Inicio » ¿De qué fútbol profesional me hablás? Aquí está el documento donde dice que 258.130 pesos cuesta jugar un partido profesional de Segunda División de la AUF
Fútbol Uruguayo

¿De qué fútbol profesional me hablás? Aquí está el documento donde dice que 258.130 pesos cuesta jugar un partido profesional de Segunda División de la AUF

FUTBOL URUGUAYO FUNDIDO. Sobre este tema el 23 de abril de 2015, salía un informe especial en el diario La República, titulado: INFORME. SE JUEGA A DÉFICIT, LOS JUGADORES NO COBRAN, LOS CLUBES ESTÁN ENDEUDADOS Y LA SITUACIÓN ES CAÓTICA
Segunda División ¿Profesional?: “El caos del ascenso”

 

“Hay equipos sin sede, que no tienen donde entrenar o una cancha en condiciones dignas. La categoría se ha desvirtuado y es casi irrisorio decir que es profesional”

“La Segunda División una de las pocas cosas que tiene de Profesional es el nombre”. Así nos definió Elías Zumar, presidente de la Mesa Ejecutiva de la Divisional a la ex “B” cuando lo llamamos para hablar de su realidad, los problemas económicos que pasan gran parte de sus jugadores y entrenadores, sueldos mínimos que no se respetan, canchas que dejan mucho que desear y un camino que tiende al olvido en el gran escenario del fútbol.

En la categoría, conviven realidades muy diferentes como la de Liverpool (primero del torneo con ocho puntos de distancia sobre el segundo (Plaza Colonia) que según Paulo Pezzolano “tiene un presente mejor que muchas instituciones de primera división: está al día, tiene una concentración y campos de entrenamiento magníficos, una estadio como el Belvedere con un piso estupendo, concentra antes de cada partido y le otorga todo al futbolista para que se dedique a entrenar y jugar”. Por contrapartida está Progreso (último en la tabla de posiciones, a 30 puntos del negriazul) y con problemas económicos gravísimos que afrontar.

“Casi todos los jugadores tenemos que trabajar en otro lado para vivir. En el club solo cobramos los subsidios de la AUF y el resto nada. Hasta hemos tenido que hacer colectas para bancar boletos o platos de comida de algún compañero que la estaba pasando mal”, explicó el volante de los “Gauchos del Pantanoso”, Diego Cordero.

Esta situación es la que viven la gran mayoría de los equipos que se desempeñan en la divisional: “Hay equipos sin sede, que no tienen donde entrenar o una cancha en condiciones dignas. La categoría se ha desvirtuado y es casi irrisorio decir que es profesional”, explicó Zumar quien más tarde agregó: “hay un desarraigo que se tenía antaño con los barrios. La gente, hinchadas, los que apoyaban se han ido alejando y hoy a los partidos en gran parte de los casos van algunos incondicionales más los padres de los jugadores, novias, familiares y poco más.

Los dineros no alcanzan, las directivas de los clubes están menguadas y los cuadros que están bien son gerenciados, o tienen el aporte de alguien con posibilidades”.

Para Fabián Pumar, vicepresidente de la Mutual Uruguaya de Futbolistas Profesionales, la Segunda División: “profesional no es. Tiene algunos equipos que se manejan de esa forma, pero para la mayoría es amateur o peor. Muchos futbolistas que van a jugar al interior la pasan muchísimo mejor que jugando en la ex ‘B’”.

De la “A” en la “B”

Al mencionar a Liverpool, rápidamente uno se hace la composición de lugar de que su estadía en la Segunda División Profesional es un accidente: “las posibilidades que nos da el club a nosotros capaz que las encontrás solo en 3 o 4 equipos de la ‘A’” comentó Paulo Pezzolano, jugador y referente de los negriazules. “En nuestro fútbol a veces saber que tenes todo – cobras al día, entrenás con las comodidades e implementos necesarios, concentras, la alimentación es la adecuada- , se transforma en una mochila porque te da la responsabilidad de que no podes fallar”, comentó.

