “Nadie creía en mí”, dijo.

El uruguayo Siboldi logra su primer título con apenas 33 partidos dirigidos en la Liga MX, con el club Santos Laguna, y le tapa la boca al maestro Tabárez.

Siboldi siempre fue contracorriente. En Montevideo, Uruguay, hace 35 años, había un niño que no sabía qué hacer con su vida. No importaba la indecisión, él seguía. Por la mañana moldeaba figuras en un torno, por las tardes forjaba la ilusión de ser futbolista y en la noche estudiaba. El futuro era incierto.

Ese muchacho, que le apodaban el Flaco, nació a unos kilómetros del estadio Centenario, sede de la primera Copa del Mundo, pateaba maderas, trapos o lo que se le pusiera enfrente y hasta los 15 años entró por primera vez al inmueble en el que la selección de Uruguay levantó la primera de las dos copas que lo avalan como campeón del Mundo. Se probó en Peñarol, porque un amigo lo invitó y ahí cambió su vida.

En los Carboneros conoció al Maestro Tabárez y éste le hizo una promesa: “Venite para acá, vas a rolar con el arquero suplente los viajes y las salidas a la banca”. Siboldi lo dejó todo. Creyó en el actual entrenador de la selección de Uruguay y ese compromiso nunca se cumplió.

La promesa de Óscar Washington Tabárez siempre rondó en la cabeza de Siboldi. A partir de ahí se empeñó en ser futbolista profesional; demostrar que el Maestro Tabárez se equivocó al no cumplir lo que le dijo. Debutó con Peñarol y tres veces fue campeón, dos en la liga local y otra en Copa Libertadores. Vino a México, donde jugó con Atlas, Cruz Azul, Puebla, Tigres y se retiró en los Gavilanes de Nuevo Laredo, un club que militó en la División de Ascenso y desapareció por adeudos de sus jugadores.

Siboldi colgó los guantes e inició otro reto: ser entrenador. Tocó puertas y el Cruz Azul le abrió una, para dirigir en divisiones menores. Dorados también lo contrató para estar al mando en el Ascenso y luego Santos lo trajo de vuelta para ser el encargado de las fuerzas básicas.

«Me encanta la formación, me gusta mucho el poder estar en un proceso formativo con jóvenes, pero yo me preparé para dirigir. Tuve muchos torneos dirigiendo en la Liga de Ascenso, en Segunda División, tuve todo el proceso como entrenador y estaba esperando una oportunidad”, contó Siboldi, cuando fue nombrado interino de Santos.

Santos confió en él. Le entregó la dirección técnica del primer equipo y Siboldi evitó las promesas falsas a sus jugadores, siempre fue de frente.

«Me prometí que no iba prometer algo que no pudiera cumplir y que eso marcara la vida de una persona”, confesó alguna vez el uruguayo.

El muchacho que no sabía qué iba a pasar con su vida a los 17 años, a los 52 es uno de los técnicos con menos partidos dirigidos (32), que ha sido capaz de levantar un título.

«Demostré que se podía; demostré que era capaz a la gente que no creía tanto en mí”, dijo antes de subir el camión que lo llevó a festejar con la gente de La Comarca Lagunera.

Fuente: excelsior.com.mx