Inicio » Hay un grado de desvergüenza importante en todo el fútbol
Fútbol Uruguayo

Hay un grado de desvergüenza importante en todo el fútbol

FIFA GATE. Joseph Blatter se está yendo del mundo del fútbol. Y después de cuarenta y cinco años de flotar en la piscina del poder, se irá mojado, pero no sin antes salpicar a quienes lo dejaron solo en el agua. Michel Platini, hasta hace unas semanas el candidato perfecto para dirigir el fútbol, quedó empapado y ahora corre con varias vueltas menos. Su prestigio está muy devaluado, no ha podido explicar el cobro de dos millones de dólares recibido de la FIFA. Franz Beckenbauer, tan ufano de haber llevado a la victoria la candidatura de Alemania para el Mundial 2006, parece bastante húmedo también.

Al escándalo por el fraude de Volkswagen acaba de sumarse la acusación de que Alemania habría comprado votos para obtener la sede de ese Mundial. Siempre fue muy sospechada aquella elección del año 2000. Sudáfrica era superfavorita para ganar la sede. Sobre la hora Alemania sumó adhesiones y emparejó. Estaban 12 a 12, pero al momento de sufragar, desapareció Charles Dempsey, delegado de Nueva Zelanda que había comprometido su apoyo a Sudáfrica. Mientras el resto del comité ejecutivo lo esperaba en la sala de sesiones, él estaba arriba de un avión, huyendo de Zúrich. Dempsey, de 86 años, esgrimió “presiones intolerables” y se fue. “Pero se fue con 250.000 dólares en su cuenta”, dice el periodista inglés Andrew Jennings en su libro Omertá. El empate hubiese obligado a definir al presidente. Y Blatter había manifestado previamente que era el momento de llevar la Copa al continente negro. Claro que si daba semejante triunfo a Sudáfrica se habría enemistado para siempre con Alemania (nunca aconsejable). Dempsey le ahorró el problema: se fue y así les sirvió en bandeja el triunfo a los germanos por 12 a 11. Beckenbauer ajustó el nudo de su corbata y subió al escenario, siempre con su compostura ejemplar y su media sonrisa. Pero ahora lo están acusando dentro mismo de su país. Franz era el presidente del Comité de Candidatura, que hizo un misterioso pago de 6,7 millones de euros. “El pago era un fondo para adquirir votos”, acusó mediante un comunicado Theo Zwanziger, expresidente de la Federación Alemana de Fútbol. “El dinero se destinó a comprar los cuatro votos asiáticos”, aseguró la revista Der Spiegel. Zwanziger aclaró: “No ha sido algo que ha hecho Franz Beckenbauer por su cuenta, los principales dirigentes del comité organizador lo sabían, Wolfgang Niersbach, Horst R. Schmidt y Fedor Radmann”. Niersbach es el actual titular del balompié alemán.

Beckenbauer ha querido aclarar, pero como sucede en estos casos, se manchó más. Luego admitió su error en haber realizado aquel pago. Otro episodio bochornoso que FIFA trató de tapar. Sin embargo, ahora que se hunde el barco, todos se pisan con tal de salvar su reputación (o algo más grave).

Abandonado por sus compañeros de comité, en cada entrevista que concede Blatter desliza pecados de los demás miembros de FIFA. Acusó directamente a Platini de ser el inspirador del triunfo de Catar como organizador del Mundial 2022. Y envolvió también al expresidente francés Sarkozy. Despechados, otros dirigentes le apuntan al suizo: “Posiblemente sea cierto que Blatter no -aceptara coimas, por ese lado no han podido pescarlo, pero es que no le hace falta, él cobra un sueldo de 2 millones de dólares mensuales”. Un poco más que el salario de Messi, el más alto del fútbol, con 1’945.000 dólares cada treinta días.

Los dirigentes sudamericanos se ven algo soliviantados cada vez que salen a la luz miserias europeas. Pero tampoco tienen tregua. “Conmebol es campeón de la corrupción”, declaró el viernes Javier Tebas, presidente de la Liga de Fútbol Profesional de España (LFP), de visita en Bolivia. Lo hizo en una entrevista concedida al diario La Razón, de La Paz. Tebas dice que la ola de denuncias y acusaciones en la cúpula del fútbol “es imparable; el sistema va a caer”. Pese a su cargo y a que la LFP pertenece a la Federación Española, es un enemigo acérrimo de su titular, Ángel María Villar. Se reconoce como un luchador. “Llevo diez años luchando no solo contra la corrupción dentro de la FIFA, sino también en la Federación Española de Fútbol”.

Tebas enumera las causas por las cuales entabló una guerra contra Villar: gastos injustificados en las cuentas, viajes suntuosos de los dirigentes, compra de material con precios sobre valor, ausencia de licitaciones en la venta de derechos de televisión. “Son muchas cosas”, dice. El periodista Jorge Asturizaga le pregunta quiénes lo acompañan en esa cruzada. Responde: “Varios en diferentes niveles. El mes pasado la Asociación de Ligas Europeas sacó una nota bastante dura contra la FIFA. Los clubes saben que hay que cambiar las cosas. Unos lo dicen muy alto, otros en tono bajo. Los que no quieren cambiar son los que dirigen el sistema. Ellos prometen que habrá transparencia, pero no les creemos”.

La Conmebol sigue reconociendo como presidente de la Federación Boliviana a Carlos Chávez, preso desde julio último. “Eso es un acto de corrupción”, dice Tebas. “Es decir, ‘yo te ayudo, Carlos Chávez, y tú me ayudas a mí luego’, es protegerse unos a otros”. La Conmebol aprovecha ese desconocimiento para no pagarles a los clubes bolivianos sus premios por la Copa Sudamericana. Pero Real Potosí, que disputó el torneo, anunció que hará juicio a la Confederación por impago.

Siempre oscura en sus procedimientos, la Conmebol anunció pomposamente el fin del contrato con Datisa, algo que debió hacer inmediatamente que se supo de las coimas pagadas por esa empresa a directivos de Conmebol a cambio de los derechos de cuatro ediciones de la Copa América. No lo hicieron para que Datisa organizara la de Chile 2015. Ahora lo anularon por la Copa Centenario, pues se jugará en Estados Unidos y ese país no permite que actúe en su territorio la empresa cuyos ejecutivos están detenidos o prófugos de su propia justicia. Pero el contrato por las copas de 2019 y 2023 sigue firme. Hay un grado de desvergüenza importante. Aparte, en el comunicado se aclara que la rescisión es de mutuo acuerdo, o sea, Conmebol no rompió con la empresa corruptora. Ahora la inefable entidad promete vender los derechos mediante “un proceso nuevo y transparente”. Quienes lo aseguran son los mismos que firmaron el contrato anterior. ¿Por qué no fue transparente antes…? (O)

Abandonado por sus compañeros de comité, en cada entrevista que concede Joseph Blatter desliza pecados de los demás miembros de FIFA.

 

 

Fuente: El Universo