Pezzolano, quien ya supo jugar en la “B” defendiendo a Rentistas explicó que la divisional “es difícil porque las canchas, el entorno y sobre todo cuando jugás de visitante no es lo mismo que en primera. En el Belvedere siempre la concurrencia es buena y las condiciones para jugar son óptimas y eso motiva al rival porque además juegan con un equipo como el nuestro que tiene jugadores como Junior Arias o Emiliano Alfaro que son de muchísimo nivel y te quieren ganar como sea”.

Además complementó diciendo “adentro de la cancha son once contra once y a veces se sacan cosas que ni el entrenamiento te lo da, como pasó el fin de semana pasado ante Progreso”, donde empataron a uno por bando. Por último al ser consultado sobre cómo se le explica a jugadores de mucho nivel que tiene su equipo lo que significa jugar en la ex “B”, Pezzolano finalizó diciendo: “Es que hasta que no lo vivís, no lo entendés. Es una divisional donde hay cuadros que no le pagan a sus jugadores, no concentran, a veces no tienen ni para bañarse con agua caliente y es una realidad del fútbol uruguayo que hasta pasa en conjuntos de la “A”. Por eso los mayores tenemos que tratar de hacerle entender a los más jóvenes del plantel el privilegio que tienen de jugar en Liverpool”.

“No existe el mes a mes”

La realidad para el joven volante de 22 años en Progreso, Diego Cordero, es absolutamente diferente a la de su colega. “Es muy difícil porque las pocas noticias que recibimos nunca son buenas, son de las otras. Nunca hay nadie, dirigentes no están y se vive cada día la falta de cosas básicas” comentó el futbolista. El mismo, entrena diariamente por las mañanas en la institución de La Teja y trabaja en un taller de chapa y pintura entre 6 y 8 horas: “y es una situación que vivimos casi todos. En muchas oportunidades hay compañeros que avisan que les salió una ‘changa’ y no pueden venir a entrenar y es entendible. También ha sucedido que hay partidos amistosos en la tarde y muchos no pueden asistir por cumplir con sus otros trabajos”.

Cordero a la hora de hablar de la parte económica fue claro al decir: “los cobros que tuvimos fueron los subsidios que otorgó la AUF y después olvidate. Es en esa instancia que agarramos dinero, porque el mes a mes no existe”. Además el futbolista no dudó en contar que en varias oportunidades “tuvimos que hacer colectas entre los integrantes del platel para bancar boletos o platos de comida de algún compañero que la estaba pasando mal. Se había llegado a un punto que para muchos se hacía imposible de sobrellevar”.

El plantel de Progreso previo al inicio de este torneo había realizado un paro por las deudas y ante una falsa promesa recibida decidieron seguir adelante “vino quien era el presidente de la institución, Eusebio Javier y se comprometió a que iba a estar el dinero. Nosotros creímos en él y nos fallaron”. Por último el volante explicó que en el equipo “tratamos de dejar todo en cada partido para ir cumpliendo objetivos, el primero de ellos y lejos de pensar en el mentado pase al exterior, se basa en llegar a una institución que nos pueda cumplir con el sueldo cada mes”.

 

“Sabemos de la situación. Pero lamentablemente son los mismos futbolistas los que generan que no podamos activar ningún mecanismo de defensa, ya que al firmar el recibo por el mínimo estipulado, cobrar menos en la mano, algunos $5.000, otros $2.000 y no denunciarlo, nos atan de pies y manos”.

 

Firman por el mínimo y cobran aún menos

El sueldo mínimo para un futbolista que juega en la Segunda División Profesional es de poco más de 15 mil pesos por mes. Pero es casi un secreto a voces que varias instituciones hacen firmar a sus jugadores por esa cifra, pero que luego a la hora de abonar y jugando con la necesidad de los futbolistas, lo hacen en montos menores.

Para el secretario de la Mutual Uruguaya de Futbolistas Profesionales, Fabian Pumar esto no es algo nuevo: “sabemos de la situación. Pero lamentablemente son los mismos futbolistas los que generan que no podamos activar ningún mecanismo de defensa, ya que al firmar el recibo por el mínimo estipulado, cobrar menos en la mano, algunos $5.000, otros $2.000 y no denunciarlo, nos atan de pies y manos”.

A su vez explicó que “a veces es tal la presión y las artimañas que hacen los clubes que al momento de firmar el contrato, los presionan a que hagan los mismo con los doce recibos mensuales y quedan los jugadores expuestos a cobrar nada siquiera. Es una extorsión, pero sin una denuncia de los futbolistas no podemos tomar cartas en el asunto”. Pumar explicó que esto les genera “mucha impotencia porque es algo que pasa pero de lo cual no podemos hacer nada. Es una situación que va en contra de los estatutos y por ende de todos los compañeros que hoy están sin trabajo”.

“Se pierden entre 30 y 40 mil pesos por juego”

Pero a la situación de los números en rojo de los jugadores, hay que sumarle a su vez los costos que necesita la divisional para funcionar. Elías Zumar, presidente de la Mesa Ejecutiva, comentó que “se precisan unos 12,5 millones de pesos anuales (alrededor de 550 mil dólares) para realizar el campeonato. Eso, en la situación actual, es imposible de bancar y por eso se generan déficits”.

El neutral agregó que “los clubes reciben por mes un poco más de ocho mil dólares por derechos de televisación y un presupuesto promedio de un club que presente las cinco categorías de inferiores ronda los 18 o 20 mil dólares”. Por último explicó que en la actualidad en la gran mayoría de los juegos se va a pérdida: “un partido de costo te sale 60 mil pesos y si se venden unas 120 entradas se recaudan unos 30 mil, más o menos. De esta forma se pierden por juego entre 30 y 40 mil pesos”.

Cristhian Gutiérrez, el goleador de Rocha: “Es una divisional con muchas dificultades”

Rocha, es uno de los equipos del interior de nuestro país que hoy se encuentra jugando en la Segunda División Profesional. Dicha institución trascendió fronteras por haber jugado la Copa Libertadores 2006, luego de haber sido campeón del torneo Clausura de primera división, lugar al que llegó entrenando en condiciones muy complicadas. Ese equipo se movía en un predio donde pastaba una vaca, que luego de ser tomada un foto de situación se transformó en la mascota de la institución y emblema a futuro.

Hoy en día, la realidad golpea a los celestes del este. Su goleador y figura, el olimareño Cristhian Gutiérrez, llegó de Defensor hace dos temporada, donde participó en la Copa Libertadores sub 20 disputada en Perú hace tres años atrás. “Luego de no tener cabida en el plantel de primera división, pasé a Rocha donde fui muy bien recibido. Al ser del interior no sentí la adaptación, pero la realidad económica golpea duro. Igualmente he tenido respaldo y cobro lo que marca la Mutual, aunque es una divisional con muchas dificultades. Los de ‘tierra adentro’ tenemos la carga de los viajes; una semana jugamos en el Sobrero y la otra viajamos a distintos lugares, hacemos muchos kilómetros y eso lo sentimos”. Gutiérrez explicó que jugar en la ex “B” tiene como trascendente “la vidriera que te da. En mi caso llevo marcados 19 goles en Rocha y eso me sirve en lo particular para buscar arribar a la “A” o al exterior. De hecho ya comenzaron los primeros sondeos y ahí es donde nos agarramos los futbolistas para seguir trabajando a pesar de todas las dificultades”.

“El Tanque” apodo por el que lo conocen, es otro ejemplo de las penurias que atraviesan los jugadores que juegan en equipos de ascenso por encima de que Rocha es de los equipos sin deudas en la AUF.